jueves, 28 de febrero de 2019

VOLVIENDO DE LA ANTÁRTIDA

Vuelvo de la Antártida. Un viaje que he tardado en realizar 50 años. En enero de 1969 fue cuando tuve la fortuna de pisar el Polo Sur.  Me tocó ser el primer ciudadano español. y el primer viajero  y periodista  y amante de las letras, que llegaba a los 90º de Latitud Sur. Ahora en febrero y desde el Chile más austral he vuelto a la Antártida, por su península. La más pura belleza.
 El hielo sigue cubriendo el continente antártico pero preocupa y mucho su derretimiento. No a todos, claro. Ahí están los negacionistas del cambio climático. Y de cualquier verdad que no sea la suya.

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10 comentarios:

Beatrice dijo...

Tu gran VIAJE!! felicidades por cumplir ese gran sueño de volver a la Antártida.

B Fernandez dijo...

De alguna manera, Pierre Bourdieu conceptualizaba lo imposible como aquello para lo que carecemos de herramientas para imaginar, pero como la Antártida siempre ha estado ahí, no era un imposible.

También podemos imaginar esas vueltas a lugares imaginados o imaginarios como un samsara personal. Aunque probablemente, lo más interesante sea la búsqueda de nuestro próximo samsara, o como expresaría Bourdeau, de nuestra próxima fantasía.

Lo del cambio climático debe ser algo parecido a la expresado por San Agustín con la herejía, que ayuda a determinar el dogma y la ortodoxia, el problema es lo mucho que nos jugamos en ella. ‘E pur si muove’

Saludos,
Benito

Ángel dijo...

¡Emocionante Luis! Como en los mitos, completas la circularidad de la experiencia vital. Un abrazo.

Ángel

juan de la cruz471 dijo...

Ningún sitio mejor para aislarse de las cadenas de guasap y de la mezquindad político-social del mundo/España. Habrás podido abrazar a algún pingüino y echar un vistazo al agujero de la capa de ozono, que, aunque ya no nos hablen de él, seguro que sigue por allí, y cuando fuiste por primera vez no debía haber nacido. Fuera de bromas, volver al mismo sitio en dos viajes tan carismáticos, tiene que mover a detenerse en melancólicas reflexiones sobre la vida, tu vida y sobre todo lo que ha pasado por ella en estos cincuenta años.

PF dijo...

Buenas tardes,

Enlazando con los comentarios del mes anterior, no sé si será el destino el que hará circular la rueda de la vida, pero una de las preguntas que me viene a la mente, tras muchos viajes vividos por unos y disfrutados tras ser vistos y leídos por otros, es que, como Mejicanos a finales de un siglo ya pasado, ¿dónde están ahora “Los olvidados del destino”? Desde luego que los negacionistas más cercanos, tratarán de convencernos que en otros pueblos, aunque por desgracia, muchos sigan tocando sus instrumentos en las plazas de nuestros pueblos y ciudades.

Hay que recordar lo que escribía José Hierrro sobre el Destino:

Nos han abandonado en medio del camino.
Entre la luz íbamos ciegos.
Somos aves de paso, nubes altas de estío,
vagabundos eternos. (…)


Más que circulo de vida, debiéramos hablar de ciclo de vida, y de sincronicidades, pues como decía Saramago “Vivimos observando sombras que se mueven y creemos que eso es la realidad”.

Esperamos ver o leer pronto tus relatos por la Antártida, un saludo.
Patricia

Luis Pancorbo dijo...

Gracias, Beatriz, tu sabes lo que significa. Ir al fin del mundo y volver de ahí dos veces.
Besos
L.

Luis Pancorbo dijo...

Navegando entre icebergs, mudo por esa belleza,. y sobre todo por ese silencio antártico, síi que he pensado, Benito, que lo más interesante es lo que no se ve a simple vista. El 90% del témpano.
Un abrazo
L.

Luis Pancorbo dijo...

Gracias, Ángel, la edad es la que cierra los círculos, algunos al menos. Hay ciertas ventajas en tener ya tantos año. Y por otra parte no he visto en el hielo la fuente de la eterna juventud.
Un abrazo
L-

Luis Pancorbo dijo...

Lo importante, Juan, es seguir caminando, mientras se pueda, y sin atropellar ni atropellarse.En la Antártidda si un pingüino se te cruza debes cederle el paso, por ejemplo cuando vuelve del mar a su nido. Hay que pararse en seco para que no se estrese.
El agujero de ozono austral se ha suturado en buena medida pero se teme por el hielo. La Antártida es la clave de la supervivencia del planeta, toda vez que el Ártico ya resulta navegable hasta casi por el Polo Norte.
Un abrazo
L-

Luis Pancorbo dijo...

Gracias, Patricia, por tu recuerdo de aquel capítulo de Otros pueblos sobre Mejicanos. Aquella banda, que encontramos en el Mercado de la Merced del D.F., era tan real como un insólito Viridiana de Buñuel. Eran "Los olvidados del destino", en efecto, y el trompetista era el que se movía sin piernas con un carrito de madera propulsado por sus manos.
Menos mal que ha ganado López Obrador.

Ha sido un viaje fantástico y una especie de certificado de vida. No supuse cuando fui al Polo Sur en 1969 que volvería a la Antártida medio siglo después.
Y además he vuelto por el inmenso Chile, un pe de probada sensibilidad por el mundo antártico.Y sabedor de la importancia de conjugar bien geografía e historia, siendo la primera la que determina.
El destino también se puede trabajar.
Un abrazo
L.