lunes, 1 de septiembre de 2025

TODOS LOS FUEGOS EL FUEGO

 Arranca septiembre y aún no se han apagado algunos fuegos y rescoldos del terrible agosto. Empieza el tiempo de pensar en las reparaciones, a ser posible sin parsimonia ni mucho humo de burocracia.  El fuego total no tiene precio Es lo que exploró a su manera Julio Cortázar en “Todos los fuegos el fuego” (1966). Es el título de un relato suyo publicado junto a otros siete cuentos magistrales. Cortázar sabe entrar en la entraña de las llamas más destructoras, y lo hace en dos sociedades y tiempos tan distintos como el de la Roma imperial y el de un Paris brillante y ya cansado tras la segunda guerra mundial. Dos parejas en sitios y tiempos tan diversos echan al fuego todas las astillas, el amor, el desamor, la corrupción, la venganza. El fuego es el lógico final de cuanto va definitivamente mal. En la España del Noroeste y del Medio Oeste había una vida de viejo silencio en los montes, y de trabajo callado, y apetencias controladas. No era ningún delito. La gente de allí amaba ver verde alrededor. Ni modo. Perecieron cuatro bomberos tratando de salvar sus viejas casas de piedra en las aldeas, y gentes y ovejas y cabras, y vacas y gallinas, que se sumaron al holocausto sin remedio. Dictado por no se sabe quién, claro. Las llamas llegaron hasta donde osos y urogallos iban a comer bayas. ¿Quién resarce el mal? No hay dinero para compensar haber estropeado tantas vidas y pequeñas esperanzas. Ni hay derecho, como se dice en España, para echar tanta ceniza al cielo y la tierra.      

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5 comentarios:

PF dijo...

Buenas tardes:

Simplemente desolador el fuego y sus consecuencias, el ambiente plomizo, con una oscuridad rojiza como si el infierno se acercara y sus cenizas traídas por el viento sur, cálido y abrasador un día de ferragosto. Algo inusualmente extraño, ¡ojalá no tengamos que acostumbrarnos!, y menos a sus efectos, muerte, destrucción, árboles y frutos quemados por el ahora llamado estrés térmico, que como ya contamos, enseguida se les ponen tecnicismos a las cosas, aunque los que pueden tomar decisiones, no lleguen nunca a buscarles solución.

Efectivamente, ¿quién resarce tanto mal? ¿Qué nos queda? Nos decía Chaplin en “El Gran Dictador”:

Soldados! No os entreguéis a eso que en realidad os desprecian, os esclavizan, reglamentan vuestras vidas y os dicen qué tenéis que hacer, qué decir y qué sentir.
Os barren el cerebro, os ceban, os tratan como a ganado y como carne de cañón. No os entreguéis a estos individuos inhumanos, hombres máquina, con cerebros y corazones de máquina.
Vosotros no sois ganado, no sois máquinas, sois Hombres. Lleváis el amor de la Humanidad en vuestros corazones, no el odio. Sólo lo que no aman odian, los que nos aman y los inhumanos (…)


Otro de los grandes, Borges, escribió al final de uno de sus ensayos sobre el tiempo: El tiempo es la sustancia de que estoy hecho. (…) / es un fuego que me consume, pero yo soy el fuego. /El mundo, desgraciadamente, es real; / yo, desgraciadamente, soy Borges.

En fin, puede que cuan ave fénix, sólo nos quede renacer de nuestras cenizas, el otoño que se acerca quizás sea una buena época para ello.

Un saludo.
Patricia

B Fernandez dijo...

El desastre ya está hecho, el remedio, si es que lo hay ¿Lo verán nuestros ojos? Por lo dicho y publicado las soluciones parece que necesitan mucha magia para poder llevarse a cabo. Si lo que frenaba los incendios era una forma de vida, y esa forma de vida ha desaparecido ¿Quién frenará el fuego ahora?

Si pensamos en las palabras de Lévi-Strauss: “de indígena a indigente”, para referirse al impacto que habían producido las sociedades occidentales en los pueblos “primitivos”, ese mismo impacto, también parece haber producido nuestros propios indigentes y nuestros propios desiertos. ¿Este milenio de IA es capaz de generar sus propios infiernos de llamas inapagables?

Octavio Paz escribía: "... Vana conversación del esqueleto / con el fuego insensato y con el agua / que no tiene memoria y con el viento / que todo lo confunde y con la tierra / que se calla y se come sus palabras..."

Nos queda todavía escuchar a muchos “expertos” y sus variadas recetas, Octavio Paz ya nos decía: “La irrealidad de lo mirado da realidad a la mirada”. Sería deseable que nuestra mirada fuera capaz de vislumbrar al menos algunas miradas.

Un saludo,
Benito Fernández

Luis Pancorbo dijo...

Bien nos recuerdas Patricia a Borges y nada menos que cuente el tiempo: “…es un fuego que me consume”. Y su remate: “El mundo desgraciadamente es real/ yo desgraciadamente soy Borges”. Gracias por traérnoslo, Patricia. Los grandes poetas no son bomberos, ni son políticos, ni saben de previsión ni de indemnización. Ni de cómo poner más parches al tambor de hojalata. La evidencia es el monte muerto y negro y todo el vivir que encerraba. Todo lo que no tiene precio, precisamente. Así que “Todos los fuegos el fuego” de Cortázar está tan lleno de melancolía. Siempre es lo mismo, el mundo se renueva con las épocas, pero también lleva pegado el mal a la espalda. Cortázar tiene en ese libro de 1966 otros dos cuentos que asimismo adelantan esta época. Uno es “La autopista del sur”, donde se produce un atasco increíble. Se hace el amor y hasta nacen niños en los coches antes de que se resuelva un día semejante embotellamiento. Y “La isla a mediodía”, la que un azafato llamad Marini divisa por la ventanilla sobrevolando el Egeo. Cambia su vida. Deja todo y va a la solitaria Xiros. El asunto es que no está claro que Xiros exista. Tan verde como parecía.
El pasado agosto lo real ha sido el fuego en España y luego el septiembre y más de ceniza.
Un abrazo
L.

Luis Pancorbo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Luis Pancorbo dijo...

Gracias, Benito, por el poema de Paz, genial como todos los suyos. Y por las palabras siempre sabias de Lévi-Strauss: los indígenas fueron convertidos en indigentes. En España la pesadilla del fuego de agosto da paso a las preguntas. Cuando llegue agosto de 2026 ¿quedará algún monte por arder?
Un año pasa más rápido que los movimientos burocráticos. ¿Habrá suficientes bomberos y ganas ds aunar esfuerzos e inteligencias? Quién sabe. Los mayas hablaban del Quinto Sol destructor y nosostros especulamos con los incendios inextinguibles, o sea, los de sexta generación. ¿Para qué quieren algunosir a la Luna? El tajo está en nuestro planeta, y en el reparto de los activos del mundo. Si la cuestión es dejar todo como está, a ritmo de cangrejo, pronto entraremos en el pasado. Cuando se decía "Arde Troya" y en realidad a todo el mundole daba igual.
Un abrazo
L.