jueves, 18 de abril de 2013

HORRORES DE ABRIL

Cuando en Estados Unidos se juntan las cartas con ricino letal para la Casa Blanca, la explosión de bombas en un maratón de Boston y una planta química que vuela en Texas, se diría que el Apocalipsis está cercano. No hay que dejarse llevar por eso porque vendrán más noticias, y no está el planeta muy bien que digamos, aunque tampoco para abandonarlo. Los lugares más habitables y parecidos a la Tierra resultan ser ahora dos de la Constelación Lyra, pero a 1.200 años luz. Dado que en España todo llegará a su debido tiempo, que no es exactamente el de la anticipación, sino cuando las cosas ya no tienen remedio, hay un cierto entrenamiento en la inacción, no sé si de tipo yóguico. El caso es que aquí nadie se inmuta por nada, ya ha dicho incluso un ministro que lo suyo es ducharse con agua fría. En Italia intentan también vivir al margen de sus políticos y ni siquiera se ponen de acuerdo para elegirse entre sí. Pero la gente tiene sus ocupaciones (salvo los despedidos, parados, humillados y ofendidos desde Dostoievsky). Y si uno está en Venecia, es un suponer, presta atención si acaso a que este es tiempo de moèche, unos pequeños cangrejos de laguna que al estar en su muda pierden el caparazón y se pueden comer enteros. Algo más clemente de todas formas que el canibalismo como remedio a los sinsabores. Ya decía Oswald de Andrade en 1930, reflexionando sobre la manía funesta de los tupí-guaraní de comerse a los conquistadores (para apropiarse de todo, incluso de su incultura), aquello de "Tupí or not tupí, that is the question".

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