domingo, 7 de junio de 2015

JUEGOS DE CROMOS O DE TRONOS

Más parece un juego de cromos, que de tronos, el que se avecina. Lo mismo que se avecina un verano de miedo, lo cual puede significar un excelente verano, o un verano donde se teme lo peor. En todo caso todo hay que dejarlo ya para el otoño. Las decisiones verdaderamente importantes vendrán a partir de las elecciones catalanas y de las generales. Hasta ahora ha habido amagos de cierta consideración, eso es indudable, pero ninguno de los dos partidos nuevos pueden constituir por si solos un gobierno alternativo. La casta pesa lo suyo. De forma que las elecciones municipales no han sido ni de cerca las de 1931. Todo se supedita, pues, a una nueva y más profunda ronda electoral. Imagino que no se puede regenerar en coalición, negociando el cambio profundo cuando agobia el toma y daca y colocar a los propios, a los próximos, a los aliados no tan malos, a los familiares que dicen que no son nefastos sino necesarios para la buena marcha del reino.
Así que vámonos adonde España va todos los años después de 1936, a pasar como puede los calores. Antes se hace difícil llegar a conclusiones, como se le hacía difícil a Hortense Powdermaker, la brillante alumna de Malinowski, establecer qué iba a investigar (por ejemplo al llegar a una isla melanesia llamada Lesu). La joven antropóloga debía anotar cuanto veía y escuchaba sin saber aún su importancia: "...naturalmente toda observación es selectiva...al principio no es posible saber lo que puede ser o no significativo".
Ahora en España hay signos de cambio como cuando en verano hay signos de tormenta. Pero por algo se dice que algo es como una tormenta de verano. Un cambio de verdad debe ser otra cosa.


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4 comentarios:

Benito dijo...

Uno de cada tres niños vive bajo el umbral de la pobreza en España, ocupamos el segundo lugar en pobreza por detrás de Rumania en la Unión Europea, según uno de los últimos informes de La Caixa. Tan solo nos quedamos con la medalla de plata, pero tal vez si perseveramos conseguiremos la de oro. Foucault en sus análisis sobre el espacio y el lugar y como los construyen las distintas sociedades contrapone a los lugares reales las utopías, lugares que no existen, y las heterotopías, lugares reales pero construidos en paralelo a los lugares reales. Estos espacios que se inventan parecen funcionar, entre otras cosas, como lugares de ilusión, y a tenor de la situación no parece extraño que necesitemos construir muchos.

Arriba y abajo, casta o no casta, las simplificaciones siempre son peligrosas ya hace mucho tiempo que las ciencias sociales pusieron en cuestión esencialismos, simplificaciones y naturalizaciones como las de raza y cultura (Boas por poner un ejemplo). Las realidades siempre pasan por ser algo complejo, fluido y cambiante. El amplio mundo está plagado de semejanzas, pero también de diferencias. El significado de la casa es bien diferente para los Hausa, para los Tuareg de las montañas de Níger o para los valencianos.

Cuando miramos a los “otros” especialmente cuando son tratados como “primitivos” no nos parecen importantes las simplificaciones, ni muchas veces somos capaces de apreciar en esos “otros” las complejidades, pero cuando esa misma medicina nos la aplican a nosotros, la cosa cambia. Lo padeció Hortense Powdermaker en Hollywood y nos lo trasmitió admirablemente.


Saludos,
Benito

Patricia dijo...

Buenos días,

Como bien dices, ante los próximos meses de miedo, tendremos que aprender a cabalgar sobre el viento, como nos relata un cuento Tao, en el que un El viejo maestro le narra a su joven e impaciente discípulo los pasos que debe seguir para conseguir alcanzar dicho misterio, y como él mismo los aprendió a su vez de su gran Maestro.

Así, le narra, que tras tres años de silencio, el gran Maestro se dignó a mirarle, entonces, comenzó a hablar, teniendo cuidado de no emitir ningún juicio sobre las cosas y los bienes... Tras cinco años, le dedicó una sonrisa, y con ello, fue perdiendo la costumbre de juzgar mentalmente, de distinguir entre el bien y el mal, entre la belleza y la fealdad o entre la afirmación y la negación. Después de siete años, el Maestro le invitó a asentarse y a formular una pregunta, con su gesto de respuesta aprendió a diferenciar lo interior y o exterior, y por fin, a los nueve años, el Maestro le dirigió una palabra, y fue cuando su espíritu quedó paralizado...sintiéndose arrebatado por un soplo de aire.

Creo que deberemos aprender a cabalgar sobre el viento, pero a la velocidad de los rayos de esas tormentas de verano que nos indicas, intentemos que nuestra mente se mantenga escéptica ante lo que se nos llega, mientras otros, sean casta o caspa o ambas cosas a la vez, mantienen sus cuerpos llenos de deseo e impaciencia.

La verdad, que el juego de tronos y más de cromos parece ser ahora el deporte nacional, saltando como en la comba, de territorio en territorio a la vez que tararean esa cancioncilla que cantábamos cuando éramos pequeñas se venden cerillas en el estanco:

1, 2, 3 y 4 se venden,
se venden cerillas
en el estanco,
y papel de fumar
por eso le llaman
El estanco nacional


Buena entrada de solsticio de verano en este, nuestro estanco nacional.

Un saludo,
Patricia

Luis Pancorbo dijo...

Como bien sabes, Benito, tuvo un éxito grande Nigel Barley, el "antropólogo inocente", al descubrir con humor interioridades de su trabajo con los dowayo del Camerún. Sin embargo la obra que a mi juicio tiene más entidad respecto a iluminar el trabajo de campo es "Stranger and Friend. The Way of an Anthropologist", de Hortense Powdermaker (1966).
Ahí se encuentra su periodo formativo en la mítica London School of Economics, en cuya sección antropológica impartían sus clases profesores de la talla de Malinowski y Radcliffe-Brown... Describe luego, Hortense en una parte verdaderamente luminosa su llegada a la isla de Lesu (Papúa-Nueva Guinea), y cómo debe empezar desde cero el primer estudio antropológico de su vida, el que le sirvió de pauta para otros estudios posteriores de gran calibre, como el que realizó en Indianola, un pueblo del Misisipí, donde ahondó en ambas comunidades a la vez, la negra y la blanca, con resultados incisivos y novedosos. O su trabajo ejemplar en una ciudad minera de Rodesia. Por eso, al llegar a su obra sobre Hollywood, Hortense ya estaba pertrechada con toda la capacidad de observación participante de una antropóloga de campo, creyente funcionalista, admiradora acérrima de Malinowski y Radcliffe-Brown, y así tomó el mundo del cine, sus pompas y sus obras, con el mismo empeño que si se tratara de una tribu de la Melanesia. De ahí la excelencia de su método de trabajo, aparte de los resultados.
Respecto al país que nos ocupa, y preocupa, das datos sobre pobreza infantil en España que son terroríficos, y que se suman a otras lacras de fondo. Pero evidentemente la desigualdad radical es un tema que no se aborda con parches de cromos. Se necesita el poder para un cambio de verdad. Siempre contando con que la gente lo que quiera, no vaya pasar ahí como con "the great unmentionable", como llama Randy Olson al cambio climático y otras cuestiones semejantes sobre las que el negacionismo y su contrario hacen extraños compañeros de cama en el pensamiento de las gentes, es más, puede que promuevan paradojas cognitivas de largo alcance. Y así nos va.
Un abrazo
L.P.

Luis Pancorbo dijo...

Tu lo has dicho, y muy bien, Patricia: vamos a entrar en el estanco nacional del verano, a ver qué se vende, cerillas, en efecto. Prohibida la entrada a los pirómanos. Los que queman bosques, además de los que queman ilusiones... Pero en fin, yo creo que hasta el equinoccio de otoño no hay mucho que rascar. Ya vendrá la hora de la verdad y ahí nos enfrentaremos a querer o no un cambio profundo en el reino.
Por lo demás, la desigualdad, por supuesto, los desplazados del mundo, que ya van por 50 millones los que han huido de sus hogares por razones bélicas, económicas y otras. Siempre con una causa: no les dejan vivir (en Myanmar, en Burundi, en Irak... tampoco en América Central donde miran el señuelo feliz de los Estados Unidos). Algunos marroquíes y subsaharianos creen que España es el paraíso y a veces -ya lo hemos visto- tienen que meter a sus hijos en una maleta para pasarlos de contrabando.
Pero en fin es casi verano, y oigo en lontananza una vieja canción de Tony Bennet: Speak low... rescatada admirablemente en una película tan desgarradora como "Phoenix". Va de lo que ocurre cuando el ser humano (el nazi alemán por más señas) alcanza su máximo punto de degradación.
Un abrazo
L.P.