domingo, 8 de junio de 2025

PANGLOSS Y CÁNDIDO REDIMEN A ESPAÑA

 No hay duda de que todo va bien en el mejor de los mundos posibles. Pangloss, el filósofo del Cándido de Voltaire, acertó al sumarse al optimismo siempre vencedor, pues la injusticia y la desigualdad son motas de molesto polvo en el camino.

Al menos aquí y ahora no hay problema con el verano. Llega y con toda su furia se añade al pensamiento cándido imperante:  todo se hace, produce y hasta se piensa para mejor, y así este es el mejor de los mundos posibles.

 ¿Quién dijo miedo? Tenemos agua, y torridez y torreznos para aburrir. Y lo que no tenemos, y lo que sea menos bueno ya se apañará. Después de todo, al hilo de Pangloss, este es el mejor de los mundos imposibles. Y siguiendo a su díscolo discípulo Cándido: hay que cultivar nuestro chiringuito.

 

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4 comentarios:

PF dijo...

Buenas tardes:

Poco queda para el verano, preludio de la noche mítica de San Juan y sus muchos ritos, como el del agua, que ya narraba Aurelio de Llano a comienzos del siglo XX, en el que las jóvenes debían acercarse a las fuentes y coger la flor del agua después de las 12 de la noche del 24 de junio y antes de que saliera el sol. Era cuando al estar bendecida por el rocío de San Juan, el agua tenía su poder. Pero se necesita más que la magia de una noche para superar los miedos de este mundo, ya decía Octavio Paz en su Laberinto de la soledad:

La producción en masa se logra a través de la confección de piezas sueltas que luego se unen en talleres especiales. La propaganda y la acción política totalitaria -así como el terror y la represión- obedecen al mismo sistema. La propaganda difunde verdades incompletas, en serie y por piezas sueltas. Mas tarde esos fragmentos se organizan y se invierten en teorías políticas, verdades absolutas para las masas. El terror obedece al mismo principio.

Desde nuestra infancia nos señalan la importancia de seguir el sendero correcto, y fijar la acertada dirección:
—Minino de Cheshire, podrías decirme, por favor, ¿qué camino debo seguir para salir de aquí?
—Esto depende en gran parte del sitio al que quieras llegar—dijo el Gato.
—No me importa mucho el sitio—dijo Alicia.
—Entonces tampoco importa mucho el camino que tomes—dijo el Gato.

Puede que intentar no perderse en nuestro laberinto para poder encontrar la salida sea una buena meta para este verano.

Un saludo.
Patricia

B Fernandez dijo...

Ese mundo que a veces parece que se asemeja a la historia contada en la película de Wolfgang Becker, Good bye, Lenin! En el que un hijo trata de que su madre no se entere que está viviendo en una Alemania capitalista y unificada. ¿Intentan contarnos un mundo que ya ha desaparecido o que tal vez nunca existió?

Siguiendo por esa línea cinéfila, Kubrick nos narra en sus Senderos de gloria, una misión imposible y como sus víctimas son utilizadas como “cabezas de turco” para aviso de navegantes. Parece que ahora toca poca reflexión, el verano ya llego, todos a la playa y al chiringuito. Según nos cuentan nos dejaremos miles de euros en alquileres y restaurantes ¿Responde a nuestra realidad?

Con su clarividencia Spinoza afirmaba “…Una misma cosa puede ser al mismo tiempo buena, mala, e indiferente. Por ejemplo, la música es buena para la melancolía, mala para los que están de luto, y ni buena ni mala para el sordo…” también reflexionaba de esta manera “…Pero supongamos que esta libertad es oprimida y que se logra sujetar a los hombres hasta el punto de que no osen decir palabra sin permiso de las supremas potestades. Nunca se conseguirá con eso que tampoco piensen nada más que lo que ellas quieren…” En este tiempo de chiringuitos y fontaneros, al menos, parece que podemos asirnos a alguna brizna de esperanza, aunque su raíz este en el siglo XVII.

Un saludo,
Benito Fernández

Luis Pancorbo dijo...

Qué bien, Patricia, que nos traigas la noche de San Juan contada por Aurelio de Llano. Y ese rocío de esa noche que cogían las mozas y que era más que un talismán. En Rusia la noche de San Juan se llama Ivan Kupala y ahí se busca el helecho que hará a uno o a una fuerte y feliz. Todo lo cual se ha ido diluyendo con el dios del consumismo, así como se van achicando los bosques y ensuciando los ríos y los mares. Pero tienes razón, Patricia, como el maestro, el Gato de Cheshire. Le recordaba a Alicia que lo importante si quieres caminar no es cuánto vas a tardar o por dónde ir, sino adónde quieres llegar. Tu meta.
La luna nos salvará. Eso si la Luna es de todos. Y con todo, nuestro golpeado planeta Terra aún no está extinguido Hasta nos puede dar ánimos “What a wonderful world”, la canción de Louis Armstrong. Incluso la versión de ella que recita con imágenes Sir David Attenborough. O algo que no se conoce mucho como esto: en la selva del Perú hay un cerro, que se llama El Cono, y que es como un milagro. Se alza a cuatrocientos metros sobre una floresta intacta e inaccesible de la Amazonia peruana. Anda al pie de la Sierra del Divisor, en la región del Ucayali. Y nos da mucha esperanza a los humanos, viajeros o no. Si la Torre de Babel fue grande, El Cono hace girar nuestra imaginación con una naturalidad más indiscutible. Todavía hay sueños por ver y no son sólo los de una noche d verano.
Un abrazo
L.

Luis Pancorbo dijo...

Es cierto, Benito. Esto viene de lejos. Y como dicen los italianos: todos los nudos llegan al peine. Es la larga caquexia que arrastra España tras el siglo XVII. Con todo ese lastre a cuestas se llegó al 98. Y en el 98 hubo desde luego algo de lamento, de crítica, y un poco de reacción. Y hasta un Good bye, no a Lenin, sino a América y Filipinas, y las Marianas y… Y se empezó a mirar un poco por encima de los Pirineos a esa cosa que se llama Europa, pero con poco interés aún. Y así, como bien sabes, sin una España ni reformada, ni modernizada, y con la bendición apostólica de Hitler, Mussolini y tutti quanti, nos dieron un golpe y una guerra civil, a ver si así se arreglaba algo. Con el resultado de otra dictadura, y de cuarenta años. Al final de ese casi medio siglo volvió a abrirse una posibilidad. Tal vez llegásemos a un contexto de verdad laico y democrático, y a tolerarnos siquiera arrastrando los pies, y con miedos de destapar y repetir nuestras mejores esencias cainitas. La España soñada por valorar la razón (la que defendieron Voltaire, Diderot…) puede esperar. Y así vamos que vamos, que el veraneo nos espera. Sangría y torreznos para todos.
Un abrazo
L.