Arranca el año y en España seguimos esperando al mirlo blanco. No se sabe bien qué es o quién es. Por Italia en materia de sueños calendáricos esperan a la mirla blanca, y especialmente a la que marca los tres últimos días de enero, el 29, 30 y 31. Esos son “i giorni della merla”. Y los más fríos del año, al menos antes. Vienen a ser un poco las cabañuelas españolas, o como el pronóstico de la marmota Phil. Podrían ser también los días más fríos del año, aunque sin dejar de anunciar una primavera anticipada. O al revés. Con el cambio climático no es muy seguro que la mirla blanca traiga consejo. Además es un cuento, más bien del norte de Italia, de cuando una mirla de plumaje níveo para salvarse, y a su prole, se refugió en una chimenea y sus plumas se tiznaron para siempre. Quién sabe cuándo volverá una mirla de buen augurio y tan blanca, ya puestos, como la nieve de Groenlandia.
1 comentario:
Buenas tardes:
Qué bonito y quizás triste el cuento del mirlo, que, para salvarse, se tuvo que volver negro como el carbón, y falta hace un mirlo blanco que nos traiga algo de esperanza, en este mundo que cada vez parece tornarse más expansionista, unificado, y oscuro.
Me viene al recuerdo el mundo de los Yahoos, y quizás, encuentro erróneamente cada vez más un paralelismo entre el Informe de Brodie de Borges y nuestro alrededor, y así:
“Es digno de atención el hecho de que, disponiendo de una meseta dilatada y herbosa, en la que hay manantiales de agua clara y árboles que dispensan la sombra, hayan optado por amontonarse en las ciénagas que rodean la base, como deleitándose en los rigores del sol ecuatorial y de la impureza. Las laderas son ásperas y formarían una especie de muro contra los hombres-monos”. (...)
“La tribu está regida por un rey, cuyo poder es absoluto, pero sospecho que los que verdaderamente gobiernan son los cuatro hechiceros que lo asisten y que lo han elegido”. (...)
“La memoria les falta a los Yahoos o casi no la tienen; hablan de los estragos causados por una invasión de leopardos, pero no saben si ellos la vieron o sus padres o si cuentan un sueño. Los hechiceros la poseen, aunque en grado mínimo; pueden recordar a la tarde hechos que ocurrieron en la mañana o aun la tarde anterior. Gozan también de la facultad de la previsión; declaran con tranquila certidumbre lo que sucederá dentro de diez o quince minutos. Indican, por ejemplo: Una mosca me rozará la nuca o No tardaremos en oír el grito de un pájaro. Centenares de veces he atestiguado este curioso don. Mucho he cavilado sobre él. Sabemos que el pasado, el presente y el porvenir ya están, minucia por minucia, en la profética memoria de Dios, en Su eternidad; lo extraño es que los hombres puedan mirar, indefinidamente, hacia atrás pero no hacia adelante”.
Nos queda mucho año por delante, y posiblemente mucho que poder comentar, quizás el próximo mes podamos decir que hemos visto un mirlo blanco y vuelva la sensatez a nuestra civilización, y sino casi vale más como dice Carroll que en un mundo de locos, tener sentido, no tiene sentido.
Un saludo,
Patricia
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