sábado, 20 de julio de 2019

JJULIO AL ROJO

Cuando viví en Italia en los años 70 los gobiernos, casi todos de centro sinistra, apenas duraban unos meses. Nadie se inquietaba por ello. Enseguida  hacían otra coalición y santas pascuas. Un campeón del pacto me fascinaba por su nombre,  Mariano Rumor, presidente del gobierno varias veces, y siempre sin despeinarse. Otros gobiernos muy locales, por ejemplo de en kang o poblado, tenían  jefes, como algunos entre los masais, que simplemente poseían todo: las vacas, las mujeres, y las propias cabañas de estiércol. Otro sistema para no discutir.
 Aquí llegará un momento en que los gobiernos, construidos con fatiga, se  irán sucediendo, todos felices de haberse conocido,  sin por ello arreglar los problemas de fondo, empezando por los territoriales, siguiendo por la justicia, la precariedad. la desigualdad, el nepotismo y la rifa de prebendas, sin olvidar la regeneración sin más. Bendito Joaquín Costa, convertido en una calle de Madrid que curiosamente nadie pretende quitar. Es tiempo, pues, de incendios, los árboles no protestan, y de tomar mucho gazpacho, y, como ya pasaron lasa fiestas riojanas  a base de tirarse vino tinto, se podría ir pensando en la tomatina, que es la gran batalla del verano español.  Y su mayor broche rojo.

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6 comentarios:

PF dijo...

Buenas tardes,

El camino italiano, seguramente seré el que nos espera. Llevamos desde marzo (y antes), hablando de pre elecciones, elecciones y post elecciones, y así, llegamos a julio, y ya se sabe, “Por San Juan, todo es trigo, y, por la Magdalena, trigo y avena”, época de recolección de las cosechas de cereales y forrajes…y lo mejor es que la economía parece que mejora sin gobierno, o al menos eso indican datos macroeconómicos….que los “micro” siempre son muy distintos, cosa de la estadística, que como diría Eco es la disciplina por la cual si hay dos personas y una come dos pollos computará que comieron uno cada una.

Pues ya se sabe, que, tras un duro invierno, y al menos “entre marzo y abril, tres avechuchos pasan el mar: el cuco, el rulo y el parpellegal”, y como narró Aurelio de Llano en unos de sus cuentos:

Una vez iban dos mozos por un monte y oyeron cantar al cuco, y uno de ellos dijo en voz alta:

Cuquellín del rey
barbas de escoba,
¿cuántos años hay
de aquí a la mi boda?
.

A lo que el cuco respondió: - ¡Cu, cu! ¡Cu, cu!, y así unas cuantas veces.

Los mozos se enzarzaron en una discusión, pues cada uno pensó que la respuesta iba para él, así, que decidieron consultarlo a un abogado. Este les dijo: -Dadme dos monedas cada uno, así que, se las dieron, y el abogado guardó el dinero.

Luego, preguntó a uno de los mozos:
—¿A quién crees tú que cucó el cuco?
. —Me cucó a mí.
— Pues no, señor!

Ni te cucó a ti
ni a tu compañero;
a quien cucó fue a mí
que os llevo el dinero
.

Al menos la respuesta a la pregunta de para quién cantó, canta y cantará el cuco, la tenemos claro, para los de siempre, es decir, dinero muy sudado nunca fue muy
rodado
.

Un saludo,
Patricia

B Fernandez dijo...

Se comenta estos días la famosa escena del regreso de Fernando VII y como se quitan los caballos de la carroza y son sustituidos por ciudadanos. Todo ese ritual para el olvido de la primera Constitución española. No sé si ha llovido lo suficiente desde entonces, para que eso sea solo una cita escrita en los libros de historia, o tal vez, sea un ejemplo de idiosincrasia patria que perdura.

Spencer en su texto sobre las elecciones de 1982 en Sri Lanka nos muestra que no existe un camino inevitable en enseñar a los niños a cantar que nuestro lado es el bueno y el otro es el malo y una situación dos décadas más tarde con las carreteras llenas de cadáveres como visión diaria. También afirma que: “… los habitantes locales se han apropiado de las instituciones de la democracia representativa como espacios rituales… discriminando la buena gente de la mala y usando mometos de licencia electoral para decir y hacer cosas que normalmente les avergonzarían”.

Como afirma Spencer, tal vez no deba entenderse la política como una acción puramente instrumental, también tiene su cara social y cultural. Esa visión poliédrica, plural, relativa, parece estar poco de moda. Las preocupaciones y necesidades de muchos no parecen ocupar titulares, ni ser trending topic en redes sociales, a menos que resulten en beneficio para algunos.

Pero puede ser buen momento para recordar lo que Umberto Eco escribió en La Stampa: "Las redes sociales le dan el derecho de hablar a legiones de idiotas que antes hablaban sólo en el bar después de un vaso de vino, sin dañar a la comunidad. Entonces eran rápidamente silenciados, pero ahora tienen el mismo derecho a hablar que un Premio Nobel. Es la invasión de los imbéciles". Tal vez, debamos estar atentos y no dejarnos confundir por los idiotas a los que se refería Eco, o incluso ser sin pretenderlo, uno de ellos.

Un saludo,
Benito

juan de la cruz471 dijo...

No sabemos, luego debemos aprender. Los políticos españoles actuales no saben pactar, luego deberán aprender. Es la consecuencia -antes tan deseada- de que se haya abierto el juego a un supuesto centro y a una izquierda más potente. No debería pasar nada en el honor de los políticos para que sean capaces de ceder y pactar, pero el hecho de que hasta ahora haya habido gobiernos monocolores parece como que que ponen en peligro algo traserosexual. El actor Luis Ciges, (hijo del gobernador Civil del Frente Popular en Ávila asesinado por los sublevados hace casi justamente 83 años) le dice en la película "Amanece que no es poco" a su hijo Antonio Resines cuando se ven obligados a compartir la única cama que hay.

-¿Me respetarás?
-Pues claro que te respetaré, ¡qué cosas tienes papá!
¡Ay! Hijo que un hombre en la cama siempre es un hombre en la cama.

Pues eso, que la política está para hacer extraños hombres-compañeros de cama que se respeten. Eso es a lo que hay que aprender. Basta ya de barajar, que llevamos no sé cuantos meses sin cortar y empezar a hablar de grande, chica, pares, y juego, mucho juego.
Un abrazo y que el juego y no el fuego protagonice ese verano, que yo no he visto nunca estos campos de Béjar tan secos, y tampoco había conseguido tomates rojos en fecha tan temprana como he conseguido. En Madrid parece que los "rojos" todavía están verdes.

Luis Pancorbo dijo...

Me gusta, Patricia, el cuco cual oráculo, según el cuento que nos traes de Aurelio de LLano. Haces bien en rescatar ese mundo que se nos escapa. La Sibila de Cuma, cerca de Nápoles, tuvo siempre prestigio mitológico. Pero el cuco tampoco falla en sus respuestas. Lo importante es siempre la interporetación.
Lo malo es que este mundo se degrada desde la raíz, no sólo desde el cambio climático que ya padecemos. El presidente de los Estados Unidos jalea a una congresista demócrata para que se vaya a su país de origen, Somalia. Sin medias tintas.
El presidente de Brasil tampoco vacila. ADeja hacer a las bandas de facinerosos que roban tierras a los indígenas. La ley va por un lado, y los bandidos van con motosierras. Por un lado la Constitución, por otro lado unos 90.000 indígenas en la Amazonia brasileña que ven cómo les comen el terreno.
E la nave va, decía Fellini. ¿Adónde?
Un abreazo
L.

Luis Pancorbo dijo...

Que algunos españoles quisieran ser caballos para tirar de la carroza del Rey felón, Fernando VII, es una imagen que acompaña bien el grito de "Vivan las cadenas".
Lo cierto es que hay mucha gente que es feliz con el servilismo. Y tras tantas guerras civiles es indudable que hay muchos que no ve más allá de vivir de un chollo , o del cuento. Por otro lado cada vez hace más calor en España.
Umberto Eco, a quien nos recuerdas con tino,, tenía, entre otras virtudes la de verlas venir. No se trata de un trabajo de pitonisa. Era una mente privilegiada, sus conocimientos eran enclcopédicos (en e buen sentido de Diderot y otros), pero siendo un adalid de la cultura sobre bases analógicas, y teniendo a los libros invadiendo literalmente su cabeza y su casa, percibió y anticipó el peligro de internet. Describes muy bien, Benito, su comentario sobre los bobos de bar y sus opiniones inocuas. Era también un mundo analógico,
vitivinícola, incluso había carteles o azulejos en los bares de "Se prohíbe blasfemar".
Ahora sin cartel a la vista se prohíbe pensar, es decir, disentir del que manda y hasta del que quiere mandar y está en la cola.
Un abrazo
L.

Luis Pancorbo dijo...

Gracias, Juan, por tus alegorías de los tomates. Los tomates rojos se adelantan y los tomates verdes fritos quedan mejor en una película.
Lo que nos sobra es calor, ya dicen que en pocos años alcanzaremos la media de Marrakech. Pero como el cambio climático no existe, no hay problema.
Estuve hace pocos meses en la Antártida (regresé tras 50 años y casi no me lo creo)- y los que saben í me contaron que el peligro final está allí.
Cuidadosamente acongojaqdos estamos, pues a lo mejor esto aguanta un poco más antes de llegar a Marte.

Antes de llegar a Marte habrá unos cuantos gobiernos de coalición en España, pues no siendo los gabinetes de naturaleza eterna, y con las ganas de discutir de nuestros políticos, las crisis lloverán.
Hay que cultivar nuestro jardín, escribía Voltaire al final de Cándido.
Tu la lo haces, Juan.
Un abrazo
L.