miércoles, 7 de diciembre de 2016

LOS PECES QUE CANTAN

De nuevo se va a consumar el prodigio en España: los peces cantan en el río y hasta en el mar. ¿Cómo es posible? Por la Navidad, naturalmente, la fiesta del Sol Invicto de los romanos que fue succionada por los cristianos para poner ahí un nacimiento que, de ocurrir, quién sabe, tuvo lugar en otra época del año, quizás hacia el equinoccio de primavera. Bueno, tomemos el solsticio por lo que vale, un final y principio del año solar. Pero si queremos signos, que son mejores de digerir que ciertos turrones, en España se van juntando los problemas de fondo, o constitucionales y hasta constitutivos,  y la forma de resolverlos es cantando como los peces en el río. ¿Si un pez abre la boca en el agua para cantar no se ahoga? No, si es un pez español. Si es de otra nacionalidad no se puede apostar mucho por él. Aquí llega el momento de hacer simétrica la asimetría, no hay problema. Los maestros italianos ya resolvieron la política de las convergencias paralelas. Hay que importar eso como regalo navideño: convergencias paralelas, mucho mejor que unos guantes. Es tiempo de soñar siempre, no sólo en estas fechas. Algunas tribus sueñan, especialmente los aborígenes australianos del dreamtime, y lo que sueñan tiene carta de naturaleza. El etnógrafo lo recoge, no opina. El literato lo sublima. Torres Villarroel: "Es gran cosa el sueño para cabalgadura, porque en un abrir y cerrar de ojos, se halla uno a mil leguas de su cama". Pero uno se teme que aquí nunca pasa el tiempo de darle a la zambomba, algo distinto de querer arreglar los temas.

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6 comentarios:

juan de la cruz471 dijo...

Benditos los sueños cuando no estaban chamuscados. ¡Qué hermoso era dormir y más aún despertar la noche de Reyes! Nos hacemos viejos con los sueños chamuscados como quedaron dos de los protagonistas de "El día de la Bestia" de Álex de la Iglesia. La bestia era Trump y lo dejaron nacer, ahora a ver si es un pragmático, un negociador, como dicen algunos optimistas que le votaron y no la bestia que prometió. Aquí en España andan chamuscados todos los jóvenes políticos alternativos tan prometedores que acompañaron a Santa Claus Rajoy, que no se moja en el río mientras los suyos beben y beben y vuelven a beber.
Pero siempre hay un mañana y ha habido momentos peores, vimos el fin del golpismo, de la inseguridad ciudadana que causaba la heroína, vimos el fin de ETA, del cataclismo nuclear, que retratan esa maravillosa película de Kubrik y Peter Sellers y otra más seria que protagonizaba Henry Fonda. Renazcamos con esa maravillosa película de Frank Capra "Qué bello es vivir" que creo que es de dominio público.

Benito dijo...

Desgraciadamente con mucha frecuencia los sueños se tornan en pesadillas, sobre todo cuando los que hacen girar las cosas toman ciertas decisiones. Los jóvenes aborígenes arrancados de sus familias para internarlos en instituciones. También aquello de ir de picnic con los nativos, por recordar tiempos no tan pasados para los australianos.

¿Es hora de mirarnos en el espejo o cruzarlo o tal vez hasta romperlo? aunque tal vez eso sea peor, sobre todo si somos algo supersticiosos, para intentar espantar nuestras pesadillas. Claro está que para los que intentan convencernos de que vivimos en la mejor de las casas posibles, con cuatro arreglos de decoración será suficiente, eso de conjurar puede sonarles hasta peligroso. Ya se sabe cómo pueden comportarse nuestros caseros cuando se cabrean.

Jon Elster interpreta el estructuralismo francés como una manera de negar la realidad de la elección racional, afirma que el conjunto de limitaciones define un conjunto de acciones realizables que se reduce a un conjunto muy pequeño de ellas, incluso a una sola. Tal vez, debamos romper una lanza, por los análisis de Lévi-Strauss y otros estructuralistas, que no parecen tan simplistas como afirma Elster. En todo caso, es un un buen pretexto, para poner en la palestra una vez más las limitaciones y constricciones que las diferentes fuerzas imponen, como han revelado reiteradamente Bourdieu o Foucault entre otros. Podemos tener grandes problemas sino reconocemos los problemas y podemos tenerlos aún mayores si nos empeñamos en negarlos.

Saludos,
Benito

Luis Pancorbo dijo...


Reconocer los problemas, bueno, eso es un remedio suave comparado con el método habitual en España que consiste en negarlos. De ahí vienen los lodos, Benito, es cierto. Me gusta mucho la disección que hizo Lévi-Strauss en su día (Palabra dada, 1984) del adjetivo inglés 'jural', cómoda mezcla para ley y moralidad. En principio era la madre del cordero, algo 'jural'era muy útil para análisis de sociedades. Pero Lévi-Strauss no cayó en la trampa de los abusos que entrañaba la vaguedad del término 'jural'. Si se aplica a algo moral se trata a menudo de sujeción moral o consuetudinaria. Pero otras veces 'jural' pertenece a la esfera de la conciencia individual:"...como si a ojos del etnólogo y del sociólogo pudieran existir valores morales exentos de sanciones colectivas, incluso difusas". Es arduo, desde luego, producir una elección de veracidad, una elección racional, una elección sustentada en un acercamiento etnológico, que evidentemente rechaza la negación de la realidad. Pero no hay otro camino, que el del espejo, devolver a los ciudadanos su imagen real (desde los años 30) aunque no les guste, claro. ¿A quién puede gustar mirarse en lo que encierra el Valle de los Reyes de Cuelgamuros?
Felices fiestas y un abrazo
L.

Luis Pancorbo dijo...

El comentario al comentario que hiciste, Juan, no sé dónde ha ido. Te repito aquí la idea de que el cine español tiene sus limitaciones, pero que "La reina de España" de Trueba intenta al menos por vía tragicómica recordar el paisaje moral de Cuelgamuros. Una pesadilla, desde luego, y ahí anda con sus juanelos y sus meños y sus tutankamones. Y así entramos en el 17 como el pueblo en el que nunca se mató a una mosca.
Felices fiestas y un abrazo
L.

Patricia dijo...

Buenos días,

Efectivamente, al menos por el momento ha pasado el “riesgo” de votar, pues la Navidad nos acerca el tiempo de comer, cantar y botar aunque como se dice “para quien tiene llena la panera, diciembre es siempre primavera”.

En este mundo, carente de proporciones, lleno de desequilibrios, y en donde hacemos de la cruda realidad una noticia positiva, pongo como ejemplo las visitas de escolares a los bancos de alimentos o la recreación de campos de refugiados en los colegios, ¿debe existir esta crudeza como representación en edades tan infantiles? ¿es necesario? ¿oportuno?, todos sabemos que las pesadillas y los sueños forman un conjunto, pero, quizás todos debamos tener el derecho de abrir los ojos sin ser sobresaltados por el timbre de despertadores, ya habrá tiempo, al menos durante los once meses restantes de darnos cuenta como decía Viviane, de que deberemos “ser rentables para merecer el derecho a vivir”.

Intentando hacer propias las consideraciones de Pendás:

(...) No debo de ser muy malo
si no fue casualidad
que un Ángel por Navidad
me haya hecho un buen regalo

En mundo nadie las haga,
que hoy el que no corre vuela,
“el que la tumba la paga”
y el que la cobra consuela.

¿Para qué tanto luchar
en este mundo malvado
si todo se ha de quedar
como lo hemos encontrado?
(...)


Y respondiendo a la pregunta, aunque este mundo sea sólo a ratos malvado, debemos luchar para estorbar, para evitar lo superficial y aparente, y que no sea un sueño el poder dejar este mundo peor que lo encontramos, aunque esto último se nos presenta para un próximo año 17 como una quimera...¡qué menos que intentarlo!.

Un saludo,
Patricia

Luis Pancorbo dijo...

Dos puntos geniales pones, Patricia: que para vivir hay que ser rentables (los mayores pueden ser objeto de crematorio, lo que duran, por favor, ¿cómo se les ocurre?). Y los que critican esta sociedad ganadora, a la pira también. Y los que no creen las mentiras religiosas que camuflan el látigo, la faltriquera, la dominación, siendo tan usual todo esto en España desde siempre (con raros paréntesis de lucidez pronto machacados por las armas, claro).Y luego es luminoso ese villancico laico de Pendás que nos traes, sobre todo la última estrofa: "¿para qué tanto luchar...si todo se ha de quedar/como lo hemos encontrado". El Caudillo que pinta Trueba parece que está vivo aún por Cuelgamuros, o muerto vivo. España no digiere la libertad, ¿será cosa del clima, del aceite, del anís, del polvorón?
Torres Villarroel lo tenía claro: "No hay que dar muchas vueltas a este mundo, porque no hemos de sacar de su trato otro deleite que desazones, locuras, necedades e impaciencias". Sí, pero ha habido maestros del pensamiento, de la ciencia, de la antropología, de la literatura, de la música, que no han querido sentirse derrotados porque las cosas estén hechas a la medida de los que se creen dueños de la realidad, Hitler, Mussolini, Franco, Antonescu... ayer. Hoy Mister Trump lidera la involución. Pero mira cómo beben esos tiburones y encima cantan villancicos.
Felices fiestas y 17.
Un abrazo
L.