lunes, 1 de diciembre de 2025

CANGREJOS ROJOS DE NAVIDAD

 

Llegó el tiempo de los cangrejos rojos de Navidad. Así se llama realmente Christmas, isla que pertenece a Australia, aun estando situada en el Índico. Respecto a los cangrejos rojos este mes completan su gran desove anual. Nada tienen que ver con las nécoras y por ese lado se salvan. A los isleños de Christmas no les gustan estos crustáceos por insípidos y molestos. Deben despejar sus carreteras y jardines con sopladores de aire y rastrillos.  Es una especie de batalla perdida contra millones de crustáceos bermejos, que si se les deja se subirían hasta las barbas. Como una especie de riada salen del bosque en dirección al mar. En la orilla se aparean. Y como relojes con patas los cangrejos rojos culminan sus dos oleadas reproductivas de noviembre y diciembre. La mayoría de la escasa población local es musulmana y budista, y la Navidad no entra en sus celebraciones. Aguantan como pueden la invasión anual de una especie protegida a la que ni se puede molestar.  Y eso pasa en una distinta Navidad del mundo, tan lejos del turrón blando, duro, o de otro color. Donde no resuenan los “Cantos de inocencia y de experiencia”, que inventó para explicar la vida el poeta William Blake.

 


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4 comentarios:

B Fernandez dijo...

Blake y sus molinos: ¿Acaso resplandeció el semblante divino / Sobre nuestras colinas nubladas? / ¿Acaso se construyó Jerusalén aquí, / Entre estos sombríos Molinos Satánicos?

¿Estamos en un cambio como el que Blake vivió? Si es así, ¿cuáles son nuestros molinos? Ahora, tal vez, ya no expulsan humo y hacen ruido. Pero las nubes de bits si consumen agua y energía. Es tiempo de IA, que como un aplanador borgiano parece nacer de la fantasía para traernos un futuro lleno de promesas de grandes avances. ¿Será una nueva burbuja gatopardiana? ¿Será algo peor como pronostica Harari? ¿Podrán seguir caminando los cangrejos?

Da la impresión de que cada vez quedan menos navidades distintas en este mundo. La diversidad parece que es un valor en franco retroceso y por el contrario la homogeneidad de la blanca Navidad y el previo Black Friday ganan la partida, de ese tiempo que pasa y del que poco aprendemos, Borges escribió: “… Con el tiempo también aprendes que la vida es aquí y ahora, y que no importa cuantos planes tengas, el mañana no existe y el ayer tampoco…”

Que el próximo año nos permita seguir caminando por la diversidad tanto real como imaginaría que sin duda todavía nos acompaña, y ser capaces de diferenciar entre la anécdota y lo importante.

Un saludo,
Benito Fernández

PF dijo...

Buenas tardes:

Si ya al principio de año era tiempo de mirlos, ahora que llegamos a su fin, es tiempo de raitanes o petirrojos, y como no iba a tener el alegre y sociable cantarín sus leyendas a lo largo de toda Europa, pero quizás una de las más recordada en esta época navideña -aunque sólo sea por las luces que recorren la piel de toro, esperando que no sea preludio de otro apagón- es la que narra que:

...La Virgen María notó que el niño Jesus tenía frío, no sabiendo cómo avivar la hoguera, empezó a pedir ayuda. Primero al buey, que yacía dormido, después a la mula, agotada del viaje a Belén...María estaba desesperada cuando escuchó el canto de un pajarillo. Este, le dio mucha pena la situación, y comenzó a llevarle palitos para calentarse. Cuando hubo terminado, comenzó a aletear para avivar el fuego, pero una llamarada le quemó el pecho y parte del rostro, aun así, siguió moviendo las alas para que el niño no tuviera frio. Fue entonces cuando pasó a llamarse petirrojo o pecho rojo.

Nosotros pasaremos, pero Borges siempre permanecerá. Cuando le preguntaron por estas fiestas, el autor ya dijo: "Cuando yo era chico, no tenía ninguna: la celebraban solamente los ingleses y los alemanes, en Belgrano. Ahora es una especie de ensayo de primero de año, que es, como Navidad, una especie de ensayo de carnaval. Ahora celebran Navidad y primero de año con cohetes; pronto lo harán con caretas”.

En su poema los justos , hace una reflexión sobre aquellos seres anónimos que hacen un poco mejor nuestro día a día, y acaba el mismo escribiendo:

(…)
El que justifica o quiere justificar un mal que le han hecho.
El que agradece que en la tierra haya Stevenson.
El que prefiere que los otros tengan razón.
Esas personas, que se ignoran, están salvando el mundo.

Esta reflexión creo que es extraordinaria para finalizar un año y dar comienzo al siguiente, deseando que todos podamos encontrar a lo largo del mismo, alguno de esos hombres que hagan que tanto en el nuestro, como en otros pueblos, vivamos algo mejor.

Buen 26.
Patricia

Luis Pancorbo dijo...

Fantástico, Benito, el poema de Blake que nos traes. Incluso en su traducción al español suena como lo haría un clarín. Un último aviso al consumismo ganador. Y al consumista feliz y resignado. Alguien -como Blake- se resiste aún: ”¡Traedme mi arco de oro ardiente¡”. Pero, ¿quién va a luchar, y en Navidad, contra el perpetuo Viernes Negro? Encima los versos de Blake son de su libro “Milton”. Y Blake le debe mucho a Milton, quien en cierto modo lo tenía claro: Paraíso y Caída, eso lo explica todo. Por supuesto estamos en Caída, no en Paraíso, el cual se perdió de haber existido. Uno no lo ha visto en Iraq. Tal vez algo se le parecía más en alguna isla Tuamotu de la Polinesia francesa. O en las cabañas de Vanuatu en la Melanesia. O en muchos sitios donde no había tanta tienda. Tienes además razón, Bento, por el nuevo mundo feliz que presenta la IA. Blake ya lo vio a su manera, y él acuñó lo de que habría que abrir “las puertas de la percepción”. Aldous Huxley le cogió eso como título de uno de sus libros. En fin. los “molinos satánicos” de Blake no se han eclipsado como los molinos de Don Quijote. Ahora las máquinas nos susurran que somos libres.
El abrazo.
L.

Luis Pancorbo dijo...

Gracias, Patrcia. Soy de quienes agradecen que al menos hayan existido Stevensons en nuestro mundo. Y más, como Borges. Otra cosa es la fealdad de pensamiento imperante y crecinete. A veces recuerda los tiempos de la guerra. O sea, como los cangrejos azules, rojos, y demás-. No por eso nos echamos atrás. También soñamos. Te deseo un feliz puente de plata al Nuevo Año, y que este venga, como siempre, lleno de una inusitada esperanza.
Y abrazos
L.