sábado, 16 de marzo de 2013

UN ALTO COMISARIO ANTI-CORRUPCION

Realmente este mes de marzo, lleno de Cuaresma, sería muy idóneo para plantearse en España la figura de un Alto Comisario Anti-Corrupción. Materia prima hayla, la duda es que en Italia lo tenían y ya en 2008 lo abolió Berlusconi, el previsor. Sin embargo se hizo un paripé para transformar ese Alto Comisariado en otra cosa con otra etiqueta, el Servicio de Anti-Corrupción y Transparencia. Tal vez este último organismo quedaría mejor en nuestros pagos. Suena bien al menos. El caso fue que personal de la Embajada de EEUU en Roma visitó ese nuevo Servicio -según los papeles de Wikileaks que se publican en Italia- concluyendo que "...la organización tiene buena intención pero es ampliamente ineficaz". Una de las razones era que el SAT (Servicio de Anti-Corrupción y Transparencia) estaba desprovisto de autoridad sobre la magistratura y otras fuerzas conectadas de orden público y de seguridad. O agua de borrajas. Pero el gesto fue noble, incluso se dijo que con el nuevo servicio se quería cortar presupuesto. En Italia, como se sabe, son indiferentes al modo en que se les gobierna; incluso son indiferentes a si hay o no gobierno, o si este tarda en hacerse, o si al final se mezclan, bien rebozados, los grillinos con la Liga, y con el PD y con Monti... Y con Berlusconi a este paso. Claro que los italianos no llevan bien el modo en que galopa la corrupción, y por eso en cada periodo electoral hay una catarsis prólogo de otra etapa de caos e indiferencia. Pero España es diferente, aquí vendría muy bien un Servicio de Transparencia con unas gotas de Anti-Corrupción y un Alto Comisario que tuviese la deferencia de ir en metro. Después de todo un pigmeo mbuti, que es todo un señor, cuando tiene que abandonar su poblado lleva todas sus pertenencias en un hatillo.

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4 comentarios:

Benito dijo...

Los aborígenes, por estas tierras llevan sus hatillos al país de los relojes y el chocolate… Pero “Nadie apoya a los condenados. El otro discurso ahoga todos los demás. Impera una atmósfera totalitaria. Aterradora. Y no hay otros comentarios que los del señor Homais, más sempiterno, oficial, solemne y plural que nunca. Sus monólogos. La ponzoña que destila.”… Palabras que podemos encontrar, en un libro citado ya en este blog, El horror económico de Viviane Forrester, que se ha vuelto de más actualidad que nunca.

El discurso políticamente correcto, con expresiones como envejecimiento activo, racionalización, reestructuración,… Que esconde el horror de los condenados… O tal vez, sería interesante recordar, como expresa Quevedo “por hipocresía llaman al negro, moreno; trato, a la usura;…”

Mientras tanto estamos entretenidos en ese circo entre Berlusconi, Monti, Grillo,… Tal vez necesitamos fijarnos en un bufón, de los de verdad, como Leo Bassi para darnos cuenta que hay otras maneras de mirar, de pensar, de hacer,…otras gentes y otros paisajes.

Saludos,
Benito

Luis Pancorbo dijo...

En efecto, Benito, más que hatillos pigmeos son zurrones los que van de España a Suiza. Es la punta del iceberg de una crisis en la que la indiferencia es en fin de cuentas la que hace ganar al sistema. Indiferencia que nace del hastío, o del cansancio, hijo de la impotencia. ¿Quién es el enemigo? Ojalá fuese solo el viejo plutócrata que enciende los habanos con billetes de banco. También hay muchos tipos como el señor Homais, destacado en tu cita de la luminosa Viviane Forrester. El señor Homais estaría encantado con tanta desgracia como la que genera esta crisis: de hecho en cuanto a farmacéutico no tuvo piedad por la familia de Emma Bovary y en cuanto a periodista usaba tropos como 'el aire marcial de la milicia'.
El señor Homais puede ser de cualquier partido, total siempre gana. Pero poner aquí en España un Alto Comisario de Anti-Corrupción y Transparencia, no sería solo un oxímoron, sino un pequeño gesto saludable por el tiempo que durase.
Cordialmente
L.P.

Patricia dijo...

Buenos días,

Una vez más y después de unos pocos años, se vuelve a recordar a Viviane Forrester en el blog, y desde entonces, El horror económico se ha vuelto cotidiano y La extraña dictadura, demasiado cercana.

Todo lo que nos está tocando vivir en nuestra época, es una tragedia, tejida como una fina tela de araña, aunque a veces se nos quiera presentar como una tragicomedia, por supuesto, con esperpénticos personajes. Pero al final, todos buscan la redención de los mortales, quienes sino son los causantes de esta situación por creerse superiores a sus dioses. Escribía Tomás de Iriarte en una de sus fábulas El asno y el amo:

“Siempre acostumbra hacer el vulgo necio
de lo bueno y lo malo igual aprecio.
Yo le doi lo peor, que es lo que alaba.
(…)
Al humilde jumento
su dueño daba paja, y le decía:
Toma, pues que con eso estás contento.
Díjolo tantas veces, que ya un día
se enfadó el asno, y replicó: Yo tomo
lo que me quieres dar; pero, hombre injusto,
¿piensas que sólo de la paja gusto?
Dame grano, y verás si me lo como.

Sepa quien para el público trabaja,
que tal vez a la plebe culpa en vano,
pues si en dándola paja, come paja,
siempre que le dan grano, come grano”.

Tras más de tres siglos, parece que los hombres ayer y hoy, comen paja o grano según les dejen, pero siempre nazarenos, procesiones y torrijas.

Un saludo,
Patricia

Luis Pancorbo dijo...

El horror económico de la extraña dictadura -todo eso lo resumió en efecto Viviane Forrester sin que se haya movido el foco desde hace más de un decenio- produce la crisis presente. Pero para uno, Patricia, esta crisis no lo es tal, sino el nuevo sistema que nos han endosado para que perdure: o sea, el comer paja y tener que decir que está muy buena. ¿Y el grano? Está muy bien recordada la fábula de Iriarte, aunque ahora el grano es lo de Chipre. Tu ahorras y te fulminan los ahorros en una especie de corralito. Claro que Chipre está muy lejos. Una vez (en 1974) pude estar en Nicosia y en sus dos lados, el griego y el turco. Pero no pude cruzar esa frontera en minutos, sino en días. Había una guerra. Los coroneles griegos fueron los grandes perdedores. Chipre sigue dividida, y un buen pedazo de la isla es turco. Es temible que ni la madre Europa haya enderezado la crisis chipriota, como si todavía estuviese el arzobispo Makarios al frente del cotarro.
Lo dicho -que conocéis bien a la Forrester-: el señor Homais de Balzac está ganando y Emma Bovary se va a morir otra vez pero de 'ennui'. ¿Fastidio? ¿Aburrimiento? ¿Decepción? Más que eso.

Cordialmente
L.P.