No es que la primavera altere la sangre sino que las estaciones se hacen como chicle. Perdiendo los confines astronómicos estacionales no es extraño que en países como España se viva en un estado de alteración. No llueve y las elecciones igual no remediarán las contradicciones del ser y el estar en la piel de toro. Tampoco es baladí´ que un nuevo informe de la ONU (el de Nairobi) dibuje un aumento de las temperaturas entre 3 y 5 centígrados de aquí al 2950. En 30 años se acabaría el juego. Eso se deberá al deshielo del Ártico. El deshielo de la Antártida se deja para otro día y otro informe dado que es algo que roza lo incalculable. ¿Hay tiempo aún para hacerse un empaste? ¿Y para conseguir libertad, igualdad y fraternidad? Aunque eso ¿con qué se come?
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