miércoles, 19 de diciembre de 2018

NAVIDAD AL SOL

La Navidad, tal como se entiende ahora en el mundo, navega  entre  creencia y marketing. "Mi papá es un elfo", no faltaría más. Otros dirían que el dilema está entre el turrón duro o blando.  Se ha impuesto el 25 de Diciembre aunque el catolicismo se pasó  más de tres siglos celebrando la navidad en diversas fechas, en su mayor parte primaverales.  Luego se optó por el solsticio de invierno, cuando los romanos tenían sus fiestas del Sol Invicto. O sea, hay que comprar algo. Lo malo, con el tiempo, es la desigualdad diagnosticada en "The inner level" ("El nivel interno"), el reciente libro de Kate Pickett y  y Richard Wlkinson: "La desigualdad devora el corazón del mundo interno  y las ansiedades sociales de la gran mayoría de la población". Por eso también hay a quien no le gusta tanta ficción y peladilla.
Un bien 19.
www.otrospueblos.com
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6 comentarios:

B Fernandez dijo...

Un año más tomaremos cordero francés, y algunas otras viandas, con sello castellano. Un deje más de la picaresca tradicional de estas tierras.

Parece que lo que se plantea es una carrera sin límite hacia una cosa que llaman progreso, ese camino que nos enseña que debemos poseer el último cacharrito de esos que llaman inteligentes, que debemos disfrazarnos para pasar la última noche del año o que debemos contar lo bien que lo hemos pasado en esa escapada que realizamos estas fiestas.

Emplearemos nuestro tiempo y sudores en intentar encontrar lo último, no en las tiendas que eso no está de moda, en las plataformas en línea donde todo está a toque de ratón y tarjeta. Aunque como siempre, todavía podría ser peor, si no puedes o incluso no te apetece subirte a ese carro... La llamada mundialización hace tiempo que se asienta entre nosotros. Lo que no está tan claro es si somos capaces, o nos dejan ser capaces, de sacarle cosas positivas.

Esperemos que no nos suceda como en Nueva Guinea en 1946. Como señala Worsley en respuesta a la guerra de ocupación los nativos sacrificaron a todos sus cerdos, su principal fuente de subsistencia, debido a la creencia de que el Gran Cerdo aparecería desde el cielo anunciándose en radios simuladas adheridas a bambúes y a través de antenas de cuerda. Tal vez estemos comenzando a padecer nuestra particular “locura vailala”.

Mis mejores deseos para el 2019,
Benito

Luis Pancorbo dijo...

Lo locura de Vailala, qué bien que la traigas a colación, Benito. Viene como anillo al dedo, o al pelo, en unaa época de revival como esta donde se marcha a toda velocidad a no se sabe dónde.
La desigualdad, tratada por Pickett y Wilkinson, produce desajustes psicológicos en el "brave new worl"d actual. PA sí mismos se consideran sanos los que se ponen sueldos de diez mil euros al mes, o así, y de dinero público, el que cae del ombligo de Visnú. Y elñ resto del personal que arree pues no merece entrar en la nomenklatura. Ni rozarla.
Orwell ya escribió sobre los animales de la granja que son todos iguales pero que hay algunos que son más iguales que los otros.
Una idea navideña. Se podría contribuir en una gran colecta nacional abriendo una gran cuenta, expresada en céntimos, para redondear las percepciones de los mandamases. Y así entre muchos ciudadanos depositantes de pocos céntimos ellos tendrían un poquitín más de plata, y no tendrían tanta necesidad de mentir, oprimir, exprimir, etc....
Los melanesios desde luego atribuyen grandes importancias sociales, clánicas, mitológicas, y hasta dinerarias, a los cerdos. En España la cabaña porcina ha crecido y dicen que hay más suinos que personas. Los chinos nos lo agradecen por los chorizos y paletas.
Felicidades y un abrazo
L.

PF dijo...

Buenas tardes,

En estos tiempos tan modernos, a veces, parecemos tan programables como las famosas muñecas que se dirigen al Portal, y que como siempre, vuelven a casa por Navidad, mientras, siempre podemos ahogar nuestras penas con una burbujeante chispa de la vida, para que preocuparse, si a la vuelta de la esquina llegará el habla pueblo habla …. acercándose está el tiempo del busca, compara y si encuentras algo mejor cómpratelo…si puedes.

Seguramente la realidad es dura, por eso tenemos la tendencia a quedarnos a medias con ella, miedo tendemos a chocar de vez en cuando con la cruda realidad…Quizás fuera en esta época de celebraciones cuando cuentan que en Llanes, fue Pepín a ver a su amigo Manolín, poniéndose a charlar al lado de la lumbre y diciéndole este último:

- ¡Venga a tirar al fuego leña que es medio alimento! Sí pensó Pepín- es medio alimento porque el otro medio ni lo veo.
Después de un tiempo Manolín le devolvió la visita, y Pepín, muy clandestinamente, tiró dos veces al fuego leña y dirigiéndose a su amigo le espetó:
-Un fuego es medio alimento, pero dos son alimento entero.

Qué más decir…pronto, llegará otro año y nos quedará pensar que la Navidad pasó; quién hiló, hiló; el que no hiló, hilará, que otra Navidad vendrá.

Que empiece y continúe un buen 19 y recordando a Pushkin que aunque a veces la carga sea pesada, el carro avance ligero….

Un saludo,
Patricia

juan de la cruz471 dijo...

La navidad solo engaña a los niños, a quienes una confabulación de abuelas regalonas y maestras de trabajos manuales que van preparando el terreno, que es rematado por las luces municipales del consumo. A este adulto en el supermercado le pusieron a la vista los turrones y polvorones en octubre, para que con el refuerzo de de azúcar pudiéramos sobrellevar la depresioncilla de las tardes cortas. Así nos animamos a caer en la tentación que se adosa en el abdomen o en las caderas (para que se trate de negar por los reposmodernos que no existen dos sexos tan bien delimitados por el dimorfismo sexual). Todo se antepone, hasta el ataque anual a mercadillo navideño del fanático del estado islámico de turno.
La coronación del solsticio nos atropella la noche del 24 con todos los excesos a punto de estallar, para comminarnos a recuperar vía gimnasio, dieta, o buenos propósitos, nuestro ideal estético para no deslucir ante el renacimiento del sol y las tardes crecientes. La poca fe que nos queda a los descreídos nos llega en estos días en forma de soñar propósitos.
Mientras tanto el gobierno español aumenta el salario mínimo para estimular credulidades y regala a los funcionarios un 2,25% por el que nadie luchaba, pensando en que le sea retribuido con papeletas a su nombre en las próximas elecciones. Los reyes en España no traerán carbón nunca más. Pero peor es Trump, que corta el mus a Papa Noel-congreso, envidando con la paralización administrativa y Putin le eleva la pérfida apuesta echando órdago a pares y recordándonos a todos que tiene en la manga bombas atómicas por si acaso.
Feliz y austero solsticio y sigamos queriendo cumplir buenos propósitos personales que es lo único que, efectivamente, podemos remediar. Un abrazo

Luis Pancorbo dijo...

Que el carro avance ligero en el 19, gracias, Patricia, por el recuerdo que nos traes de Pushkin y su optimismo (hasta que le pegaron un tiro en un duelo que bien pudo estar amañado en la corte rusa para quitarse de encima a aquel rebelde. Un misterio aún).
Si el fuego es medio alimento, como se dice y bien en el cuento de Llanes, la electricidad deja sin comer, tal como se ha puesto en España.
Menos mal que somos una potencia solar.
Pero es un consuelo que en el Chad estos días de fiestas una familia tipo haya gastado 30 euros en comida y 300 en Estados Unidos.
Y no contamos con lo que hay que gastar ahora en adelgazar en el Occidente cristiano.
Feliz año, pues, y un abrazo
L.

Luis Pancorbo dijo...

Feliz año, Juan, ya en vilo la última hoja del calendario.
Lo mejor, de todos modos, es hacer, pudiendo, lo del presidente Johnson cuando fue a Vietnam en un viaje oficial. Se negó a cambiar la hora, y todo se desarrollaba durante su estancia vietnamita a la hora de Washington.
Uno ha de tener su propio calendario, acabar y empezar los años cuando a uno le convenga mejor. Y eso es también un reloj interior que no necesariamente ha de estar sincronizado al segundo con el mundial.
M;e pido la hora, o sea, el ritmo, de Samoa Occidental, por ejemplo.
Por loo demás ahí tenemos al 19 revestido con sus serpentinas llenas de incógnitas.
Buen todo y un abrazo
L.