Y llegaron las calaveras, algunas de azúcar, como las de México. Y otras que siguen tan misteriosas como “Et in Arcadia ego”, la frase que inspira cuadros tan hermosos y desazonadores como el de Guercuno y luego los dos de Pousin. Menos mal que “Los pastores de la Arcadia”, el segundo óleo de de Nicolas Poussin dedicado al tema, no ha sido robado en el reciente ataque al Louvre. Pero ¿qué quiere decir la mítica frase “Et in Arcadia ego”? ¿”Y en la Arcadia yo también?” ¿O “Incluso yo estoy en la Arcadia?”. ¿O “Yo también he estado en la Arcadia”?.. El elíptico verbo ser del latín flota en la tumba vacía. En el segundo cuadro de Piussin, el que está a salvo en el Louvre, se ven junto al sepulcro tres pastores semidesnudos de la Arcadia, y, como novedad, una bella y misteriosa dama vestida con un manto dorado. Ella, como apunta Léxi-Strauss, en su análisis del cuadro, no parece de este mundo, ni siquiera de la Arcadia, esa ambigua región donde la muerte se sortea pues es donde la felicidad goza de más predicamento que en sitio alguno. Es todo un don estar ahí. O haber estado. O estar un día o siempre en la Arcadia.
Pero para Léxi-Strauss no había duda: La
dama del segundo cuadro de Poussin no es una pastora sino una diosa o al menos un
ser de otro mundo. La calavera pasa a un plano que casi no se la puede ver. Y sin
embargo de ese cuadro de Poussin se hicieron estampas tan populares que se
colgaban hasta en las cabañas. Como se cuelga un talismán de la suerte.
2 comentarios:
Buenos días:
Palacio Valdés nos recuerda en su “Aldea perdida” invocando el grito de la Arcadia con su “Et in Arcadia ego”: - ¡Sí, yo también nací y viví en Arcadia! Era el planteamiento de un conflicto, la confrontación de una cultura y forma de vida que se estaba agotando, frente a una nueva concepción de sociedad industrial burguesa. Una contraposición de lo idílico que puede parecernos el pasado, frente a la incertidumbre y los miedos ante el futuro, hechos cíclicos o generacionales, tradicionalismo frente a progresos, aguinaldos frente a truco, trato.
Y entre tantos cambios, me hago una pregunta tras leer la noticia de en Bután se está convirtiendo en el mayor “experimento” poblacional con criptomonedas del mundo: ¿podrán -como ya nos indicaste hace unos años- seguir midiendo su progreso a través de la Felicidad Nacional Bruta (FNB) en lugar del Producto Interno Bruto (PIB)? ¿serán conscientes los buenos butaneses de todo ello?
Ya en 1959, Vance Packard, en "Las formas ocultas de la propaganda" nos anunciaba:
"Somos, pues, aficionados a imágenes y estamos entregados a actos impulsivos y compulsivos. Fastidiamos a los persuasores con nuestros aparentemente insensatos caprichos, pero los complacemos con nuestra creciente docilidad al responder a sus manipulaciones de símbolos. Las comprobaciones de sus puntos de vista han sido tan concluyentes que se han animado a lanzarse a capas más profundas, en investigaciones en gran escala, para continuar influyendo en nuestro comportamiento".
Sólo nos queda poner nuestra barba a remojar, mientras vemos como se la están cortando en otros sitios, y que cuando llegue nuestro día de difuntos, lo peor que puedan decir de nosotros sea, como dijo Groucho Marx: “Ha hecho cosas horribles por dinero, como despertarse temprano para ir a trabajar”.
Buen mes, un saludo.
Patricia
Arcadia como lugar idílico, como lugar donde habitan los buenos «salvajes», estos días tocan los difuntos y como nos recuerda Frazer «…la fiesta de los Fieles Difuntos, nominalmente cristiana, es en realidad un antiguo festival pagano de los muertos del que la Iglesia, al no poder o no querer eliminar, fiel a sus principios, optó por ser cómplice…» Aunque, en su Rama dorada recogía múltiples historias de aquí y allá sobre las conmemoraciones de los difuntos. La rueda gira, se retuerce y continúa. Ahora, en esta aldea global, la moda es Halloween. ¿Cada vez más indigentes como nos advertía Lévi-Strauss?
Parece que ese rodar nos puede llevar por el infierno de Dante: «…En medio del camino de la vida, /errante me encontré por selva oscura, /en que la recta vía era perdida. /¡ Ay, que decir lo que era, es cosa dura, /esta selva salvaje, áspera y fuerte, /que en la mente renueva la pavura! /¡Tan amarga es, que es poco más la muerte! /Mas al tratar del bien que allí encontrara, /otras cosas diré que, ví por suerte…»
Seguimos círculo, tras círculo como en el «Inferno». Como decía Evans-Pritcard sobre el fenómeno religioso: «…Contra lo que protesto es contra las afirmaciones a secas, y a lo que me opongo es a que se explique la religión en términos de emociones, e incluso, siguiendo esta vía, de alucinaciones…»
Aunque parece que las emociones e ilusiones son cada vez más utilizadas en esa aparente sociedad de control que describía Deleuze.
Un saludo,
Benito Fernández
Publicar un comentario