Siempre hay que luchar con algún Anteo, el gigante que impide el paso a los viajeros. Anteo era hijo de Poseidón (dios del mar) y de Gea (diosa de la tierra), no era poco y se necesitaba ser Hércules para burlarle y derrotarle.
En mi trabajo los peores Anteo son los que están en casa, no los que te encuentras por los caminos. Son los que dificultan la labor, o los que niegan los medios para contar el mundo. Ellos quieren que el mundo sea plano, que gire en torno a su ombligo y que no se aparte un milímetro de la órbita de su poder político o mediático.
¿Cuáles son vuestros Anteos?
Más información y sugerencias en:
http://www.luispancorbo.com/
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2 comentarios:
Querido y admirado Luis.
Mi Anteo es mi propio miedo, temor y falta de valor a romper con la rutina diaria, esa que nos devora y nos impide realizarnos y cumplir sueños, sacarnos espinas que hace tiempo quedaron clavadas.... Pero quien sabe, a lo mejor algún día decimos basta... Y como los pigmeos bambuti nos echamos todo al hombro y cambiamos el campamento.
Enhorabuena por tu libro "Río de América" me ha gustado mucho.
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