domingo, 8 de febrero de 2015

EQUILIBRIOS O CAMBIO EN ESPAÑA

Como Grecia no es España, ni España es Bután, lo cierto es que se presentan algunas novedades, acaso borrascas, en el horizonte. Decía Max Gluckman que "los antropólogos analizan una sociedad como si estuviera en un estado de equilibrio". Eso da pie a estudios considerables si de verdad no hay cambios a la vista, y admitiendo que una sociedad es "un conjunto de relaciones rígidas en torno a unos puntos fijos...". La tendencia de una sociedad, tras una perturbación (como la que lleva entre líneas el largo periodo electoral próximo y su resultado), es volver a su costumbre. Viva el Gatopardo, don Fabrizio de Salina. Todo el mundo quiere estabilidad, cómo no, pero no se puede mantener la estabilidad en la desigualdad, unos acumulando desaforadamente (y a veces con cualquier atajo, corrupción o uso abusivo de los privilegios de casta) y otros sin poder pagar la luz. Por eso se valora tanto, incluso antropológicamente, el equilibrio pues es un antídoto contra el horror que produce, no ya el vacío, sino el cambio. Pero sin cambio aún andaríamos adorando a los reyes dioses, y ensalzando las Cruzadas, tan buenas para los templarios y otras veces para los papistas, y a los racistas que querían ser arios y todos los demás pardos, y a tantos partidarios de que el Sol girase en torno a la Tierra, que es mucho más confortable para las meninges y las carteras que lo contrario.
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4 comentarios:

Benito dijo...

Estirando un poco la expresión atribuida a U. Eco: sólo se hacen libros sobre otros libros y en torno a otros libros. Podríamos decir: sólo se crean expectativas sobre otras expectativas y en torno a las expectativas. En este caso, sobre la bondad del año en curso y las mejoras por venir para los siguientes, claro esta, si seguimos las recetas de los chamanes que al parecer controlan las expectativas. De no seguir sus consejos a saber conque espíritu nos asustaran. Lo que también parece claro es que los que no pueden pagar la luz, tampoco pueden manejar las expectativas.

Lo que tal vez no debería olvidársenos, como podemos leer por ejemplo en Meillassoux es que las disputas en las sociedades calificadas de primitivas existían y existen igual que en las sociedades más complejas. Tal vez la diferencia sea en como se afrontan, tanto en el pasado como en estos tiempos, las diferencias para conseguir estabilidad, Quizás entendida esta como dignidad humana, derechos humanos o como mejor podamos expresarlo.

Por otra parte, contra los peligros de las soluciones y expectativas sociocentricas, a las que un día sí y otro también parecen tenernos acostumbrados, las recetas relativistas pueden ir bastante bien. De otra manera el frío invierno que Weber pronosticaba esta más cerca cada día.

Saludos,
Benito

Luis Pancorbo dijo...

Cierto es, Benito, que las disputas y divergencias sobre la marcha de la sociedad no han sido privativas de los países desarrollados (económicamente). Hay un componente de disensión en muchas tribus y pueblos que tienen que apaciguar por varios sistemas. Incluso existe el cotilleo, el escándalo y la denigración, por ejemplo entre los indios makah, y eso es algo no siempre dirigido contra los blancos, como estudió Colson en 1942, sino contra los hermanos y vecinos. ¿Por qué suponían los blancos que los makah no querían progresar, y no ser unos más que otros, o tener unos más que los demás? LOs makah tenían sus propias ideas sobre conseguir status, no siempre ideas comunitarias y desprendidas, sino movidas por motivos de ostentación parecidos a los del potlach. Pues bien, eso es siempre a una escala. Aquí coges la lista de Falciani con todos los que se han llevado dinero a Suiza y por ahí y ves que el patriotismo es de plástico. Respecto a no pagar impuestos es lo que se impone a la vista de tantos escándalos. Y sin embargo el perolo se mueve en torno al estómago. no al revés. Fue Max Gluckman en "Politics, Law and Ritual in Tribal Society" quien tomó el ejemplo de los makah de Colson para ratificar su tesis sobre el papel de "la persistencia de la costumbre en el mantenimiento de un sistema social en equilibrio". La costumbre restaura las heridas, cose los brotes disolventes del querido cambio.
Lo malo, claro está, es que la costumbre se base en corrupciones y corruptelas, en defraudar y no cumplir, en amagar reformas radicales y quedarse con el poder. Entonces, es evidente que se restaura el equilibrio pero volviendo a la mala y sacrosanta costumbre de la estabilidad por encima de todo, y así se cierra el bucle. Tutti contenti.

Un abrazo
L.P.

Patricia dijo...

Buenas tardes,

Tiempo de carnaval o “antroxu”, de máscaras y disfraces, previo a la cuaresma post-electoral que nos espera, tiempo de los “tragones” personajes que comen compulsivamente por si en un futuro no muy lejano no encuentran nada que llevarse a la boca y como siempre tiempo de “peleles” figuras humanas que se llevan las culpas, los golpes y las burlas... Y que al final como siempre son a quienes juzgan y condenan por la muerte de la sardina, dando paso a lo socialmente correcto.

Así es, unos prometen, lo que otros ansían, la estabilidad, pero no nos damos cuenta de que si una de las partes está sorda, siempre contestará a aquello que cree oír. Como en el cuento del labrador sordo (del que existen diferentes versiones) que narra como un labrador que estaba arando la tierra, se da cuenta que se acercaba un caballero y piensa como será el dialogo entre ellos:

Caballero- que Dios me guarde los bueyes
Labrador- le diría: su caballo también
Caballero- ¿cuánta simienta lleva la tierra?
Labrador- la montera llena
Caballero- ¿cuán hondo lleva el riego?
Labrador- la guiada hasta el nudo
Caballero- qué camino va para el pueblo de arriba
Labrador- por esa cuesta arriba

Sin embargo, como casi siempre el diálogo real fue así:

Caballero- esos bueyes son suyos
Labrador- su caballo también
Caballero- eso, mierda para tí
Labrador- la montera llena
Caballero- te voy a pegar con la guiada
Labrador- la guiada hasta el nudo
Caballero- los demonios te acompañen
Labrador- por esa cuesta arriba

Puede que en este país de Nunca Jamás... Después de tantos días perfectos, empecemos a creer de verdad, que toda la vida será así... Pero no estaría demás acordarse de la siguiente frase atribuida a Aristóteles: Se piensa que lo justo es lo igual, y así es; pero no para todos, sino para los iguales. Se piensa que lo justo es lo desigual, y así es, pero no para todos, sino para los desiguales.

Un saludo,
Patricia

Luis Pancorbo dijo...

El carnaval que nos traes, Patricia, tiene mucha miga, mucha más que una chirigota. Es una apelación a la subversión, naturalmente aceptada, maquillada y digerida, porque ya han pasado los tiempos absurdos en que hasta eso se prohibía. Es mucho mejor que la gente tenga espitas, carnavales, fútbol, misas, concursos canoros, a que se pongan a reflexionar sobre la injusticia imperante.
Por el carnaval, claro está, tampoco vendrá la liberación.
En ese diálogo tan racial del caballero y el labrador del que pones dos versiones, vemos en la última de ellas un atisbo de rebeldía. Una imprecación, una maldición, sin embargo, no es algo suficiente para cambiar el orden revenido de las cosas. El orden sacrosanto en beneficio del que va a caballo a lomos del prójimo.
Pero estamos en época carnavalesca y de hecho la lista Falciani ahora quita la careta a tanta gente que ya se sabía que tenía cuentas en Suiza. O en Andorra. O grabadas en la piel del esclavo. Eso sí es un disfraz continuo.
Un abrazo
L.P.