miércoles, 9 de marzo de 2016

GOBIERNO ROTATORIO: UNA MODESTA PROPOSICIÓN

Que cada partido gobierne un mes, coloque a sus allegados, y que siga la rueda. Esa es una modesta proposición, aunque la de Swift era más enérgica indicando a los ingleses la conveniencia del consumo de niños irlandeses para paliar la hambruna. Pero el gobierno rotatorio español, a falta de otras soluciones atendibles, arreglaría parcialmente el marasmo. Además la Unión Europea siempre podría designar para las cuestiones corrientes un minigobierno de técnicos, siempre y cuando enviara  de Bruselas gente de tipo honesto, que para lo contrario ya se anda sobrados aquí. El modelo de gobierno rotatorio tiene además un precedente en el Consejo de Administración de RTVE en la época más gloriosa de ese invento llamado Corporación. Tras las dimisiones de Luis Fernández y Alberto Oliart, en época de Zapatero, en RTVE cada consejero de cada partido gobernaba un mes. Todos aquellos presidentes mensuales estaban felices por la largueza de sus tarjetas, gastos, despachos, influencias, colocaciones y emolumentos, cómo no. Entretanto se desalojaba mediante un ERE obligatorio a los profesionales de la casa, y si no, se los vetaba para el ejercicio de su profesión. Asunto arreglado. A diferencia de Swift, pero con más sutileza aún, Lévi-Strauss decía que "todos somos caníbales". "A fin de cuentas el modo más sencillo de identificar a otro con uno mismo es, una vez más, comiéndoselo".

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6 comentarios:

juan de la cruz471 dijo...

Discrepo maestro hoy, con tu broma. Dicen que los niños de los divorciados que alternan la custodia son los peor educados porque rota la solidaridad entre padre y madre ambos compiten por quien les da mayores caprichos y les impone menores deberes, y los españoles no necesitamos peor educación. Por eso, los periodos cuatrienales de gobierno; así nadie siente la tentación de ser rumboso más que al final, a la hora de pedir la renovación, vaciando un poco más las reservas.
Sigo pensando en un entendimiento en el que ganáramos los españoles de a pie, aparte de la pedagogía que es el entendimiento mismo. Si nuestros elegidos pueden tomar café o bromear en los pasillos sobre fútbol o televisión también podrán adptar decisiones conjuntas, que para eso rompimos el sencillo bipartidismo. Pero será complicado con todo lo que se dijeron en la pasada intentona. Un abrazo.
Por cierto, Luis, quiero hoy alabar tu profesionalidad y educación asombrosa. Hace poco vi, o volví a ver, en uno de tus documentales como ibas hablando en un embarcadero y tropezaste cayendo al agua. Te levantaste sin ninguna maldición de esas que cualquier español hubiera proferido tan pródigamente. ¿Fue un montaje o es cierto que tu cara de buen chico solo se arruga cuando recuerdas las sevicias de tu última vida laboral?

Luis Pancorbo dijo...

La cuestión es, Juan, si España no empieza a ser uno de esos clásicos "mundos al revés" que hacían la delicia de los etnógrafos, y que recuerda Lévi-Strauss en "Todos somos caníbales", una de sus obras gloriosas. Pues bien, según el profesor inglés Basil Hall Chamberlain los japoneses se llevaban la palma en ir al revés, pues entre cosas, para enhebrar, empujaban el ojo de la aguja hacia el hilo y no al contrario. Aquí para formar gobierno primero los supuestos copartícipes se despellejan, y luego fingen que no querían eliminar al rival, es más, que lo necesitan como agua de mayo. Santo entendimiento nuestro. O sea, al entendimiento por el cainismo. Quizá sea un método, pero no hace falta ser un experto para ver que las elecciones son el único remedio, o quizá desagüe, al que conducen todas estas contradicciones. Y esa segunda vuelta electoral servirá o no, por eso uno plantea, al hilo de Swift, una modesta proposición, a ver si se calman los ánimos y apetitos tras chupar todos poder y dinero durante un periodo rotatorio.
Un abrazo
L.

Benito dijo...

Para aparentes "mundos al revés" también podríamos fijarnos en los hanunóo de las islas Filipinas y su clasificación del color, cosa que desconcertó a Conklin cuando comenzó su estudio, pero cuando profundizó un poco más, el desconcierto se fue transformando en conocimiento.

Si entendemos por fingir dar existencia a algo que no la tiene. ¿Se consigue realmente engañar? ¿Estamos ante el gatopardismo de siempre o ante uno nuevo? ¿Corre el tiempo igual para todos? Tal vez sea interesente este diálogo de la película de Nanni Moretti, Mia Madre:

Ada: En este lugar son todos muy inteligentes. Necesitan a alguien un poco más estúpido... para elevar la moral.
Giovanni: ¿Qué quieres decir mamá? ¿De qué hablas?
Ada: De todo. Dicen siempre "Debes hacer así" "No, no, debes hacer así"
Giovanni: Pero estás en un hospital. Así funciona.


¿Estamos también nosotros en el hospital?... Utilizando nuevamente a Lévi-Strauss en "El pensamiento salvaje”: “…no es necesario que la lógica del sistema coincida en todos sus puntos con el conjunto de las lógicas locales que se encuentran insertas. Esta lógica general puede ser de otro orden...”

Saludos,
Benito

Patricia dijo...

Buenas tardes,

La verdad, como mera observadora de nuestra pseudo-realidad patria, me viene a la mente la frase de Arthur Rimbaud ver lo invisible, oír lo inaudible, al que siempre podemos agradecer que sus versos iluminaran el título del ensayo el Horror Económico de Forrester (Dreyfus).

Permitirme aplicar estas coplas de Aurelio del Llano, que leí recientemente, pues creo que estamos asistiendo a el baile patrio del pandero, que dio inicio con los primeros golpes de pandereta, donde el tocador entona su primera copla diciendo:

“He tenido atrevimiento
de coger la pandereta
como aquel que coge un libro
sin conocer una letra”.

Otros miran cuando los actores danzan, mientras estos adquieren un aire, que en apariencia es más movido, a la vez que dulcifican su letras mientras cantan:

“Ahora que sale, sale,
ahora que sale el sol,
ahora que sale, sale
de lo bueno, lo mejor”.

Cuando se saca a bailar a un nuevo amigo, el cantador entona esta copla de alabanza:

“Ahora tengo que dar
un golpe más que sola
porque ha salido a bailar,
el garbo y la lozanía
¡Viva quien baila!
Si toco la pandereta,
la toco porque yo quiero,
porque yo los mis amores,
en el baile no los tengo”.

Y otros como alternativa se suman al cante:

“Mozinas que estáis bailando,
bien podéis considerar
que las que estamos mirando
también queremos bailar”.

(...) y finaliza el canto, cuando se les entona a las mozas que están mirando:

“Salid mozas a bailar
a romper vuestros zapatos
que después de casaditas
no os faltarán trabajos”.

Nos queda la esperanza de que quizás la idea de rotatorio sea la de cambio, visto de una manera positiva para los que nunca nos sumamos al baile....pero para finalizar, parafraseando también a Rimbaud tanta paciencia tuvimos, que todo lo hemos olvidado.

Un saludo,
Patricia

Luis Pancorbo dijo...

Alcancé a ver a los hanunoo de la isla de Mindoro hace ya cuarenta años. No me dio tiempo de ver su mundo al revés, pues enseguida debí cambiar el escenario de mi pesquisa televisa, siempre en esa isla filipina, y nos dirigimos a filmar a los batangan, gentes que en esa época desconocían los espejos. Los hanunoo recibían esporádicas visitas del PANAMIN, el ministerio para las minorías étnicas, dirigido por Manda Elizalde, descendiente de españoles, y hombre polémico desde que sacó a la palestra el tema de los tasaday, la tribu neolítica de comedores de flores de Palawan que luego resultaron ser unos campesinos disfrazados de primitivos. En fin los hanunoo, por lo poco que vi, tenían un idioma incluso escrito (en tubos de bambú) y su escritura nada tenía que ver con el tagalo, el batangan y tantas otras lenguas del archipiélago. Me parecieron, desde luego, un pueblo con un alto nivel de riqueza cultural, con sus poemas y canciones escritas (talladas) en bambú, pero un niño estaba gravemente enfermo y toda la atención se dirigió a su evacuación mediante el helicóptero que nos había llevado al pueblo. Pero volviendo al mundo al revés, Benito. ¿Por qué España es diferente incluso a la hora de no saber cómo superar el consabido bipartidismo (y otras cuestiones previas, claro)? A lo mejor es, como sugieres, Benito, porque estamos en el hospital de Moretti y no queremos reconocerlo. Nos reconocemos como entre los más listos de Europa, y olvidamos que en otros países (Italia, Alemania...) han superado formalmente las ideologías y símbolos nazi-fascistas de la segunda guerra mundial. Aquí se separa al franquismo, y sus secuelas, de ese tronco, como si fuese una planta brotada en la originalidad de la piel de toro, como si fuera por ejemplo una rara chufa. Vale, pues, entonces somos diferentes, enhebramos llevando el ojo de la aguja al hilo, pero luego nos sorprende que el desbarajuste político-ambiental empiece a ser intratable. No faltando ya demasiados descosidos. ¿La culpa? De los otros, siempre de los otros, cierto. Por eso decía Lévi-Strauss que para capturar realmente la esencia del otro se llega a tener que comerlo.
Un abrazo
L.

Luis Pancorbo dijo...

"Tanta paciencia tuvimos que todo lo hemos olvidado...". Gracias, Patricia, por traer a Rimbaud iluminando ese otro aspecto, de pandereta en el peor sentido, o de parche, de nuestra realidad. En cambio las coplas del pandero son buenas como todo lo que, etnográficamente, alude a un tiempo y a unos artefactos y usos idiomáticos, y que había que registrar. Pero, ¿y ahora qué nos ponemos a grabar del momento español? Dos meses esperan para la caza del raro urogallo patrio, o la felicidad gubernamental. Cuando ellos se concilien los españoles sonreirán aliviados: aún somos capaces de entendernos. O quizás no. Esa es la cuestión. Siempre se puede dar un poco de maquillaje, o recurrir a una modesta proposición rotatoria swiftiana (antes de empezar a comerse unos a otros). Pero de momento todo queda un poco desangelado, como si la vocación de este país fuese la provisionalidad (cosa diferente a funcionar mediante el sistema político en funciones). Walt Whithman, el gran bardo norteamericano, cantó con júbilo la llegada de la primera república española. Otras hojas de hierba.

Un abrazo
L.