sábado, 22 de septiembre de 2018

LUZ DE OTOÑO

Baldados de sol y tinto de verano muchos españoles se disponen a afrontar, con su habitual resiliencia, la luz del otoño. El calor sigue pero algo ya se nota el equinoccio y sobre todo la factura  eléctrica. Eso iguala a los pobres y a los ricos, pero con un matiz, a los segundos les da igual que les rebajen dos euros, y a los primeros les parece casi imposible que en el país del sol los precios de la energía sean inasequibles. Hamlet era nuestro paisano. ¿Encendemos o no el aire acondicionado? Porque la calefacción es mejor ponerla a base de camisetas y jerseys. Son temas españoles que van al pozo de lo irresuelto y a lo mejor irresoluble. ¿Por qué no se arreglan las cosas? Porque aquí se vive bien, es la respuesta, refrendada por 50 millones, o más, de turistas. Es de gran calado, en cambio, lo que propone el presidente mexicano, López Obrador, impedir que sus funcionarios cobren más de 4.000 euros al mes. Y ahora tienen allí 35.000 funcionarios que superan esa cifra mientras tanta gente vive bajo un sombrero. En España la medida mexicana es descartable: los sueldos de los beneficiados de lo público, del cogollo, no tienen ni para pipas con esa cifra, y eso que la suman a la de su parienta y a la de otros consanguíneos. El otoño nunca ha sido demasiado cruel en la piel de toro, salvo para los toros que ahora piden un reférendum per caritá.

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