Y así se va el año de la riada. Fellini contó a su modo el mundo en su película E la nave va (1983). Esa nave simboliza, entre otras cosas, una Europa a punto de naufragar en puertas de la Primera Guerra Mundial. Es pura poesía visual, ironía, y ópera con pasajes presagiosos, como lo que canta Banco: “Oh qual orrenda nottte” del Macbeth de Verdi. Vaya villancico. Salen en el film aristócratas melancólicos del Imperio Austrohúngaro (muletilla u obsesión de Berlanga). Esa vieja casta va a hundirse, pero al final sobrevive en una chalupa. También escapan los balcánicos que van a bordo, pobres y hasta revolucionarios. Otra vez ricos y pobres compartiendo el abismo a la fuerza. Ahora suenan también campanas de guerra, con drones y misiles limpios. Algunos avisan de que si hay una tercera guerra mundial ya no habrá una cuarta. Pero no hay que desanimarse: España produce turrón no sólo riadas legendarias. Siempre hay una luz, aunque no sea la de la película de Fellini. La última escena es la del periodista Orlando, superviviente a todo, y remando en una barca en medo del mar vacío. Orlando mira a cámara y dice; ¿Sabíais que el rinoceronte da una óptima leche?”. Fellini nunca quiso explicarlo.
4 comentarios:
Buenos días:
Todo va y todo suena desde hace semanas a panderetas y luces multicolor, aderezada ya con alguna que otra noticia en muchos casos berlanguiana, presagio del retorno de la Navidad, aunque algunos hayan querido que su inicio fuera allá por octubre, como si no llegáramos bastantes cansados por esas fechas tras un verano de fiesta continua. ¡Y que todo sume y siga que para eso estamos en el país de los villancicos, la fantasías y la ilusión!
Hay que recordar como decía Isaiah Berlin en El erizo y el zorro que el zorro sabe muchas cosas, pero el erizo sabe una sola y grande, pero tan interesante como el ensayo, es el prólogo escrito por Vargas Llosa para este libro que nos dice:
Hace algunos años que perdí el gusto a las utopías políticas, esos apocalipsis que prometen bajar el cielo a la tierra: más bien suelen provocar iniquidades tan graves como las que quisiéramos remediar. Desde entonces, pienso que el sentido común es la más valiosa de las virtudes políticas (...) el verdadero progreso, aquel que ha hecho retroceder o desaparecer los usos y las instituciones bárbaras que eran fuente de infinito sufrimiento para el hombre (...). El requisito fue siempre que estos sistemas fueran flexibles, que pudieran ser enmendados, rehechos, cuando pasábamos de lo abstracto a lo concreto y se enfrentaban con la experiencia diaria de los seres humanos/i>.
Poco nos queda para el solsticio de invierno y la entrada de un nuevo año ¿y que nos ofrecerá? ¿Un “no te rindas, aún estás a tiempo” de Benedetti? o ¿”una Esperanza inmortal, al eterno Mesías, del que sabes que nunca llegará” de Unamuno?
Pues sólo nos queda continuar recorriendo y analizándolo con nuestros comentarios a ver que nos depara, y ¡a por el 25 con muchas dosis de sentido común! Aunque ya se sabe, que este es el menos común de los sentidos.
Un saludo.
Patricia
“Siente a un pobre en su mesa” era el lema de un grupo de beatas para la campaña de caridad navideña con la que Berlanga, y Azcona, reflejaban en Plácido algo similar a lo que Fellini contaba. De alguna manera un mundo asimétrico, decadente y que parece brotar o rebrotar también en nuestros días si pensamos en las palabras de Enmanuel Todd: “es una crisis occidental, y más concretamente una crisis terminal estadounidense, la que pone en peligro el equilibrio del planeta.”
De alguna manera aquellos otros, indígenas tornados en indigentes, que el colonialismo, los estudiosos, los sistemas crearon en los siglos XIX y XX parecen tornarse hacia nosotros. En este siglo XXI las tecnologías informáticas los algoritmos parecen convertir a los de este lado del espejo en otra cosa de lo que las historias les atribuían.
Meghan O'Gieblyn escribía en Wired: “…"No puedo evitar pensar que hemos olvidado el metaverso original que ya tenemos dentro de nosotros: la imaginación humana. La realidad, tal como la experimentamos, se ve intrínsecamente aumentada por nuestras esperanzas y temores, nuestras ensoñaciones ociosas y nuestras estridentes pesadillas. Este mundo interior, invisible y omnipresente, ha dado lugar a todos los anhelos religiosos y ha producido todas las maravillas tecnológicas y artísticas que han aparecido entre nosotros."
Una parte de la humanidad parece haber olvidado las reflexiones de O'Gieblyn, en una carrera hacia la indigencia. La posibilidad de crear muchos mundos en un único mundo continua presente, esperemos que 2025 haga posible transitar por nuevos caminos.
Un saludo,
Benito Fernández
Me gusta mucho, Patricia, tu cita de Mario Benedetti: "No te rtindas, aúnestás a timpo". Y más si lo compareamos con el proceso, por ejemplo, de Vargas LLosa, que en sus princpios era un luchador claro contra la desigualdd americana. Así va la nave... Pero no sólo es en América donde hay rendición. O cansancio, si queremos. Ahora ya a ver quién se atreve contra el algorritmo y el bitcoin. Y los tres reyes magos, que no son los clásicos sino Trump, Putin y Xi Ping. Y Elon Musk algo influye también, parece ser. Esperemos que no llluevan los pepinos.
Felices fiestas
L.
Es totalmente así como dices, Benito, de indígenas hace ya tiempo se pasó a indigentes. Eso lo captó tal cual Léxi-Strauss en su inexorable "Tristes trópicos". Pero el certero diagnóstico no ha sido seguido de un tratamiento. Ahí se fueron quedando ellos y nosotros, avanzando como cangrejos en el magnífico siglo XXI. Me acuerdo de cuándo emezó este siglo maravilloso y tan lleno de sueños que se vinieron abajo enseguida, como las Torres Gemelas. Luego progresamos, pero no está claro el rumbo de la nave. Y si algunos preclaros -en Vanuatu llaman clever a los brujos- saben el destino, muchos andan perplejos sobre si congelar o no el marisco que no van a comprar.
Y un son ahora. Un buen solo de bombardino, por cambiar de instrumeto respecto a rascar la botella de anís del Mono. El Mono Antecesor, porque ahora lo más saludable es no comer ni beber. Así vamos.
Un abrazo y buen 25.
L-
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