lunes, 20 de julio de 2015

INDEPENDIENTEMENTE

Independientemente de cómo termine el tema de Catalunya lo cierto es que ya hay que sacar algunas conclusiones. Y son las de un dispiacimento. Un lamento que siempre se puede referir, por una parte, a Antonio Machado, crítico con una Castilla, epítome de España, que "desprecia cuanto ignora". Y por otra parte a que haya algunos que, como en el país de "A través del espejo" de la Reina Roja, para quedarse en su mismo sitio tienen que correr  todo lo que puedan, y correr el doble de rápido para llegar a otro lugar. El tema de Cataluña no se enfoca con la debida sensibilidad. Hace un siglo sí que la había, lo cual no deja de ser portentoso. Vamos hacia atrás en el entendimiento, o a lo mejor es que escapamos como cangrejos, quién sabe. Hace un siglo los mejores escritores e intelectuales españoles iban encantados a Barcelona, tenían allí amigos, y estos los recibían con los brazos abiertos. Galdós, Azorín, Valle, Unamuno...se interesaban por una lengua y una cultura de gran altura como la catalana. No era sólo por el modernismo, por figuras de la talla de Domènech i Muntaner, era por todo. Lo recoge espléndidamente el profesor Sotelo en su libro sobre viajeros por Barcelona. Ahora parece que vivimos situaciones de desierto de los tártaros. Pero, ¿quién es el enemigo?


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5 comentarios:

Benito dijo...

Puede ser interesante comenzar volviendo a recordar la definición de Tylor sobre la “cultura”, definición que conserva todavía valor: “Conjunto complejo que abarca los saberes las creencias, el arte, las costumbres, el derecho, así como toda disposición o uso adquiridos por le hombre viviendo en sociedad”

Podemos no estar de acuerdo en un uso principal que a veces se intenta hacer de la “cultura”, esa forma de simplificación que consiste en instrumentalizarla. Crear una especie de herramienta externa a todos nosotros que nos programa y dirige, convertidos así en una especie de cíborg programados y reprogramados ¿por qué? o ¿por quién?... El camino de la simplificación puede llevarnos también a la dualización entre lo cultural y lo material, que podemos entenderlo como otra reducción... Adoptar la diversidad como guía o asumir que la naturaleza de las cosas es cambiante pueden ser caminos interesantes por recorrer.

Parece que a veces nos obsesionamos quijotescamente, y puede que quieran también obsesionarnos, en ver gigantes donde hay molinos, y otras veces, tal vez veamos molinos donde hay gigantes.

“... Así pues, desconfío de los contrastes superficiales y de lo aparentemente pintoresco; tienen calidad de efímeros. Lo que llamamos exotismo traduce una desigualdad de ritmo que es significativa durante el espacio de algunos siglos y oculta provisionalmente un destino que también hubiera podido ser solidario...” como nos recuerda Lévi-Strauss en Tristes trópicos


Saludos,
Benito

Luis Pancorbo dijo...

Si algo enaltece el trabajo de los antropólogos es cuando estos se interesan por los otros (pueblos, lenguas, culturas...), y llegan a valorarlos. Tu lo sabes, Benito, porque sigues a Lévi-Strauss. En sus célebres conversaciones con Didier Eribon,("De près et de loin") Lévi-Strauss no tuvo empacho en volver a defender el pensamiento salvaje, una forma polémica de referirse a lo que piensan los otros, los más lejanos a menudo, eso que al poder occidental, con sus terminales e ideologías, le parecía algo arcaico. ¿Arcaico lo diferente? Nada más fácil que pensar eso y empezar a ejercer un sentimiento de superioridad. Naturalmente los diferentes son inferiores, los otros son arcaicos, los catalanes ni te quiero contar... Y es solo un ejemplo. Pero estoy acuerdo con Lévi-Strauss cuando decía que el pensamiento salvaje es excelente (no siempre están comiendo pantorrillas humanas): "...esas formas de pensamiento [arcaico] son siempre actuales, y están vivas entre nosotros... Coexisten con formas de pensamiento que invocan la ciencia; también ellas con coetáneas y con el mismo derecho". No veo lo efímero en lo diverso. Veo al contrario el deseo de la comodidad, y más en verano: hombre, no molesten ustedes... O lo de cambiar la Constitución, sí, sí, pero cuando toque. ¿Y cuándo toca el pito el señor factor que conduce el rebaño de nuestras mentes?
Claro, Valle podía permitirse aludir a la "barbarie ibérica unánime" porque estrenaban en Barcelona "la cabeza del Bautista" en 1925, tras la dictadura. Una actriz italiana, Mimí Aguglia hacía el papel de Pepona. El esperpento es inatacable, y además "Valle busca en la sátira grotesca ejemplaridad moral", datos y apreciaciones del magnífico trabajo de Adolfo Sotelo Vázquez "Viajeros en Barcelona". Hace un siglo había un deseo de conocerse mejor y de aprovecharse del conocimiento que conllevan las diferencias. Ahora ha sobrevenido un desierto tártaro, y hay bastante diferencia, sí, pero a peor.
Un abrazo
L.

Luis Pancorbo dijo...

"También ellas son coetáneas" debe decir no "con coetáneas" en la cita de Lévi-Strauss que traduzco de "De près et de loin", Ed. Odile Jacob, Paris, p. 154. Unos diálogos siempre refrescantes entre L-S y Eribon.
El libro de Adolfo Sotelo Vázquez es: "Viajeros en Barcelona", Ed. Planeta, Barcelona, 2005.

Patricia dijo...

Buenas tardes,

¿Quien es el enemigo?... Como decía Chaplin, “Mi único enemigo es el tiempo”. Aunque bien parece que el hombre doliente es capaz de creer ciertas cosas con tal de salir de su miseria, entiéndase esta no sólo económica sino de espíritu, que es la que amenaza nuestra efímera existencia todos los días.

Quizás más nos vale repetir esta pieza del folklore o permítaseme llamarlo mantra astur:

El lunes le dijo al martes
que fuera a casa del miércoles
a preguntarle al jueves
que había dicho el viernes
que dijera el sábado
que el domingo había baile.

Lo que no se puede aclarar es si el baile es del cangrejo o el de cualquier otro animal nacido al albor de otro caluroso verano.

(...)
-Toma un poco de vino- Le dijo la Liebre a Alicia en tono alentador
Alicia pasó la mirada por la mesa de cabo a rabo; pero no vio en ella más que tazas de te, por lo cual observó:
-No veo el vino en ninguna parte.
-Porque no hay-dijo la Liebre
(...)
-¿Por qué se parecerán tanto los cuervos a las mesas de escritorio?
¡Adelante! Veo que nos vamos a divertir-pensó Alicia ante la primera pregunta del Sombrerero- Me alegro que hayan empezado a jugar a los disparates y a las adivinanzas. -Me parece que esa la adivino yo-
¿Es que encuentras la solución? Le dijo la Liebre
Seguro-contesto Alicia
Entonces, ¿por qué no dices lo que te parece?
Al menos...creo decir lo que digo...que es lo mismo ¿comprendes?

No sé si llegaremos a comprender este País de maravillas, pero cada vez esto se parece a una merienda de locos.

Un saludo,
Patricia

Luis Pancorbo dijo...

También a mi me gustan mucho, Patricia, las dos Alicias, y cada cita de ellas es un acierto. El país de las maravillas y el país del otro lado del espejo son lo mismo: un desafío a la lógica corriente. Que además suele ser la peor de las lógicas. El nonsense es una buena medicina contra ese modo de enfrentar los problemas que consiste para algunos en apelar a la real gana. Lógico. Eso es la ley. La ley corriente, la inmodificable, la eterna (salvo para allegados y así). ¿Y los otros? ¿Es que no tienen derecho a hacer también lo que les de su real gana? No, los otros no. No hay enemigo, porque tampoco hay vino, acabáramos. La liebre de Alicia es sabia. En el tema de Cataluña desde luego que se necesita la sensatez, por ejemplo, de Azorín en 1906, en calidad de reportero, de ´modesto observador', y sin embargo sus apreciaciones son valoradas muy positivamente por un periódico como La Veu, "adalid del catalanismo", como recuerda Adolfo Sotelo en "Viajeros en Barcelona". Es más, La Veu al dar la bienvenida a Barcelona a Azorín desea que éste tenga "bon seny e bon encert en ajudar-nos en la tasca de salvació de Catalunya, base de la salvació d´Espanya". En aquella época estaba en juego el regeneracionismo, algo que a uno le suena como que todavía se echa en falta en la piel de toro. Ah, y el domingo baile, como dice esa bella charada asturiana que nos traes en plena canícula. Un soplo de aire fresco del norte.
Un abrazo
L.