lunes, 16 de enero de 2012

AÑO DE ANSIEDAD

¿Un año de ansiedad o una era de ansiedad? Feliz 2012, en todo caso, y a capear tormentas y librarse de escollos, aunque no como el capitán italiano del crucero en la isla del Lirio. Auden escribió en 1948 "An Age of Anxiety" ("Una era de ansiedad"), un poema alegórico, y bastante pesado aunque ganase con él un Pulitzer, según Daniel Smith, colaborador del New York Times. La ansiedad no es como una tortilla de patatas con cebolla o sin cebolla. Es el mayor trastorno psiquiátrico en los Estados Unidos (afectando al 18% de la población adulta frente a la depresión y temas bipolares con el 9,5%). Sólo en 2010 se prescribieron 46 millones de recetas de Xanax, la medicina que está de moda en EEUU, como antes lo estuvo el Prozac, aunque con mayor motivo dado que, según Freud, la ansiedad es "...el punto nodal en que convergen varias e importantes cuestiones". Resolver el acertijo de la ansiedad ilumina la existencia mental, y esa idea de Freud la repite Smith, que va a sacar en julio de este año un libro titulado "Monkey mind. A Memoir on Anxiety". Smith sabe cómo se ponen de ansiosos sus compatriotas cuando se habla de Irán nuclear, de dólar en peligro, de energía nuclear con fallos, de falta de empleo, de fracaso del Tea Party..., de salsa de queso azul o vinagreta para la ensalada, pero aconseja no tomarse la vida por la tremenda. ¿No era una Era de Ansiedad la que hubo en el siglo XX? ¿Y la Edad Media? Ese sí que debió ser un tiempo incierto, y no esa tontería del apocalipisis del calendario maya. Otra cosa es que falte de comer, de beber, y de salir, y de todo, en el Occidente cristiano y ganador.

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4 comentarios:

Benito dijo...

En Gran Torino, Clint Eastwood realiza un retrato de sus compatriotas, al menos de una parte de ellos… una parte que ahora consume esos 46 millones de recetas, que de paso pueden servir para costear unas vacaciones exóticas o algún cambio de yate a los directivos de las farmacéuticas.

¿Y dónde no hay Xanax o Prozac? Siempre habrá un curandero que nos saque el mal de ojo, siempre a un módico precio. ¿Si no llegamos al curandero? Situación complicada entonces, toca pasar la ansiedad sin ansiolíticos, eso son palabras menores para personas acostumbradas a lidiar con el hambre, la malaria, el sida y suma y sigue. Pero estos, no entran en las cifras de las famosas agencias de calificación, ni en las estadísticas de “minijobs”, ni tampoco en las cifras de la ansiedad... sólo aparecen de vez en cuando en algún titular que nos asusta y que pronto olvidamos con la pastilla adecuada.

¿Cuál tomamos como unidad de comparación de la ansiedad? A vueltas con el problema de la comparación entre lo diverso. Eso nos lo resuelve pronto el doctor y su farmacéutica de cabecera y de paso mejoramos sus cuentas de resultados. Tal vez nos hiciera falta una pastilla para la memoria, quiero decir para mejorarla, porque una pastilla anestésica parece que nos la tomamos, al menos en Occidente, desde hace tiempo.

Saludos,
Benito

Patricia dijo...

Buenas tardes,

Rememorando grandes películas...ya se nos cantaba en Mary Poppins: ”...Con un poco de azúcar esa píldora que os dan, la píldora que os dan...pasará mejor. Si hay un poco de azúcar, esa píldora que os dan satisfechos tomaréis”...un aviso quizás en temprana edad, de lo que sucederá en edad adulta.

La ansiedad coarta nuestra libertad...hace que la mente divague...vivamos en un mundo donde las últimas tecnologías, en lugar de hacernos libres, nos esclavizan aún más, agendas repletas y compromisos varios ¿adónde nos llevan? ¿en que lugar queda el pensamiento? ¿la reflexión?...la negamos cada vez que aparece...de ahí el éxito de los fármacos milagro... o la cuchara de azúcar.

Sólo queda recordar por último una de las famosas Leyes de Parkinson: “el tiempo dedicado a cualquier tema...es inversamente proporcional a su importancia”...y sino....supercalifragilisticoespialidoso.

Un saludo,
Patricia

Luis Pancorbo dijo...

Sobre la memoria, Benito, hay una iniciativa en Italia de una persona que propone por 800 euros hacer un libro de memorias de una persona cualquiera, yendo a su casa a recoger datos, fotos y demás, y luego todo ello forma parte de un libro impreso. Esa iniciativa (ghost biography)de redactar las vidas de tantos anónimos, pero con relatos y familias interesantes, puede tener porvenir, pensando en cómo se dilapida, fragmenta y banaliza la información en las redes. Y por supuesto,echamos de menos, quienes pudimos oír retazos de genealogías, mitos e historias a la luz de las hogueras, a esas gentes del mundo que sólo necesitaron la palabra para transmitir conocimiento.
Saludos cordiales

Luis Pancorbo dijo...

Está bien esa pastilla con azúcar que dices, Patricia, la de Mary Poppins, muy en la línea de los placebos. Los antiguos indios tenían el soma, algo que aún no se sabe qué elixir o droga era. Aún hay quien la busca. El Alprazolam (conocido popularmente como Xanax) es la respuesta química que dan en EEUU al desajuste (ansioso) entre una sociedad pintada de glamour en los medios (y tvs) y llena de las habituales asperezas. Hay un desajuste grande entre expectativas y realizaciones, y mucha gente anda perdida en ese territorio intermedio, tan escorado como el crucero en la isla del Lirio.

Saludos cordiales