domingo, 11 de enero de 2015

LA ESPAÑA DERIVADA

Ya andamos por el 2015 admirando la fuerza moral de la República francesa, y de sus tres palabras clave, libertad, igualdad, fraternidad. Eso es difícil de ser superado aunque el terrorismo quiera dañarlo, o la mediocridad del conformismo. En el reino de España se inaugura el año electoral con un país que cada vez se parece más a esos productos financieros que se llaman derivados. Son el colmo de la ingeniería financiera que, sin llegar a los extremos del terrorismo, desde luego insiste en poner el sistema en peligro sobre unas bases de avaricia que quien mejor las ha visto hasta ahora es el lobo de la película de Scorsese. Los derivados son unos engendros que basan su valor en el precio futuro de algo. Eso, con sus variedades y el también llamado mercado de futuros, es el mayor funambulismo que se pueda concebir. Se compra la opción de algo cuyo precio aún no ha surgido, a lo mejor es el precio del petróleo o del aceite de oliva pero dentro de seis meses. Todo cabe en ese castillo de naipes lleno de humo: los cítricos y el oro, y se opera no sólo sobre materias primas, tangibles aunque no producidas ni cosechadas, sino sobre tipos de interés, o sobre ficciones tales como el valor futuro de las acciones... En fin, una burbuja de categoría gigantesca, y para algunos si eso estallara dejaría pálidas a las burbujas inmobiliarias y financieras que ha habido y hay. Eso estremece y más saber que los nueve mayores bancos de los Estados Unidos tienen invertidos en derivados tantos trillones de dólares que eso equivale a tres veces toda la economía mundial. Un globo que sin embargo se pincha con un palillo de dientes. España no tiene tantos trillones de derivados y futuros salvo en sus partidos políticos: ya no hablan tanto de regenerar sino de ganar las próximas elecciones para ver de regenerar. Es una diferencia, y un valor derivado. Ustedes compren, que nosotros ya veremos lo que les damos. Feliz año en todo caso o malgré tout. Vivan siempre los Charlies.


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4 comentarios:

Benito dijo...

Deben existir pocas certezas, pero desde luego, que cualquier castillo de naipes con una leve brisa se derrumba debe ser una de ellas y no es menos cierto que tarde o temprano esa brisa se desencadenará y muy probablemente los derivados entrarán en default, que se lo digan a los holandeses y sus bulbos de tulipán en el siglo XVII. En ese momento un montón de expertos nos abrumarán con sus sesudas explicaciones y otro montón de, por así llamarlos, neochamanes intentarán deslumbrarnos con un alubión de soluciones. Pero estos neochamames poco tienen que ver con los auténticos, como por ejemplo cuando los San, Khwe o los Baserwa tratan de obtener el poder espiritual del eland eso si son otro tipo de soluciones.

Mientras tanto por aquí a vueltas con las elecciones, podríamos encararlo parafraseando a Larra… Vuelva usted en 2016, hasta entonces se aparcan los problemas. No pensamos en el desempleo, en los enfermos, por ejemplo los de hepatitis c, en la educación,… Todo aparcado y a vivir en el país de las maravillas o casi, que la realidad no nos estropee un maravilloso titular parece ser la máxima. Podríamos recordar a Scarduelli cuando a propósito de los ritos nos recuerda que el ritmo y la repetición desempeñan un papel importante en la sintonización tanto a nivel físico como cognoscitivo, muchos de nuestros mandamases deben pensar igual. Pero si seguimos un poco más a Scarduelli, también afirma: “…quien asiste a un rito destinado a provocar en los participantes un estado de éxtasis, pero no comparte el sistema de creencias en que se basa el rito mismo, en general no experimenta efecto alguno…” Mientras tanto podemos seguir buscando el lugar en el que Kaggen encontró el zapato que el espíritu del arcoíris había perdido.


Saludos,
Benito

Luis Pancorbo dijo...

Es como dices, Benito, una vieja estafa que pende de un hilo más fino que el de los tulipanes holandeses del XVII. Tácticas capitalistas nuevas, pero iguales que siempre, derivados, futuros, warrants, el asunto es instalar un imperio sobre el humo.
Pues para eso no convendría agachar tanto la cabeza. Occidente se ha convertido en un sitio cómodo, no tan feliz, pero cómodo. No hay una casta, hay dos, o si prefiere, una casta, la del poder de verdad (que es una gran mentira), y la de los parias sin casta pero con obligaciones tales como comer, aunque no tengan trabajo, vivir, aunque les desahucien, tener una salud envidiable, aunque les regateen el fármaco para su hepatitis.
La sociedad occidental no sólo está en peligro por ataques terroristas como los de París. También influye el progresivo ahondamiento en la desigualdad.
Y te felicito, Benito, por traer a colación al antropólogo Pietro Scarduelli. Ha dado estudios memorables sobre el rito, pero tiene uno que a me parece definitivo sobre el significado simbólico de la caza de cabezas. Explora perfectamente lo que suponía esa práctica ancestral(en Borneo y otros lugares). Lo que no trata Scarduelli, por lógicos motivos de época, es el significado simbólico de la caza de cabezas en el primer mundo. Cómo las redes sociales y las televisiones igualan las mentes, antes de darles un tajo. Cómo se abren camino los robots que al final no sólo facilitarán el trabajo, sino que conseguirán despedir a más gente. Si no a todos. Un mundo descabezado, pero ideal para la casta pensante y ejecutante, la casta 'derivative', por supuesto.
Un abrazo

Patricia dijo...

Buenas tardes,

Este año, políticamente hablando, el globo ha comenzado nada más comer las uvas, aunque algunos pronostican que explotará antes en Grecia que en nuestro país, en donde a lo sumo se deshinchará un poco, nunca llegaremos a desarrollar una burbuja política, a lo más que llegaremos es a tener multitud de pompas de jabón, que unos querrán pinchar antes de que se formen mientras otros las acarician en tanto que hacen acrobacias con varias a la vez.

Cuanto se parecen los nuevos productos financieros a aquellos peces ficticios llamados cordobeyu o gamusinos de la mitología astur, con la que se engañaba y engaña al de afuera, invitándole a cazar o pescar de noche, acabando en un buen remojón. De ahí la famosa frase: ¡está a gamusinos!

Una vez más acudo a los clásicos cuando Góngora escribió en uno de sus poemas:

(...)
¡Cuán diversas sendas
se suelen seguir
en el repartir
honras y haciendas!
A unos da encomiendas
a otros sambenitos (...)

Y que bien se puede aplicar su estribillo:

(...) Cuando pitos, flautas,
cuando flautas, pitos

Ustedes compren flautas que ya les daremos pitos. En el 2015 tiempo habrá de comentar.

Un saludo,
Patricia

Luis Pancorbo dijo...

Como decía Ortega y Gasset, Patricia: "Dadas las circunstancias, es tal vez lo más oportuno escribir algo sobre el vuelo de las aves anilladas". Un magistral artículo que publicó en El Sol el 18 de agosto de 1929.
Lo de los gamusinos, seres misteriosos de origen piscícola, los que veo que en Asturias llamáis cordobeyu, lo oí hace medio siglo a un compañero del Colegio Mayor con una gran propensión para el humor.
España, claro está, está poblada por una gran cantidad de gamusinos.
Ortega defendía su independencia. "Una de las cosas que más indignan a ciertas gentes es que una persona no se adscriba al partido que ellas forman ni tampoco al de sus enemigos, sino que tome una actitud trascendente de ambos, irreductible a ninguno de ellos" (La nación de Buenos Aires, 15 de mayo de 1930).
No es estar sólo "au dessus de la mêlée" como Ortega: es procurar que no te vendan gamusinos, que no de igual pitos que flautas, no aceptar que todo sea burbuja y derivados.
La antropología tiene un fuerte carácter lenitivo. Se estudia al hombre desnudo con una luz que parece la que Ortega recuerda de Los Nibelungos de Hebbel: "Cuando Brunilda llega a las tierras claras de Borgoña desde su patria dice:
'No puedo acostumbrarme a tanta luz.
Me hace daño, me parece como si estuviese desnuda.
Como si ningún vestido fuera suficientemente tupido.'
("Filosofía pura. Anejo a mi folleto Kant". Revista de Occident, julio de 1929).
Muchos piensan que lo principal en este mundo es el poder, y la pasta (macarrones y euros, dólares y garbanzos). Se disfrazan para ello de muchas cosas: los de derecha dicen que tienen una política social. Los de izquierda dicen que si ganan dinero a espuertas, de tal o cual manera, no pierden sus convicciones socialistas.
No sé, España sigue invertebrada como en tiempos de Ortega. Todo, limpieza (fair play), regeneración (por fin), consulta al pueblo (no sólo democracia cada cuatro años y gracias), se remite a después de votar. Empieza el año 2015 y los arreglos se prometen para el 2016 o más adelante. Primero hay que sentarse, repartir la baraja y echar cuentas con la familia.
Pero lo curioso es que Ortega no alcanzó a ver que las masas no se han rebelado. No están felices pero ahí están esperando el week end, el puente y las vacaciones de Semana Santa.
Y que nos den los nuevos gamusinos, tienes razón, Patricia.

Un abrazo
L.P.