lunes, 26 de mayo de 2014

EL TERREMOTO DE EUROPA

"Ha sido un terremoto" ha dicho el primer ministro francés Manuel Valls sobre las elecciones europeas. En España el aviso al duopolio está servido. Pero en Francia (y en el Reino Unido, etc...) lo que ha ganado es una "crisis de identidad", o por usar las palabras de Valls "el papel de Francia en Europa y de Europa en Francia". Cuestiones graves que no ocultan el pago correspondiente a la crisis de todo tipo que empezó hace siete años. En España, el país de las anteojeras, es evidente que la "crisis de identidad" resulta algo crónico. Se acentuará aún más si no se aprovecha la lección: hay que reformar, tal vez rehabilitar, el país. Y si no, nada, a poner parches y a tomar vinos según la costumbre.
No es que sirva de mucho ejemplo lo que sucede en la Melanesia, con países, como Vanuatu, en lo más alto del índice de felicidad planetaria. Pero convendría repasar el modelo español y europeo, tan basado en el despilfarro, el chanchullo, la corrupción, el amiguismo, tan estériles. Vanuatu, uno de los países más pobres del mundo, es uno de los más felices. El nivel de renta no explica la felicidad, y menos si la renta disminuye por la crisis, o se reparte mal por la ineficiencia de las instituciones y la codicia de turno. En Vanuatu, y otros países melanesios, tienen acceso a la tierra, a los recursos naturales, de bosques y mares; tienen un alto nivel de participación cultural; y un vital sentido de comunidad. Es distinto a que unos tengan una cuenta corriente menguante, parados y pensionistas en cabeza, y que otros anden siempre embuchando poltronas, trufando gabelas y marinando presupuestos. Todo sea para el fino dirigente hispano y/o europeo.


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5 comentarios:

Benito dijo...

Tal vez lo de estos días se pretenda como una nueva puesta en escena del gatopardismo más genuino. No estaría de más que los que mueven el cotarro recordaran que es posible que les coja el toro, que quien juega con fuego suele quemarse y las funestas consecuencias que tuvo y que puede tener jugar con el huevo de la serpiente.

Mientras tanto, gentes como las Melanesias y las de tantos otros lugares interesantes, y no necesariamente tan lejanos al menos en el aspecto geográfico, parece que intentan en primer lugar ocultarnos su existencia y en segundo lugar cuando ya su existencia es tan evidente que hasta aparecen en los informes oficiales de felicidad, se nos presentan casi como los “salvajes” de la época colonial, viviendo en un mundo de supersticiones, sin tecnología, sin la felicidad que disfrutamos supuestamente en nuestra Europa… Por ese camino podemos encontrarnos a Hortense Powdermaker y sus estudios sobre la fábrica de sueños que era Hollywood y como sus comparaciones entre la Fábrica de sueños y Melanesia disgustaron tanto a la gente del cine… Pero claro está, mientras nos movamos o intenten movernos por las cavernas del último grito en consumo, de ser el más in en cualquier actividad o cachivache no tendremos tiempo para pensar que existen esos otros y tal vez sean más felices que nosotros.

Saludos,
Benito

Luis Pancorbo dijo...

Vanuatu, lo que fueron las Nuevas Hébridas, y la Tierra Austrialia del Espíritu Santo según Quirós, no está tan lejos de... Australia. Se llega en un breve vuelo desde Brisbane. Pero, Benito, si hay allí muchos signos de modernidad, guardan una cultura (por supuesto pluricultural, plurilingüística...) que hace que antropólogos, sociólogos y demás estudiosos, por ejemplo los de la Universidad RMIT, sigan interesados en explorar la relación existente entre pobreza (material) y felicidad. Palabra esquiva, pero sin necesidad de recurrir a Rousseau hay índices en Vanuatu que demuestran un grado de bienestar de la gente muy a tener en cuenta. De hecho lo tienen en cuenta otros melanesios, empezando por los primeros ministros de Papúa-Nueva Guinea, Islas Salomón, Fiyi, y hasta el Frente de Liberación Nacional Kanako (de Nueva Caledonia). Todos coinciden en querer profundizar en los datos aportados recientemente por la Oficina de Estadística Nacional de Vanuatu, ratificados por el Consejo Nacional de Jefes, y que indican una positiva correlación entre el bienestar subjetivo y el acceso a los recursos naturales, el conocimiento tradicional y la vitalidad de lo comunitario. Nada mal para unos presuntos salvajes que comían carne humana, carne de misionero especialmente, hace no tanto tiempo. Pero Europa donde más se mira es al ombligo, y España al centro de su ombligo, que debe estar ya al menos en el centro de la Tierra, y habría que buscarlo con ayuda de Julio Verne. Algunos creemos, como bien sabes, en lo plural y en lo relativo y más si sacan las mazas de la unidad en lo universal y del absolutismo religioso. Por tanto no es tan malo que las elecciones europeas hayan demostrado al menos que hay cansancio de dogmas, y de partidos que son como templos, vacíos de ideas y llenos de ambición. Ahora tendrán que repartir sean o no unas migajas.
Un abrazo
L.P.

Luis Pancorbo dijo...

Un documental clave y actual de Australia, y los aborígenes, es "Utopia", de John Pilger. Aquí pongo unos enlaces donde se puede tener información del mismo.
Saludos
L.P.

'Utopia: An Aboriginal perspective', by Celeste Liddle, Tracker, 7.1.14:
http://tracker.org.au/2014/01/utopia-an-aboriginal-perspective/


'Utopia: the Inside Story', by Chris Graham, New Matilda, 24.5.14:
https://newmatilda.com/2014/05/24/utopia-inside-story

Patricia dijo...

Buenas tardes,

Muchos nos tememos algunos, que el aviso quede en eso, en un simple toque de atención para esos dirigentes que van a luchar por nuestros intereses, allá lejos, en las tierras que quedan al otro lado de los Pirineos y que llamamos Europa.

Todo volverá a la “normalidad” el año próximo, o eso creemos de manera pesimista algunos, nos quedan doce meses de ensoñación para estar en los brazos de Morfeo da igual el lado en que nos acostemos, lo importante serán las promesas de que la crisis fue una pesadilla del pasado, de que los comedores sociales han dejado de existir y de que las listas del paro ya han desaparecido y además si no es así, que más da, mientras nuestra “marca” patria y nuestro color nos lleve a grandes triunfos deportivos.

Ya lo escribió Carrol en El sueño del rey
-Ahora está soñando. ¿Con quién sueña? ¿Lo sabes?
-Nadie lo sabe.
-Sueña contigo. Y si dejara de soñar, ¿qué sería de ti?
-No lo sé.
-Desaparecerías. Eres una figura de su sueño. Si se despertara ese Rey te apagarías como una vela.


España vista desde dentro continuará siendo el país de las maravillas y desde fuera continuarán mirándonos a través del espejo.

Un saludo,
Patricia

Luis Pancorbo dijo...

Bueno, Patricia, qué bien recordarnos ese episodio del sueño del Rey Rojo de "A través del espejo". Realmente Carroll es insuperable: no es que Alicia sueñe con el Rey Rojo sino que es parte de ese sueño, y así ¿qué quedará de ella cuando el Rey Rojo se despierte? ¿Se desvanecerá como la llama de una vela? El hinduismo hace milenios que viene perfilando la maya, la realidad vista como apariencia. El sueño occidental es más consistente, más material incluso, que la ilusión del existir. Pero esos temas filosóficos no ayudan a quienes sólo tienen posibilidad de protestar, de opinar, de votar, de pintar algo incluso con su abstención, cada cuatro años. Cada mes hay que cobrar algo, cada día hay que comer más de una vez. Europa era un sueño sustentado sobre una moneda fuerte, y ficticia. Estábamos dentro del sueño del euro fuerte, pero cuando su cantidad no alcanzaba para comprar lo deseado, si no lo necesario, el euro ya no era tan fuerte.
No conviene estar dentro del sueño de otros, no vayan a despertarse y nos hagan evaporar. No conviene mirar por encima del hombro a quienes aún expresan sus grados sociales, y el valor social de ciertos temas, productos, relaciones, mediante colmillos retorcidos de cerdos. No los sustenta el Banco Europeo, ni la Reserva Federal, como los papeles del euro o del dólar, pero
permiten la vida. Y el simbolismo. Y encima, la felicidad, tal como aseveran algunos indicadores favorables de la Melanesia. Los pobres melanesios en lo más alto de la escala de la felicidad. ¿Cómo se come eso? Europa no parecía feliz este domingo. La gente está cabreada, usando la expresión española. Más le vale no dormirse otros cuatro años.
Un abrazo
L.P.