jueves, 16 de enero de 2020

PUNTO DE EBULLICIÓN

La alerta es roja, como ha de ser. . Y no importa que el fuego se ubique en Australia. Australia está cerca de quienes la admiramos, y la hemos recorrido. Ya ha ardido  un Portugal, en extensión. Ya ha muerto un millón de animales, tan únicos a veces  como los  koalas. Y respecto a las víctimas humanas es como otro Gallipoli que les cae del cielo, o sea  de la abundante torpeza de sus  dirigentes. No hay más que atender al neologismo de refugiados climáticos. Los nuevos parias de la Tierra quemada.  Hoy son australianos, mañana los siguientes.
Los aborígenes pensaban y creen que el dreamtime se sigue  cumpliendo. Es más real que un sueño. Ahora el calentamiento global da la otra cara del mundo: esto no va bien.
    Aparte están las ebulliciones locales, y los países que tienen fiebre casi siempre. Está en su naturaleza, supongo.

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7 comentarios:

B Fernandez dijo...

Ha este paso tendremos que comernos hasta las monedas de piedra, ya que con el dinero de papel no será suficiente.

Comienza la época del reposo, para reponerse de la pasada fiebre negociadora y prepararse para la próxima. En nada están las chirigotas y las gargantas ya se preparan para las cercanas saetas. Mientras tanto el resto puede esperar. Al menos eso es lo que parece transcender desde los que dirigen la cuestión.

Pan y circo se decía de Roma. El problema es que los cuerpos necesitados y hambrientos son difíciles de confundir incluso aunque se utilicen neologismos. Tal vez, lo único que buscan esos refugiados, es el reino Shambhala, claro está que cuando llegan a él no tardan en darse cuenta de la ficción.

Kurdi y Palao hacen referencia a un cuento sobre le creación del cuervo entre los inuit:
Cuentan que hace mucho tiempo dos pájaros que siempre iban juntos a todas partes decidieron hacer lo necesario para convertirse en las aves más hermosas de toda la zona. Pensaron que lo ideal sería adornarse, pero no con simples ornamentos, sino encontrando la forma de ser para siempre, los más bellos pájaros. Decidieron tatuarse el uno al otro… Sin embargo, como la naturaleza del pájaro es moverse sin parar, mientras uno pintaba el modelo no dejaba de retorcerse todo el tiempo… Finalmente, la paciencia del pájaro que pintaba a su compañero se agotó y el pintor derramó todo el color negro sobre el pájaro. De esta manera, apareció el primer cuervo.

Tal vez pensando que somos, o podemos ser, los más capaces en la historia de la humanidad acabemos quedando, como los cuervos, monocolores.

Saludos,
Benito

Luis Pancorbo dijo...

Acabar siendo monocolores, vaya panorama. Benito. Los inuit aún cazan caribús, o renos, para resarcirse de una dieta que es igual a la de sus compatriotas daneses, canadienses o estadounidenses. Durante un tiempo breve vuelven a su tradición y rrevalidan su diferencia, aunque sea teñida de un cierto etnocentrismo, pues inuit significa los hombres. Pero ya están en la parte de abajo del mundo.
Arriba están los que comen billetes y foie gras, no digieren los céntimos de cobre.
Y así vamos derechos al tiempo de las carnestolendas, nada de comer carne pero al revés ya. El año se cierra aquí y ahora en triunfo.
Eso parece, vean cómo se está quedando la pequeña Australia.
Un abrazo
L.

PF dijo...

Buenas noches,

En este nuevo año, puede que continúen empujándonos hacia la madriguera o que nos estampen contra el cristal antes de atravesarlo, pero pensándolo quizás no sea tan malo ya que al menos, somos conscientes de ello. El cuento en el que vivimos, hoy australiano, mañana asturiano, es tan sencillo quizás como el poema curriculum de Benedetti:

El cuento es muy sencillo
usted nace
contempla atribulado
el rojo azul del cielo
el pájaro que emigra
el torpe escarabajo
que su zapato aplastará
valiente

usted sufre
reclama por comida
y por costumbre
por obligación
llora limpio de culpas
extenuado
hasta que el sueño lo descalifica

usted ama
se transfigura y ama
por una eternidad tan provisoria
que hasta el orgullo se le vuelve tierno
y el corazón profético
se convierte en escombros

usted aprende
y usa lo aprendido
para volverse lentamente sabio
para saber que al fin el mundo es esto
en su mejor momento una nostalgia
en su peor momento un desamparo
y siempre siempre
un lío

entonces
usted muere.


Y así, ¿se acuerda usted de que me prometió contarme su historia? -dijo Alicia al ratón
¿Por qué les tienes odio a los perros y gatos?
La mía es una historia larga y triste. -dijo el Ratón volviéndose a Alicia y resoplando.
La historia es una cola que se arrastra por la vida

Pero bueno, caminemos este nuevo año, arrastrándonos y esperando encontrar nuevas o viejas historias que comentar, pues ya se sabe que estas últimas suelen aparecer en la mayoría de las ocasiones como “vino nuevo en odres viejos”, y como dicen que al pordiosero, no le quita el sueño el dinero, volvamos a tener sueños y esperanzas para al menos intentar ser los hombres más ricos.

Un saludo,
Patricia

Luis Pancorbo dijo...

Y según los chinos vamos a entrar en el año del Ratón, o más bien de la Rata. He preguntado a una amiga china si por ese signo va a ser mal o buen año,, y me dice que depende, el año del Cerdo siempre parece mejor, pero nunca se sabe.
Benedetti con el poema que nos traes, Patricia, sí lo sabe y lo intuye todo, o sea, lo esencial Gracias por traernos esa maravilla que tan bien enmarca el año de los enigmáticos dobles 20.
Un abrazo
L.

juan de la cruz471 dijo...

Yo viví un incendio de un valle que amaba, donde me había perdido gozosamente hasta encontrarme y volver a casa. Después ya nada fue igual allí, yo seguía recorriendo las partes no quemadas del Valle y procuraba cerrar los ojos cuando se me iban a la naturaleza despellejada, como una madre a la que sorprendiera desnuda. Desde entonces me duelen todos los incendios mucho más y me da pudor y rabia mirar. Soy una víctima, carezco de objetividad. Volví otra vez seis años después y me faltaban árboles. https://guerracivilenlas5villasdeavila.blogspot.com/2011/01/el-incendio-de-13-del-barranco-de-las.html

juan de la cruz471 dijo...

Unas fotos de cuando fue el paraíso https://guerracivilenlas5villasdeavila.blogspot.com/2012/03/que-verde-era-mi-valle.html

Luis Pancorbo dijo...

Un valle quemado, y más si era qué verde era mi valle como el tuyo, Juan, no se puede olvidar.
Ahora se quema España, Portugal, California, Australia, en grandes proporciones, y la pena parece pasajera, tal vez porque sabemos que vienen más. ERs un extraño momento del planeta. Esperando a Godot, que tampoco va a venir porque en realidad no existe ,
En Brasil, de donde vengo, echan la culpa a los bolivianos. Y a los occidentales ricos, que quieren disfrutar del paisaje. No hay acuerdo.
Un abrazo
L.