sábado, 13 de agosto de 2011

FERRAGOSTO Y PEZ ESPADA

La gran sorpresa de los italianos en este ferragosto es que se van a eliminar de un golpe 50.000 puestos públicos, copados no sólo por políticos avezados sino por su correspondiente cuota digital de amigos, amantes, sobrinos, chóferes y demás. También ha sorprendido un poco que Berlusconi, tras haber negado tanto tiempo la crisis, haya reaccionado anunciando un paquete de medidas de las que hacen correr sangre, según sus propias palabras. Díganselo a los de las 29 provincias que van ser suprimidas, las que tienen menos de 300.000 habitantes y menos de 3000 kilómetros cuadrados. Y en fin, va a haber en Italia más medidas para un ahorro drástico donde los haya. Pero a muchos italianos en pleno ferragosto lo que les choca de verdad es el precio de los platos en el restaurante del Senado de Roma. Unos espaguetis con anchoas, 1, 60 euros. Pez espada a la plancha, 3,60 euros. Una macedonia de frutas, 0,76... Y así. Eso es ahorrar también, ¿no? Me recuerda lo que escribía Rafael Karsten sobre la religión de los sami: éstos no creen que sus ídolos de piedra sean divinos. Son lógicamente piedras, otra cosa es que representen a sus dioses. Y si lo creen es porque quieren.