sábado, 25 de febrero de 2012

RICOS Y POBRES

Claro que todo va mal, no hay más que ver los sueldos (más gabelas, y más lo que cobra la parienta, el sobrino, y demás tribu metida en la pomada)que cobran los cargos y carguitos de España incluso una vez rebajados. No hay más que darse una vuelta por la Corporación de RTVE, ejemplo de tantos cuentos, o mentiras, que se han instalado como discurso político habitual. Entonces es más sensato el índice CLEWI de la revista Forbes, un Indice del Costo de la Vida Extraordinariamente Bueno. Para que andarse con miserias, con los millones de españoles en el umbral de eso, o con los bosquimanos y otros que nunca nos alcanzarán, y además para qué. Pues bien, hay que estar en el lado del rico (mínimo 100 millones de dólares por barba) para entender la vida con optimismo. También los ricos sufren, pero menos, cuando suben los precios de los abrigos de sable ruso (un tigre) a más de 240.000 dólares; y ellas deploran cuando el lifting facial no supera los 18.500 dólares, si no es caro, ¿qué vale entonces? Razonable parece ser el precio de los potros de carreras (319.340dólares), y el de los helicópteros Sikorsky (14.8 millones de dólares). O mandar al chico a Harvard donde un año de carrera cuesta 56.652 dólares. De manera que está bien recordar eso que dijo Scott Fitgerald a Hemingway, que los ricos son diferentes. La respuesta fue obvia: "Sí, tienen más dinero".
Y más historias de la punta del iceberg del capitalismo, ese raro 1% muy rico, como cuenta John Lanchester en su libro "Capital" que aparece en marzo en Faber&Faber. Por curiosidad, claro.


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5 comentarios:

Benito dijo...

Podemos hablar de ricos y pobres tal vez de obreros y capitalistas, pero escuchando las noticias, leyendo los periódicos, todos los días podemos encontrar términos tan repetidos como prima de riesgo, tasa de endeudamiento … y una de las más temidas, el mercado… pero todo esto resuena a cosas, al menos, más antiguas que esta última crisis, resuena a ideas como el “fetichismo de la mercancía”, suena a teoría marxiana, vuelta a traer de moda, si es que alguna vez dejó de estarlo, por libros como “Primero como tragedia, después como farsa” de Slavoj Zizek.

Tenemos ante nosotros estructuras creadas por los hombres que parecen tomar vida propia y convertirse en algo externo y coercitivo para ellos, que a unos los condena a la miseria y a otros los conduce a los más alto del escalafón social, pero esta concepción externa y coercitiva no sólo recuerda al marxismo sino también suena mucho a conceptos durkheimianos, aunque esto último ya es harina de otro costal o por decirlo de otra manera, la otra cara de una misma moneda. Aunque cualquiera de estas dos líneas teóricas analizaba los males de su época (tal vez también de la nuestra) y proponían sus pócimas milagrosas para una futura sociedad curada de sus males.

Tal vez, sería conveniente recordar a los que consideran que el problema, si es que lo podemos llamar así, está en el propio hombre no tanto en las estructuras creadas por las personas.


Saludos,
Benito

Patricia dijo...

Buenas tardes,

Por supuesto, debemos estar al lado del poderoso, al menos en nuestra sociedad, ya que la escasamente instalada “capacidad negativa”, hace que el individuo no pueda escribir, ni pensar sobre su propio ser, debiendo reflejarse constantemente en los otros, pero...¿en qué otros?...en aquellos a los cuales quisiéramos parecernos y lo conseguiremos a través como no, del “consumo de emulación” aquel que nos hace creer en una movilidad social simbólica, como ya decía Veblen en el XIX, buscamos así la pertenencia a una clase social más alta y un mayor refinamiento.

El ya mencionado en este blog, Schumpeter anunció que el capitalismo moriría de éxito, o quizás no...aunque las propuestas de “New Deals” de nuestros gobiernos parece que nos lleven hacía las Hooverville...que nos nos importe... las cosas no son como son, son como queremos que sean.

Y entre las historias que nunca nos cuentan, destacar el año pasado, el libro del economista Ha-Joon Chang sobre las “23 cosas que no te cuentan sobre el capitalismo”...o esperamos quizás, que al menos, las contaran en Harvard.

Un saludo,
Patricia

Luis Pancorbo dijo...

El problema es el hombre, así es, Benito, y también es la solución. Pero, ¿por qué en nuestro Occidente tan precavido los esquemas de enriquecimiento por un lado, al mejor estilo salvaje de siempre, y de paro y miseria encubierta por alguna prestación por otro lado, siguen siendo los dos polos del discurso? No se ha avanzado tanto respecto a la dialéctica del XIX, y Marx lo conocía bien: "La humanidad se plantea solo los problemas que puede resolver; dado que, mirando el asunto más de cerca, siempre se encontrará que la tarea solo surge cuando ya existen las condiciones materiales para su solución o se encuentran al menos en el proceso de formación" ("Una contribución a la crítica de la economía política", Karl Marx, 1859).
¿Y vivir a la vieja usanza polinesia? Lo tuyo es mío, no hay propiedad, ni ansiedad, ni precupación por el futuro. Pero entonces, vamos a la Polinesia (no te digo a Papetee) y la avaricia ha llegado hace mucho tiempo, y todo lo demás, por lo que espero que gane un Oscar el George Clooney de "Los descendientes". Y lo digo por esa media sonrisa que tiene siempre en los ojos.
Saludos cordiales
L.P.

Luis Pancorbo dijo...

Sí, Patricia, las 23 cosas que no te cuentan sobre el capitalismo son dignas de conocerse. Algunos nos tememos que hay más de esa cifra. El CLEWI de Forbes (Cost of Living Extremely Well Index) es de una rudeza totalmente franciscana. ¿Por qué los ricos no han de tener su propio Indice para saber si sube o baja el precio de un reloj de pulsera Patek Philippe de 17.400dólares? ¿No tienen derecho a saber que si le ponen correa de cocodrilo les sube a 19.800 dólares? Y los directivos de países, partidos, corporaciones, empresas públicas, semipúblicas, o uxoriales, ¿por qué han de avergonzarse en este mundo, tan aquejado de terrorismo, tibieza e incredulidad, de sacar la mayor tajada posible de su permanencia en el chollo? Contra eso no hay etiquetas políticas que sirvan como barreras, sólo habría barreras personales. ¿Y el prójimo? ¿Quién es el prójimo aparte de mi cosca, que dirían en Sicilia?
Uno está favor del indígena, pero desde Colón -y antes de Colón- el papel del otro, ése generalmente de color marrón, ha sido sentenciado: a callar. Y así nos va, disfrutando de las delicias occidentales ganadoras (las delicias turcas engordan demasiado).
Saludos cordiales
L.P.

Jurema dijo...

Hola!

No me acuerdo del tiempo que hace que no vengo por aqui, no he podido!

La cosa esta que no se aguanta por ningun sitio....

Saludos