domingo, 17 de abril de 2016

UN CAMBIO DE VERAS

Poco a poco las cosas públicas, que no la res publica, se encaminan en España hacia un nuevo turno electoral. Y ahí viene la pregunta de si se repetirá, con sus más y sus menos, el resultado anterior que no es que eliminara el bipartidismo, sino que lo ampliaba con dos nuevos partidos. Dos bloques, uno más a la derecha y otro más a la izquierda, eso es lo que hubo y parece que habrá, más naturalmente la constelación de los demás partidos que hablan de la idiosincrasia y pluralidad constitutiva de la península ibérica, más islas y ciudades en África. Pues bien, ese bipartidismo, en realidad dualismo, sigue latente, pero no resuelto, porque no se ha decantado una división neta en dos partes de la cuatricomía nacional. Y el asunto es que las ganas indudables de un cambio si no se manifiestan con la suficiente rotundidad electoral no van a ir muy lejos. Otro turno, otro apaño, otra ronda, y lo que te rondaré. Decía Paul Bowles que en España no había habido un momento de felicidad colectiva desde abril de 1931. Y ya han pasado años. El dualismo político y sociológico español es agotador y más si no se perfila con nitidez y empieza a hacer curvas y espirales (de humo). No es ciertamente como el dualismo al que dio gran importancia Lévi-Strauss ya desde sus primeros estudios sobre los bororo de Brasil. Por ejemplo al referir la sutileza con que esos indígenas diferenciaban entre actividad, y dureza, aparejados a la vitalidad, mientras por otro lado va la muerte, la inactividad, el ablandamiento, y la inercia. Un buen asunto el de la inercia. No tanto porque la inercia vaya de que las cosas caigan por su peso, sino porque están inertes, incapaces ya de transformación.

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7 comentarios:

juan de la cruz471 dijo...

Creo que el problema es que el varón español no es capaz de practicar un "menage a trois" si hay otro hombre en la cama. "Un hombre en la cama siempre es un hombre en la cama" aseveró Luis Ciges (cuyo padre, gobernador civil de Ávila, fue paseado y fusilado hace casi 80 años por los nacionales) en la mítica película de "Amanece que no es poco" después de preguntar a su hijo eso de <<¿me respetarás?>> El problema a la hora de llegar a un pacto es que ninguno se fía de su retaguardia, porque un hombre en la cama, ya se sabe. Pienso yo en una solución exógena a estos cuatro, que no son capaces de hacer un trío: y es porque ha habido otro momento de felicidad nacional que Paul Bowbles no llegó a conocer: la victoria del mundial de fútbol. Así que propongo a Vicente del Bosque para presidir el consenso.

Luis Pancorbo dijo...

El fútbol como aglutinador español, como causa de la felicidad patria, ciertamente está bien traído, Juan. Es lo que nos faltaba a quienes no nos gusta el fútbol o lo que sea y rodea ese espectáculo. Además el fútbol aglutina, o compacta, cuando se gana un Mundial, y supongo que no hay ese grado de cohesión nacional cuando se pierde. Por lo demás tu comentario destila el humor necesario para afrontar esta larga temporada que nos espera, cuando irán saliendo, estratégicamente, los dosiers, una nueva forma de hacer política en la piel de toro. Otra vez el mundo al revés, que tan bien analizó Lévi-Strauss, recordando por ejemplo el estudio de Chamberlain sobre los japoneses: a la hora de freír estos no dicen sumergir, en aceite, sino elevar, subir. Ya lo tenemos: aquí también hay que freír al revés, o sea, hacia arriba.
Un abrazo
L.

Benito dijo...

Inercia e incapacidad de transformación, tal vez, otros quieran apoyarse en las tradiciones o en que las cosas siempre han sido así, para evitar cualquier cambio o recambio, o tal vez, gatopardismo del de siempre, en este punto puede ser interesante recordar a Eco cuando hacía referencia a que los medievales consideraban a sus modernos como “enanos” en comparación con sus clásicos pero que, al apoyarse en estos, se convertían en “enanos a hombros de gigantes”, con lo que veían más allá de sus predecesores.

Hablando de clásicos podemos mirarnos en el espejo o a través de él y fijarnos, por ejemplo, en las “Meditaciones” de Marco Aurelio. Comienza el Libro II: “Al despuntar la aurora, hazte estas consideraciones previas: me encontraré con un indiscreto, un ingrato, un insolente, un mentiroso, un envidioso, un insociable. Todo eso les acontece por ignorancia de los bienes y de los males. Pero yo, que he observado que la naturaleza del bien es lo bello, y que la del mal es lo vergonzoso, y que la naturaleza del pecador mismo es pariente de la mía, porque participa, no de la misma sangre o de la misma semilla, sino de la inteligencia y de una porción de la divinidad, no puedo recibir daño de ninguno de ellos, pues ninguno me cubrirá de vergüenza; ni puedo enfadarme con mi pariente ni odiarle. Pues hemos nacido para colaborar, al igual que los pies, las manos, los párpados, las hileras de dientes, superiores e inferiores. Obrar, pues, como adversarios los unos de los otros es contrario a la naturaleza. Y es actuar como adversario el hecho de manifestar indignación y repulsa.”

Cuando algunos intentan hacer creer que tener refugios en Panamá, hacer esto o aquello, afrontar este tema de esta manera o de la otra, es lo normal, o dicho de otra manera es algo natural, científico, bueno y positivo, y a la vez desechan las posturas de otros. No es que unos sean ingenieros y los otros bricoleurs, ni tampoco que las soluciones de unos sean científicas y las de los otros sean mágicas como se encargó de presentar Lévi-Strauss en “El pensamiento salvaje”. En el que también podemos leer: “(…) Los elemenos no son constantes. Sólo lo son las relaciones (…)” y “(…) La ciencia por entero, se ha construido apoyándose en la distinción de los contingente y de lo necesario (…)”

Continuando con el Libro II de Marco Aurelio, que puede servirnos para ponernos sobre los hombros de otro gigante: “Es preciso tener siempre presente esto: cuál es la naturaleza del conjunto y cuál es la mía, y cómo se comporta ésta respecto a aquélla y qué parte, de qué conjunto es; tener presente también que nadie te impide obrar siempre y decir lo que es consecuente con la naturaleza, de la cual eres parte”.

Saludos,
Benito

Patricia dijo...

Buenas tardes,

Denoto Luis, seguro que equivocadamente, un cierto pesimismo en tu comentario inicial. Para poner ya una cierta nota de ironía, escribo en interrogante un refrán que he oído en alguna ocasión ¿vienen les cabres del monte a echar les oveyes de la Corte? Pues seguramente no, ya que a la falta de inercia, posiblemente le acompañe esa astenia en este caso política y que todos sacamos a pasear en la estación primaveral y que parece sin embargo algo permanente en la falta de ideas de nuestra política nacional.


Es como aquel cuento de El ratón de aldea y el de campo proveniente en este caso de Castropol ese por otro lado, sutil occidente asturiano.

Era dos ratones que se encontraron en el monte. Uno estaba muy gordo y guapo y otro muy flaco, pues pasaba mucha hambre.
Dijo el flaco al gordo: ¿Como estás tan gordo si este año en el monte, por la falta de cosecha, no hay nada que comer?
Mira, respondió, estoy en un molín, allí hay maíz, todo el que quiera, no paso falta de nada.
Pero, ¿no hay gato?, dijo el famélico.
Si, hombre, pero es muy viejo y está medio bobo. Ven conmigo y verás que bien lo vamos a pasar. El flaco fue tras el gordo, abrieron la puerta del molín, y le dijo, ya verás como paso junto a él y no pasa nada.
Así lo hizo, paso a un lado, a otro, el gato abrió los ojos, lo agarra por una pata y al buche.
El otro ratón que estaba observándolo todo, se volvió por donde vino por que ¡vale más flaco y solo que gordo en la barriga de otro!


Sinceramente no creo que esto último sea muy aplicable en nuestra patria, en fin, no creo que exista un cambio de veras, pues a nuestros tiburones ballenas, todo les resbala mucho también.

Un saludo,
Patricia

Luis Pancorbo dijo...

Benito, gracias por el recuerdo de Umbeerto Eco: Italia, y no sólo ella, se ha quedado un poco huérfana, pues tu mismo lo recuerdas: "somos como enanos sentados sobre los hombros de los gigantes". El porqué es fácil: "Así podemos ver más cosas y más lejos que ellos". Eco repetía esa frase con abundancia, pero ya reconoció paladinamente su procedencia. Era lo que escribió John de Salisbury sobre lo que dijo Bernardo de Chartres. Y eso en italiano resuena en mi oído, en aquel con el que escuché varias veces la voz cálida e irónica de Eco: "Siamo come nani sulle spalle dei giganti".
Lo malo en algunos periodos históricos, como este de España, es que a lo mejor son los gigantes quienes ven el mundo sobre los hombros de los enanos. Y eso es más complicado y conduce al fracaso.
Eco entre otras cosas era partidario de la memoria, dama del tiempo que en nuestro país se mata o se agosta tanto. La memoria está viva, debe estarlo, menos aquí que se mata y ni siquiera se entierra como es debido. Aparte de lo cual, ya decía Eco sobre la memoria: "Somos como el atleta que para dar un salto hacia adelante tiene que dar siempre un paso atrás".
Nosotros en España ahora vamos hacia adelante, aunque no se sabe bien hacia dónde.
Por otro lado traes, Benito, a Marco Aurelio, aquel prodigio de ecuanimidad que no han visto otro igual en los siglos. Claro, por supuesto: lo transversal, la vía de en medio, el acuerdo y el equilibrio, y ya puestos, la coincidencia de los opuestos, pero me temo que aquí la combinación destra-sinistra no sale tan fácilmente. Ni hay un Aldo Moro a la vista.
Respecto a Lévi-Strauss invoco su afición por explicar el dualismo, aunque fuese el de los bororo. Una de sus patas, la contraria a la vitalidad, lleva al acabamiento, y a la inercia, pero eso hasta le da una pátina noble a lo que en otros sitios es sólo desentendimiento, disensión, disgregación, disputa mortal, y todos los demás conceptos de este ramo. Que son los que llevan, y llevarán a este paso, si no hay una votación masiva a favor del cambio histórico español, al nuevo menudeo de los escaños, una forma indigna de la melancolía y más cuando en el fondo se aspiraba a algo mejor.
Un abrazo
L.

Luis Pancorbo dijo...

Patricia, no es pesimismo, aunque tampoco lo veo todo de color de rosa. Tal vez rosa palo más que rosa chicle. Eso del rosa chicle no lo decíamos en mi infancia ni siquiera a las barras compactas de ese material.
Pero a lo mejor me equivoco y en las próximas elecciones el pueblo español decide de una vez que quiere cambiar.
Si quiere cambiar sólo un poco, hay poco que hacer. Y la culpa de eso no siempre la tienen los políticos, que es muy cómodo echarles la culpa, sino las escasas ganas de cambiar el panorama público español con cierta profundidad.
Claro que cuando uno nada entre los tiburones ballena, y no es comido por ellos, saca de ahí una lección de optimismo natural. Eso le ha ocurrido a uno hace poco en el mar Rojo.
Y gracias también, Patricia, por traernos la fábula del ratón gordo y del ratón flaco. Es una advertencia a los riesgos de la obesidad pero sobre todo a los de la comodidad instalada en este país. Al máximo aquí se dice que viene el lobo y nunca viene. Pero el gato de Castropol. que es listo por naturaleza, sí que lo hace.
Un abrazo
L.

juan de la cruz471 dijo...

Me gusta mucho la cita de Benito/Marcoaurelio:
"Obrar, pues, como adversarios los unos de los otros es contrario a la naturaleza. Y es actuar como adversario el hecho de manifestar indignación y repulsa.”
Parafraseando a otro -más pequeño- pero grande filósofo, el televisivo José Mota, cuyas obras supongo que os entusiasmarán a los etnólogos, "si pactar habrá que pactar..., pero hoy no..., mañaana".
El problema que tienen, y se agravará con la (próxima ¿hemos salido de ella?) campaña electoral, es que los actores no han hecho más más que manifestar indignaciones y repulsas. Con lo que el pacto de gobierno que se alumbre el próximo septiembre (no antes, porque para los políticos las vacaciones son sagradas como ya hemos visto) será mucho más contra natura. Alguien (o al menos tres), tendrán que perder el "honor" de aguantar uno o varios hombres en la cama y que les pase lo que tenga que pasar.