miércoles, 22 de mayo de 2019

ZARABANDA DE MAYO

Una zarabanda es una danza barroca, pero lenta, contra lo que pudiese sonar. La zarabanda es muy de esta época, que parece agitada sigioendo en cambio sus despaciosos ritmos. En España hay crispación pero nada que semeje en serio a un 36. Hay que hacer reformas, de calado, pero a su tiempo y el verano se echa encima. La  zarabanda es, pues, llevadera para el poder, y la gente tiene que pensar dónde clavar la sombrilla sin que le claven a uno
No todo el mundo, claro, abraza el pasotismo  y la cadencia consustancial. Ni el Vivan las cadenas. Hay quienes están alarmados por el nivel de la contaminación propia y planetaria. Hasta en la fosa de las Marianas, el lugar más profundo del mar, se han encontrado plásticos. Ya a somos todos indígenas, de un sitio que es la Tierra, y lo malo es el sentido que también le daba Lévi-Strauss de indigentes.¿Cómo así?
 Tenemos solamente un planeta y lo vamos arrasando con los pies de plomo
de una zarabanda.

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8 comentarios:

B Fernandez dijo...

Nos recuerda Appiah que la pureza cultural es un oxímoron que, aunque McDonald’s o Levis estén en todos los continentes, no en todos los lugares les dan el mismo significado. Especialmente ahora, que en los titulares saltan los enfrentamientos entre los gobiernos y las compañías tecnológicas a cuenta del 5G, microprocesadores… En el mundo hay 2,1 billones de personas que carecen de acceso a servicios de agua potable según la Naciones Unidas.

Como casi siempre está bien recordar, que la variedad existe, mantener la idea de que, dentro de cada civilización, cultura o grupo social, o como lo prefiramos llamar, hay pluralismo. Incluso que las personas que no tienen acceso al agua potable la desean y desean subirse al carro de cierta “modernidad”. De otro modo, como señalaba Lévi-Strauss fijándose en el camino que llevaba Occidente hacia la homogeneización, es casi inevitablemente un estancamiento y en consecuencia una decadencia. También podemos acordarnos de algunos aspectos señalados por Octavio Paz en cuanto a reconquistar el aspecto particular de la historia y comprender la antigüedad no del hombre, sino de los hombres.

Un saludo,
Benito

Luis Pancorbo dijo...

Qué bien que recuerdes lo de Octavio Paz, Benito, "no hay hombre, hay hombres".
Viva la diversidad, no sólo la de los coleópteros.
Pero los rasgos de uniformidad son patéticos. Todos tenemos móviles que rigen vidas, trabajos y ocios. Sólo algunos países y mandamases tienen coltán y otros minerales buenos para esos celulares. Hace unos doce años visité en Goma, frontera entre Ruanda y Congo, una casa en cuyo patio tenían un montón de tierra y polvo. Parecía porquería hasta que me dijeron que lo tocara, era una fortuna, era coltán. Fuera de esa casa nadie había retirado de la calle las cenizas volcánicas de la penúltima erupción.
Y no tienen agua esos más de dos mil millones (no uso los billones a la americana, porque además valen menos).
Aquí algunos quieren resucitar una identidad. Qué peligro usando al imaginario Don Pelayo, si no al oso de Favila, y supongo que a los que expulsaron a los judíos, y a los que sometieron tantas veces la libertad con sus botas....
En fin, tiene que haber otra identidad más favorable, y que tampoco sea como una canción de Eurovisiión.

Un abrazo
L.

PF dijo...

Buenas tardes,

La diferencia de opiniones ha costado muchos miles de vidas. Por ejemplo: si la carne era pan o el pan carne; si el jugo de cierto grano era sangre o vino; si silbar era un vicio o una virtud; si era mejor besar un poste o arrojarlo al fuego; qué color era mejor para una chaqueta, si negro, blanco, rojo o gris, y si debía ser larga o corta, ancha o estrecha, sucia o limpia, con otras muchas cosas más . Es lo que narra Swift en sus “Los viajes de Gulliver”, ¡una pena tanta belicosidad!

Deberíamos usar esa tenacidad para plantar cara al desastre ecológico que estamos viviendo, y, sin embargo, parecen quedar en el olvido muchos desastres como el Deepwater Horizon o el más cercano Prestige. A la contaminación, el ruido, incendios…muchos lo llaman Paraíso Natural, mejor diríamos Desastre Artificial, invadimos el hábitat de animales y destruimos lo rural con el crecimiento desmedido del hormigón, mientras creamos huertos en la ciudad…nuestro nombrado tantas veces, mundo al revés…tiempos de danzas…zarabanda en mayo, y danza prima que llegará en junio.

Sólo espero que este planeta dure lo suficiente y que la visión del mundo permanezca plural y que podamos evitar que nuestros ojos se acomoden cuan liliputienses, pues… la Naturaleza ha adaptado sus ojos (los de liliputienses) a todos los objetos propios para su visión; ven con gran exactitud, pero no a gran distancia. Como testimonio de la agudeza de su vista para los objetos cercanos puedo mencionar la diversión que me produjo observar cómo un cocinero pelaba una calandria que no llegaba al tamaño de una mosca corriente, y cómo una niña enhebraba una aguja invisible con una seda invisible …ojalá en muchas ocasiones se pudiera volver visible lo invisible, y en otras invisible lo visible.

Un saludo,
Patricia

Luis Pancorbo dijo...

Pues cantemos al menos, It is a heartache, una angustia, pero el humor de Swift que nos traes, Patricia, es siempre un lenitivo.
Aún no es necesario pasar a su modesta proposición de comer niños irlandeses para aliviar la hambruna. Los ingleses se estremecen con esa obra del deán Swift de Dublín: qué ocurrencias para paliar los desajustes del imperio británico.
Pero el mundo es según se mire, por colores, y luego están los más contundentes tamaños.
Se suele preferir el tamaño grande, no sé por qué. También es bueno el pequeño. Y a menudo lo invisible supera en mucho lo visible: para lo que hay que ver, además.
It is a heartache,, gran canción irlandsesa y luego una sidra, o una Guinness, que no falte.

Un abrazo
L.

juan de la cruz471 dijo...

"El problema señor
será siempre
sembrar amor" (Silvio Rodríguez)
Por hablar de los plásticos que crecen proporcionalmente contra nuestro deseo de no dar la cara, de no ver una cara humana que no nos vea comprar. No sé si ya lo he escrito aquí, pero yo antes iba a una carnicería donde me cortaban los filetes y me los envolvían en papel que tenía una finísima capa de plástico. Cerraron esa carnicería y en las afueras de mi pueblo, la misma empresa abrió una macroinstalación con bandejas de poliexpan y mucho plástico variado, para que uno se autosirva. Resultado: ya no hablamos con las carniceras, acabamos enseguida la compra, pero generamos el triple de residuos plásticos: la bandejita además contiene un suelo de no sé qué material, para que chupe el agüilla de los filetes.
Es horrible, porque hace un año quitaron la gratuidad de las bolsas de plástico y el sector plástico "inhumano" nos mete este gol entre las piernas. El problema es que los consumidores preferimos más plástico a algo de trato personal.
Antes uno se compraba unas tijeras en una ferretería que le envolvían en papel de estraza, ahora las compramos en una gran mediana o pequeña superficie que, para evitar que la gente se las meta en el bolsillo, están acorazadas en un plasticazo irrompible de varios decímetros cuadrados. Lo mismo pasa si compras un puñado de clavos o un tubito de pegamento. Vale más dinero el envase que protege del hurto que los mismos clavos y cuesta... cuesta.... se tardan cien años en saber lo que cuesta.
El problema es que huimos de los otros. Que parece que en el pasado siglo no nos sembraron amor, sino antipatía. Por eso no compramos en el comercio tradicional. "Caduco, viejo, nunca tienen lo que buscas" ¿Cual será el porcentaje de caras que vemos al día por pantalla frente al que vemos vis a vis? Los adolescentes actuales no quedan, como nosotros hacíamos, personalmente "¿cuándo nos volvemos a ver?" ni tampoco se llaman por teléfono para quedar. Ahora lo hacen por guasap, cruzan mensajes, y cuando se encuentran, muchas veces cada uno mira su pantalla.
¿y adónde vamos sin amor?
Por cierto Luis, algún día deberíamos buscar un hueco quedar esta familia comentadora en torno tuyo, para darnos un abrazo de verdad.

Luis Pancorbo dijo...

Tus observaciones y críticas, Juan, sobre el mundo de plástico que nos envuelve en su burbuja, contamina y deshumaniza,son muy certeras. Así va este primer mundo y lo curioso es que gente que vive mucho más humanamente (y pobremente) en África o en América, uiera venir a engrosar nuestra soledad. O sociedad.

Hay una reciente película italiana, Como pez en el agua, que traza una divertida sátira sobre el encuentro, o mejor, choque, entre gente europea, llena de fraseología tecnocrática-comunitaria, y los marginados que viven en la realidad en la periferia de las grandes urbes europeas. Son esos horrible suburbios dormitorios donde el planeta ya no se degrada, sino que es la propia basura moderna., imposible de perfeccionar en cuanto a basura material Y sin embargo allí brotan algunas conclusiones humanistas -y a veces hasta amorosas- como las que traes a colación.
En fin nuestro mundo virtual tiene en mi caso algunas constantes salidas de viaje. Ando por ahí

Un abrazo
L.

Diego Calleja dijo...

Es horrible. Por una parte, empieza a verse de forma bastante evidente la cantidad de residuos que genera “la sociedad” (los gobernantes, que son quienes la dirigen) y que invaden el océano. Por otra, a ninguno se le escapa que limpiar eso no va a ser posible (cuesta mucho más limpiar el mar que ensuciarlo). Pero, encima, el horizonte no es precisamente esperanzador. Sólo hay que observar las conductas de los gobiernos de las grandes naciones: La refriega comercial entre Trump y China, los reiterados intentos de EEUU por hacerse a toda costa con las mayores reservas comprobadas de petróleo del mundo (Venezuela), tensión y leña en oriente medio a cuenta del mismo producto (lo cual indica claramente que se va a usar todo el petróleo del mundo hasta que se acabe); todos estos “indicadores” apuntan a que va a seguir todo igual, y sabemos que cuando las sociedades se “entretienen” en contiendas, descuidan otras cosas, entre ellas, la contaminación, que pasa a ser algo menos importante. Además:
Cada poco vemos en las noticias que algunos productos que separamos para reciclar no se reciclan si no que se amontonan en depósitos o se envían a otros países (prefiero ni saber qué hacen allí con ellos).
A la par sigue aumentando la población mundial, mientras la inteligencia de esta mengua, por los teléfonos móviles, por la educación, la de la tele también…
Y en las redes sociales se estimulan los comportamientos estúpidos, como el de esa idiota que le ha roto la nariz a una estatua…
Todo esto, a ritmo de zarabanda, como usted dice, lento. Si el ritmo es lo suficientemente lento, nos daremos cuenta demasiado tarde de lo que estamos haciendo.
El mundo del futuro va a ser muy feo.
Un saludo.

Luis Pancorbo dijo...

Tu análisis, Diego, del desastre climático es punzante. Y puedes tutearme para que así no sienta tanto mi pertenencia alguna glaciación.
El cambio climático es y va a ser el gran tema de nuestro tiempo. Es "THe Big Issue", como dice esa revista ya desde su título. Me impresiona, aún, saber que una chica sueca de 16 años, Greta Thunberg, haya tenido no sólo un enorme eco en el Parlamento de su país, sino en decenas de miles de estudiantes de todo el mundo que forman ya una oposición internacional frente a los abusos contaminantes.
Por otro lado no olvidamos que las grandes petroleras están vanguardia del control de las nucleares, así como, incluso en España, las eléctricas ya no tienen dificultad alguna en ir proponiendo también vender energía solar.
El negocio no es contradictorio, es negocio y punto. Y si no cambian las cosas más de un político cesante engrosará los consejos de administración que tratan de sectores tan sensibles como los energéticos.
Así habremos alcanzado, gracias a ellos, el máximo consuelo del rebote: algunos humanos se forrarán de oro negro en esta vida para entrar bien acicalados en sus tumbas. Otro no es el dislate con tanta humanidad que tiene hambre y sed, precariedad e injusticia en sus tundidas costillas.
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Cordialmente
L.