sábado, 11 de abril de 2015

PROHIBIDO PENSAR Y HABLAR

Todo va bien en España, y de hecho hasta vendrá el calor. Que el país se arregle o regenere es más dudoso. ¿Por dónde se empieza, por la cabeza o por la cola? Las cabilas españolas, uno de nuestros mayores resultados histórico-étnicos, ya han cogido sus espingardas para disparar a todo aquel que amenace su chollo o el de su parentela. Esas cabilas no entran sino transversalmente en los actuales partidos políticos, que por otro lado están en proceso de reconstitución. Antes para eso se usaba mucho el aceite de hígado de bacalao. Pero todo va mejor que bien, quién lo duda. La justicia española, entre la somnolencia y la ataraxia, avanza hacia el infinito, el final más justo de todas las causas. Los políticos cepillan con sus manos el terciopelo de sus poltronas: ya están limpias para volver a sentarse. Las puertas giratorias están tan bien engrasadas como siempre. ¿No es eso eficiencia europea? Luego dirán que África empieza en los Pirineos.

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4 comentarios:

Patricia dijo...

Buenas tardes,

Pensemos para desistir, hablemos para callar...todo va viento en popa, con el viento siempre a su favor, las naves llegaran a puerto seguro y sus mercancías como siempre, a buen recaudo para poder iniciar la venta, el intercambio, el mercadeo o trueque que de todo habrá en la viña del Señor.

El escritor Pendás Trelles, recopiló una serie de cuentos populares, el titulado Las escobas más baratas, puede ser descriptivo de lo que se sucede cíclicamente en este nuestro País y en tantos otros lugares:

En casi todas las ciudades populares, como en Madrid, en las calles que convergen en la Puerta del Sol, o en Oviedo, en las que llevan a la plaza del Fontán, se escuchan pregoneros que gritan:

-¡Escobas de palma!-dice uno
-¡Escobas de buena palma a veinticinco céntimos el par!-decía otro situado en la boca de otra calle adyacente
Pero, ¿como puedes venderlas tan baratas?, le decía el primer vendedor al segundo. Pues yo no puedo venderlas a menos de veinte céntimos cada escoba, y eso porque el material no me cuesta nada, ya que lo robo.
A lo cual el segundo vendedor le replica-¡Ay compañero!, a mi me valen más baratas.
-¿Más baratas?- le dice el primero
Sí, hombre sí, yo las robo ya hechas.



Y como terminaremos nosotros este ciclo de cuatro años, como siempre, barridos, ya que como como bien describe la RAE en una de sus acepciones, barrer es no dejar nada de lo que había en alguna parte, llevárselo todo, descriptivo, ¿verdad?.

Dejo para el final una frase de esperanza de el Discurso final de la película "El gran dictador", de Charlie Chaplin: (...) En nombre de la democracia, utilicemos ese poder actuando todos unidos. Luchemos por un mundo nuevo, digno y noble que garantice a los hombres un trabajo, a la juventud un futuro y a la vejez seguridad (...).


Un saludo,
Patricia

Benito dijo...

Observando la diversidad africana y recordando estudios clásicos como por ejemplo los de Evans-Pritchard sobre los Nuer en los que se refería a un tiempo ecológico y un tiempo estructural. También podemos hacer referencia a Eliade y como de una manera simplificada podemos hablar de dos tiempos, por una parte un tiempo lineal que es irreversible, tiempo de la cotidianidad y de lo profano y un tiempo cíclico que sería el tiempo del retorno, el tiempo sagrado. Los del chollo parecen vivir en ese tiempo cíclico, ser sus sumos sacerdotes, junto con sus familiares y asesores y para el resto parece quedarnos el tiempo lineal, ese que es irreversible.

En todo caso, lo que algunos parecen olvidar, es que el tiempo es tiempo social, que éste está encuadrado dentro de un marco de relaciones que es heterogéneo, cambiante y plural. Umberto Eco con su nuevo libro, vuelve a darnos algunas claves para reflexionar sobre el tiempo y algunas otras cosas, sin las que no parece que sea posible ningún cambio en estos tiempos convulsos. Deberíamos hacer nuestras las críticas de Eco sobre la mentira y la manipulación, de esta manera contribuiríamos también a clarificar algunas cosas.

Saludos,
Benito

Luis Pancorbo dijo...

Bueno, Patricia, es genial lo del vendedor de escobas, el que las robaba ya hechas. Así salen las cuentas muchas veces en estos pagos.
Lo malo de esta situación de pre-cambio (casi Precámbrica por lo vetusta) es que el neolenguaje impera. Todos dicen que se renuevan, incluso los bipartidistas, y ponen en sus listas a los de siempre. Los nuevos partidos al menos tienen alguna cara nueva.
Pero no estamos solos en un planeta cada vez más caliente.
De hecho eso se niega, como sabes. Los funcionarios públicos en Miami, relacionados con cuestiones medioambientales (son 3.200 personas) han recibido la orden de no emplear los términos de "cambio climático", "calentamiento global", y "sostenibilidad". Les está prohibido emplearlo. Luego eso no existe. Miami es la cuarta mayor zona del mundo vulnerable a una subida del nivel del mar. Por tanto, aunque haya inundaciones graves (2 pies de agua durante 26 horas en Florida en 2014)lo mejor es apoyar a Disneylandia. Y sobre todo a Pluto, que es el que no habla.
Un abrazo
L.P.

Luis Pancorbo dijo...

Ya sabes, Benito, que Eliade en su esencial "El mito del eterno retorno" puntualiza muy bien el tema de la regeneración del tiempo según las varias culturas. Sin embargo, Eliade recuerda: "...el futuro regenerará al tiempo, es decir, le devolverá su pureza y su integridad originales".
Ya está resuelto para los eternos aspirantes al eterno retorno, de los que Borges se reía un poco con razón.
El tiempo futuro, lo que prometen en épocas electorales, es mejor que el tiempo actual por definición: nadie lo ha manchado todavía.
Me parece más acertado no usar el tiempo como un artilugio político, o religioso. La revolución era para ayer. La justicia debía haber venido. La pureza no es algo supeditable a decisiones judiciales o político-judiciales que igual vienen. Las elecciones no curan los males futuros. El presente es lo que importa y sin embargo es lo que se hipoteca por parte del poder. El presente es del poder, que vengan los mesiánicos que quieran: los poderosos y sus adláteres durarán hasta el último segundo o suspiro ordeñando la vaca o lo que sea.
Un abrazo
L.P.