jueves, 1 de mayo de 2025

REBELIIÓN EN LA GRANJA (ELÉCTRICA)

El apagón, aún no bien aclarado, y aún menos iluminado, puede colear. Como las historias que hacen mella. Se cumplen los ochenta años de “Rebelión en la granja”, novela publicada por George Orwell en 1945. Una sutil sátira que no sólo se puede leer en clave anti-comunista, sino también anti-fascista. Y anti todas las formas de tomar el poder y disfrutarlo a placer. Ya se sabe: en la granja de Orwell el granjero Jones un buen día es derrocado y los animales se apoderan de todo. Enseguida los cerdos escalan posiciones y finalmente su líder, llamado Napoleón, se erige en dictador con la excusa sublime de que “Todos los animales son iguales, pero algunos animales son más iguales que otros”. Los cerdos, en aquel caso, y en otros, ganan. ¿Es una cuestión política? Sí, pero de modo secundario. Es una cuestión antropológica. Hace siempre que el poder corrompe, y más si es absoluto. La naturaleza humana -o porcina- quiere comer bien, sentarse en una buena butaca, y no trabajar con las pezuñas en el lodazal. Sus altos miembros directivos van perfumados como seres superiores a los que los demás deben pleitesía sin rechistar. Y por eso “Animal Farm” se lee de un tirón desde hace ochenta años, Menos cuando hay apagones y no tenemos velas ni linternas a mano. Pero desde luego los apagones son tan interesantes de dilucidar. Son un síntoma de nerviosismo de sistemas complejos, y seguro que también ponen nerviosos a los que creen que van a perder dinero y poder si alguien les menea el chiringuito.

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