lunes, 6 de octubre de 2014

EL DON DE LAS TARJETAS NEGRAS

Cada mes trae su corrupción, como la caída de la hoja, pero octubre amanece cubierto de las tarjetas black de Caja Madrid-Bankia. Dan ganas de cantar: "Black is black/I want my baby back". No pasa el tiempo por la España oficial, o sea, la transversal del poder negro y el dinero negro. Y de arriba abajo. O de abajo arriba, que da igual. Es lo que algunos llaman corrupción sistémica, que se traduce como sistema corrompido. Si lo ponemos en dimensión antropológica ya está todo eso analizado hace mucho tiempo, y de forma brillante por Mauss en 1925. "Qué fuerza hay en la cosa que se da que hace que el donatario la devuelva". Porque el tema no es el don en sí, el regalo del dinero negro. Sino la obligatoriedad de devolución que engendra. Responder al regalo con algo, tal la clave. Y naturalmente no se devuelven a Caja Madrid las corbatas compradas con cientos de miles de euros: se devuelve poder político, influencia, tanto de forma activa como pasiva. Llamémosla pasiva: los que reciben el regalo (la infinidad de regalos e intercambios en que se basa la casta de los bramines españoles) también pueden responder cerrando los ojos, mirando hacia otro lado, o tapándose las narices o la boca. Eso es también corresponder al don.


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4 comentarios:

Benito dijo...

Parece que basándose en Mauss e incluso en Malinowski, Lévi-Strauss dándole una vuelta de tuerca más, hablaba de los intercambios de mujeres, de bienes y de palabras. Lo que parece que creaba tres campos de la vida social: el parentesco, la economía y la cultura. Si esto es así, el intercambio se constituye no sólo como un “hecho social total” sino en el “hecho social total más total”. Podríamos pensar en los parientes, la economía y la cultura de esos que permanecen unidos por las tarjetas y del resto de mortales que no las poseen, por lo que al menos el universo podríamos dividirlo en dos hechos sociales, uno para esos pocos privilegiados que manejan el cotarro y las migajas que sobran para el resto.

Podemos orientar nuestra mirada también hacia la Psicología de la Gestalt o Psicología de la Forma, parece que según esta psicología la mente da forma a través de ciertas leyes a los elementos que llegan a ella por los sentidos o la memoria, el problema puede estar en que parece que no todos percibimos y analizamos del mismo modo y donde para unos lo que hay son tarjetas repletas para otros lo que hay son carros de la compra vacíos y para esto no hay jarrones de Rubin que valgan.

“La situación es grave pero no seria”, dirán los de las corbatas. Esta y otras muchas reflexiones atribuidas a Ennio Flaiano nos vienen como anillo al dedo. Las frases de Flaiano condensan como nadie esa realidad que todo lo supera y esa sensación de partida de cartas entre pillos a la que asistimos como espectadores y mientras tanto otros pillos intentan aligerarnos los bolsillos, las culturas y tantas otras cosas.

Saludos,
Benito

Luis Pancorbo dijo...

Bien, Benito, por esas apreciaciones sobre el intercambio como "hecho social total". Sin embargo el propio Mauss fue pionero y original al delatar el problema. Ya en su "Introducción a la Etnografía" da cuenta del sistema primitivo de las 'prestaciones totales'. "Cuando un kurnai australiano se encuentra en el mismo campo que sus suegros, no tiene ningún derecho a comer ninguna de las piezas de caza que él ha obtenido: sus suegros lo toman todo, ya que su derecho a ello es absoluto. Es lo que llamamos el comunismo, donde la reciprocidad es total, pero sólo a nivel de individuos".
Y también Mauss recuerda que desde un principio el comercium llevaba aparejado el connubium "ya que el casamiento sigue al comercio...".
Hablando de las tarjetas negras. Es indudable que se trata de una originalidad de la casta brahmana española. Corrupciones hay muchas, pero creo que ésta se distingue porque la devolución del regalo podía consistir precisamente en abstenerse de actuar, de ver, de oír, de hablar. Dejar hacer al establishment, puesto que éste es bueno con sus pretorianos de todos los colores y los llena de regalos y gabelas, colocaciones y pastizaras. En ese sentido nuestro sistema es inferior, más primitivo, que el cabileño y otros africanos. Esto es lo que llamaba Mauss, como antes dije, "prestaciones totales", en cuerpo y alma, y en vergüenza que se anula para corresponder con su falta de vergüenza a la dádiva. Ya digo, ni siquiera hay en este sistema, el Bankia black, esa cierta nobleza cabileña, la de hacer algo por la cabila, un grupo social aunque sea reducido. Aquí es todo para uso y disfrute del estómago propio, o al máximo el de la parienta y algún familiar cercano, mejor si es un consanguíneo de primer grado. Esa era una 'prestación total' en organismos como TVE y otros similares.
Respecto a situar el tema con la Gestalt, que ciertamente tiene su atractivo relativista, nos sitúa en planos cognitivos que la antropología no siempre puede tener en cuenta. Hay algo casi siempre vigente de materialismo cultural en las cuestiones antropológicas.
Ah, y Flaiano...era un maledetto. En Roma lo adoraban todos, los de la literatura, los del cine. Animaba el cotarro con sus ácidas battute. Muy buena, ésa que traes de "la situación es grave pero no seria", que es exactamente lo que ayer se traslucía de la rueda de prensa sobre el ebola. ¿Cómo va a haber ebola, y descontrolado, en la patria de Don Pelayo (y otros próceres no tan nobles)?
Un abrazo
L.P.

Patricia dijo...

Buenas tardes,

Tarjetas negras... acumule regalos y puntos; humor negro... para reírse de los otros y gatos negros... que se cruzan en el camino, da igual que nos salgan por la izquierda, por la derecha o desde cualquier dado, no nos sirve de nada cruzar los dedos al final siempre nos traen mala suerte y recibimos arañazos en nuestros bolsillos, en forma de subida de impuestos, congelaciones salariales varias o menos becas y peor sanidad.

El nombrado Schopenhauer en una de sus metáforas escribió: “Dos chinos que se hallaban en Europa fueron por primera vez al teatro. Mientras uno se ocupaba en descifrar el mecanismo de la máquina, que consiguió. El otro que no conocía el idioma, intentaba encontrar el sentido de la obra”... ahora el mecanismo cambia continuamente para adecuarlo a la obra sin que jamás entendamos su argumento.

Willian Makepeace Thackeray autor de obras como Barry Lyndon, llevada al cine por el gran Kubrick escribió The Book of Snobs by One of Themselves describe a las diferentes clases sociales del XIX y podemos seguir aplicándolo a las castas del siglo XXI: “Give importance to unimportant things” (dar importancia a cosas sin importancia) y “Meanly admire mean things” (admirar mezquinamente cosas mezquinas). Así que sólo nos queda mirar de frente, mientras abrimos ojos y permanecemos atentos.

Un saludo,
Patricia

Luis Pancorbo dijo...

Thackeray, considerándose a sí mismo un snob (que viene de sine nobilitate, sin nobleza), podía criticar con autoridad a ese personal. El snob, Patricia, integra la casta hispana, es miembro destacado de ella, pues aparte de sus excesos corruptos y corruptores, nada muy bien en la mezquindad. Si a eso se suma lo hortera que puede ser el gastador de las tarjetas black (usadas "no de forma indebida" como dice alguno de ellos)ahí tenemos un retrato robot de la gente de casta alta del reino. Luego todo ello caerá en la siguiente nebulosa jurídica, política y moral, en los tiras y aflojas típicos de este país, y así hasta la próxima.
Mauss al analizar las "prestaciones totales" que se dan a veces en temas como el don y la debida reciprocidad, menciona incluso la existencia de aspectos agonísticos, y rivalidades, en el gasto. El rico, y en especial el nuevo rico, que suele ser un político o afín recién medrado, tiene que demostrar que no sólo vive él y su familia por la patilla de España, sino que gasta más y mejor que los demás. Lo dijo y bien Mauss: "Las prestaciones totales desiguales, o potlach, como se denomina la institución en el Noroeste americano, corresponden a un sistema de rivalidades entre gentes obligadas a la reciprocidad". Por ejemplo un black español es invitado a una cacería, y responde con otra mayor. Lo único que tiene que hacer un black español es no preguntar lo que hace de verdad quien le da el don. Ya se sabe que esto va de despilfarro, de anmiguismo y lo de siempre.

Un abrazo