domingo, 12 de febrero de 2017

Y LA POSVERDAD TRIUNFÓ

Hasta febrero es el mes de la posverdad con sus simulaciones y variables climáticas. Con sus Congresos de partidos políticos que, aun estando en las antípodas, enarbolan la antorcha de la verdad. Ellos son la verdad, y también los otros partidos que no tienen Congresos. La posverdad, peste de nuestro tiempo, como término fue acuñado por el bloguero David Roberts y apareció por primera vez en 2010 en"Grist" (no Christ) , una revista editada en Washington llena de "glooom and doom", algo así como de melancolía y profecía apocalíptica, pero si eso parece mucho, llena se sensación de que las cosas van mal y no tienen trazas de mejorar. La posverdad en política, y más en política española, ha venido para quedarse, tiene componentes emocionales, y por supuesto crematísticos que alimentan a los primeros. No importan los detalles que pueden refutar las tesis. Todo es una sarta, ya no de mentiras, sino de aserciones repetidas que no tienen el mínimo interés en verificar algún dato. Los detalles de la verdad tienen importancia secundaria, o sea, se pueden olvidar. ¿Se ha salido de la crisis o ésta continua? ¿Baja el paro o se transforma en contratos por horas aliviados por subvenciones o a veces por nada? ¿Está enterrado Franco en el Valle de los Caídos o ya se lo llevaron hace tiempo y no nos hemos enterado?
Marvin Haris analizó con su gran maestría en Caníbales y reyes "los orígenes de las culturas", pero hablaba de tiempos remotos sobre los que la posverdad no actúa. Harris analizaba por ejemplo Estados prístinos, pero el nuestro ya nació de la posverdad antes de que ésta fuese inventada. Somos originales.no pioneros.

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6 comentarios:

Benito dijo...

Tal vez ahora llamemos a algunos de los fenómenos que nos está tocando vivir posverdad, pero que inventemos un término para definir un fenómeno no implica que el fenómeno no existiera, simplemente puede ser que el término se halla acuñado ahora, o que el uso de la posverdad se ha extendido tanto y ha impregnado tantos campos que hemos necesitado crear el término.

Como nos recordaba Harris sobre el control del pensamiento en los estados modernos y la aceptación de las desigualdades extremas, este depende más del control del pensamiento, que de la fuerza física. Aunque Harris no utilizó la palabra posverdad sus ideas a este respecto, tal vez, podrían concentrarse en esa palabra.

Que una mentira repetida puede convertirse en verdad, también tiene su antigüedad, aunque no dejen de representar un problema para los que la sufren, pero claro está que los detalles tienen importancia secundaria para los que manejan la cuestión.

La posverdad puede ser sintomática de unos acontecimientos y de un tiempo y tal vez, de algo peor, de un rumbo y de un puerto al que navegamos a toda máquina.

Puede ser que ya tengamos vacunas ante esta gripe, miles de años pensamiento, de pensadores y porque no decirlo, de desastres, tenemos a nuestras espaldas. Si utilizamos los hombros de los que nos precedieron, tal vez subiríamos un escalón más.

Foucault ya nos alertaba sobre la deriva de la heterogeneidad y de las dos direcciones de lo que puede ser entendido como real. Una sería la de los lugares cuya invención se separa de lo real hasta el punto de resultar irreconocibles. La otra la de los lugares que se van creando en paralelo a los lugares comunes. Aunque Foucault añadía una tercera, la del lugar sin lugar. Al menos, si nos acercamos a vislumbrar estos y otros análisis, algún camino podemos tener recorrido, en eso de desentrañar el significado de la posverdad.

Saludos,
Benito

Patricia dijo...

Buenas tardes,

Fue en el año 49, cuando Huxley aludía en una entrevista a que la raza humana estaba pasando por dos tipos de crisis, una de plano superior o político y económico y otra de plano inferior o demográfico y ecológica, por aquel entonces, se hablaba ya de la “pobreza en medio de la opulencia” y se albergaba la esperanza de que reformas monetarias o la denominada economía redistributiva -añado ¿para quién?, la humanidad podría vivir feliz para siempre jamás.

Y, ¿dónde nos encontramos casi setenta años después?, inmersos en aparentes cambios constantes, en una sociedad que en muchos casos mal consume, en un constante devenir de nuevas o reinventadas modas en la mayoría de los casos, tan efímeras que muchas de ellas pasarán antes de llegar a jugar esta carrera frenética, mientras intentamos alcanzarlas antes de que la pereza se apodere de nosotros, y muchas veces, corriendo con una pierna atada a la espalda.

Aunque esta carrera aparentemente este perdida de antemano, debemos confiar que como indica la siguiente narración la carrera pueda ser ganada por un cojo:

"El maestro de una escuela de cierto pueblo prometió a sus discípulos un día de excursión para cuando llegasen las vacaciones. Con el fin de que resultase emocionante, quiso el buen señor que ya al partir comenzasen las sensaciones, y para ello les dijo:
—¡Oíd, niños!, os vais a poner todos juntos al salir de aquí, y ofrezco un premio al que primero llegue al lugar donde vamos.
En el acto se colocaron todos los niños que se consideraron con derecho al premio, por su tamaño y agilidad. Y ¡cuál no sería extraño el ver entre todos éstos a un cojito con dos muletas, a pesar de que varios trataron de disuadirle! Fue dada la orden de salir, la cual obedecieron todos, entre el gran carcajeo viendo al cojito quedarse atrás tirando de sus muletas. Cuando habían corrido ya una buena parte del camino, los más aventajados propusieron a los otros un rato de descanso, y fue aceptado por unanimidad. Jugaron un buen rato, y cuando determinaron reanudar la carrera pudieron ver que el cojito de las muletas se iba acercando, y comenzó de nuevo la risa. Caminaron otra buena parte del trayecto y determinaron dejar la disputa. Mientras discutían y organizaban la salida, llegó y pasó el cojo sin que ninguno se diese cuenta de ello.
Arrancaron todos en tropel, haciendo cada uno el máximo esfuerzo para lograr el tan deseado premio. Llegaron a la meta y la sorpresa fue cuando el maestro les dijo que el premio se lo ha ganado el cojito, que hacia ya un buen rato que estaba descansando."

Nada se sabe del premio que se llevo el cojo, suponemos que algo “original”, tal vez, alguna posverdad... Pero bueno, como dice el refrán “más vale entrar cojo al cielo, que sano al infierno”.

Un saludo,
Patricia

juan de la cruz471 dijo...

Parece que no han tenido mucho éxito, pero se vaticinaba que en el congreso de Podemos podían ser decisivos los llamados "anticapitalistas" para decidir quién iba a ser el líder. No sé si será una posverdad pero se me hace muy raro eliminar el capitalismo en el siglo XXI. Supongo que a estas personas les molestará todavía más que a mí que aparezca publicidad no solicitada por internet o les entrará un gran dolor de cabeza anatemático cuando tengan que pasar por el "dutty free" de un aeropuerto.
Pero pensando un poquito, ahora en el congreso del PP, también se instala a veces su gobierno en la posverdad del anticapitalismo, por ejemplo cunado renacionaliza las autopistas radiales de Aznar. En Béjar también han rescatado de manos privadas una estación de esquí construida también con fondos públicos y entregada a manos privadas, así hacemos comunismo con las pérdidas capialistas. Se acerca octubre del 17, puede que sean gestos conmemorativos.
Uno no sabe en que creer. En el "Libro del desasosiego" de Pessoa acabo de leer
"Este culto de la Humanidad, con sus ritos de Libertad e Igualdad, me ha parecido siempre una resurrección de los cultos antiguos, en que los animales eran como dioses, o los dioses tenían cabezas de animales.
Así, no sabiendo creer en Dios, y no pudiendo creer en una suma de animales, me he quedado, como otros de la orilla de las gentes, en esa distancia de todo lo que comúnmente se llama la Decadencia. La Decadencia es la pérdida total de la inconsciencia; porque la inconsciencia es el fundamento de la vida. El corazón, si pudiese pensar, se pararía."
Un abrazo

Luis Pancorbo dijo...

Evidentemente, Benito, la posverdad no es de ayer. Los diversos términos para eso se suceden a lo largo del tiempo, pero giran sobre lo mismo, la manipulación de la realidad a efectos del poder, de la acumulación de ese poder y su mantenimiento. Harris lo vio de forma clara en el origen de las culturas, por ejemplo en las sociedades dominadas por mumis, como sucedió en la Melanesia con esos jefes de los siuai de Bougainville. Había conveniencia en el dominio del mumi, un proto big-man, y en su capacidad de redistribuir su riqueza derivada de que se aceptara su poder y naturalmente su forma de ejercerlo, contarlo, y aumentarlo. Ya se sabía que un mumi no era divino, ni estaba en posesión de la verdad, ni que lo que decía era infalible, pero hasta el advenimiento de algo más estructurado como un reino, o de algo más benéfico como una república..., para Harris la gente aceptaba una cierta desviación de las prácticas más antiguas.Las nuevas prácticas, siempre acompañadas de buenas palabras (falsas),se soportaban. Y no porque aquella gente, tildada de primitiva, no supiera que les estaban engañando los poderosos de turno, y contando milongas (y posverdades ya en aquellos tiempos primeros), sino porque veían la conveniencia del mantenimiento del sistema mediante cierta evolución (y con cierto determinismo, que se criticó en el análisis de Harris).
Pero en fin, ya sabes, Benito, que los estudios básicos,sean filosóficos, sociales, antropológicos, ya están hechos, y desde hace mucho tiempo, y que no es cuestión de terminología, aunque cada época tiene los palabros que se merece.
Un abrazo
L.P.

Luis Pancorbo dijo...

Muy buena la historia del cojo, Patricia. Pero hay que contársela también a Bannon, el asesor especial de Trump, tan especial, con acceso tan directo al despacho oval, que se le considera "el segundo hombre más poderoso del mundo". Espigando un poco en la ideología que Bannon acuña para este tiempo, que tiene al mando a Trump, a uno no le extraña que el libro más vendido por Amazon en los Estados Unidos sea "1984" de George Orwell. Tu lo conoces bien, Patricia, así como la terrible dystopia de Huxley. Pero volvamos a la posverdad como equivalente a menudo del neolenguaje que se quiso implantar en el mundo de "1984". Ya se sabe que esa verdad es falsa, pero el mandatario de turno, no sólo el politico, pues puede ser un Bannon que está en la sombra relativa, o un poderoso de las empresas eléctricas, o de las nucleares, o de las intergalácticas, necesita de vez en cuando decir algo así como que todo va bien, que todo está bajo control, que votemos con toda calma y sumisión, y que lo mejor es callarse, aceptar la posverdad, y tirar millas. De lo contrario volveremos a la casilla de salida, como en el parchís. Las sociedades occidentales recularán si no aceptan la posverdad triunfante, y lo harán hasta el nivel de los propios inmigrantes y refugiados. Ya no hay avance. Sólo conservación. ¿Por qué, si no, algunos magnates se hacen congelar? El frío es el triunfo para las neuronas del presente y hasta del futuro. ¿Dónde está el cojo, que hay que apostar por él?
Un abrazo
L.

Luis Pancorbo dijo...

Escalofriante el Pessoa que nos traes,gracias, Juan: "El corazón. si pudiese pensar, se pararía". Por otro lado cuando Pessoa dice algo hay que pensar inmediatamente en lo no dicho. La decadencia de la que habla Pessoa no creo que sea un refugio, es otra de sus provocaciones. Claro que hay confusión, y dioses con cabeza de caballo, y personas con corazón porcino, y políticos que no nos convencen, pero tampoco lo hacen muchos catedráticos, y abogados, y no todos los médicos ni todos los fontaneros son tan admirables como el trigo limpio. Es su naturaleza, claro. Pero antes de abandonarnos en el diván decadente podemos analizar, criticar, y hasta esquivar algunos mandobles. Nos ayuda la antropologçia, y la filosofía y la literatura, y la música. No nos han quitado todo. La posverdad, es cierto, ha renacido para la sujeción del personal. Oiga usted, no indague más en si esto que digo es verdad o no, es la verdad que hay, y si no la quiere usted se va al paro, a la congelación, al limbo, a cualquier sitio de esos inventados para excedentes incómodos de humanidad. Además ya no es tiempo de mandar a los presos políticos a construir la necrópolis de la Tebas hispánica, ese Luxor sin Nilo que se llama Valle de los Caídos (en dirección al Noroeste pasando por el Arco del Triunfo). Pero la posverdad patria contraataca y dice: eso no es importante, no es actual. Tampoco es actual la corrupciòn, está siendo acogotada y juzgada. Lo actual en cambio es el paro, la pérdida de poder adquisitivo,el peligro de los recortes, así que aquí tienen la posverdad envuelta en papel de regalo. Disfrútenla y oído al parche.
Un abrazo
L.