martes, 20 de septiembre de 2011

EL RITO DE LA AMPOLLA

El pasado viernes, 16 de septiembre, volvió a celebrarse en Italia el rito de la ampolla. No es la ampolla de la sangre de San Jenaro en Nápoles. Es la ampolla de cristal que los de la Lega Nord, el partido secesionista de Umberto Bossi, llenan de agua en la fuente del Po, que está en Pian del Re, en las afueras de la aldea piamontesa de Crissolo (a 1333 metros de altitud). Luego llevan la ampolla, por barco y por automóvil, hasta Venecia, donde vierten su agua en el Mar Adriático. Es un rito en el transcurso de la Fiesta Nacional de los Pueblos Padanos. Y tiene como fondo los gritos de "¡Secesión, secesión!", lo que le gritan sus conmilitones a Umberto Bossi, el Senatur, el jefe vestido de verde (verde lechuga, no verde oliva, hasta ahí se podría llegar). Los de su partido también visten camisas verdes y tienen como himno nacional el aria-arrebatada a Verdi- "Va, pensiero". Lo cantan con emoción, echan el agua del Po al mar, y piden la independencia todos los años. Pues bien, todo eso no es una ópera: ha ocurrido el pasado fin de semana en la Padania, que sería, para abreviar, la zona más rica de Italia. Respecto al rito de la ampolla no lo encontramos en "La rama dorada" de Frazer. Y respecto al discurso de Bossi: "El fascismo ha vuelto, pero con otros nombres y caras", lo más curioso es que lo dirige a Berlusconi, de quien es uña y carne, y luego en general a los políticos de Roma. Cuando se dice que Italia puede entrar en default no es un tema únicamente económico. Y luego está lo del vecino y el remojo de las barbas.

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4 comentarios:

Benito dijo...

Me viene a la mente, La parte negada de la cultura de Eduardo L. Menendez. Entre otras cosas su reflexión sobre el historicismo como una herramienta contra el olvido (Alemania, Kosovo, Ruanda,…) y la intención de algunos por deshistorizar.

Debemos tener también presentes los riesgos de la diferenciación: alemanes como trabajadores, españoles como fiesteros… hacia la estigmatización, además del recurrente tema del racismo, que puede y debe ser cuestionado a través de criterios científicos, pero esa crítica no evita su constante emergencia y desarrollo.

Lo decisivo, tal vez, no radica en investigar y evidenciar lo incorrecto o falso de sus propuestas, sino enfrentarlo social, cultural, política, y por supuesto científicamente en especial en la vida cotidiana, dado que los racismos aparecen como una de las posibilidades a través de la cual se expresan determinadas relaciones de poder y de dominación.

Saludos,
Benito

Luis Pancorbo dijo...

Impecable análisis y conclusión, Benito. Todo lo que dices subyace en el rito de la ampolla, un invento de hace sólo 15 años. Un invento político, con cierta habilidad en el manejo de los símbolos (sacar de la manga un país , la Padania, que sea como un río, el Po, y sacar agua de ese río en la punta noroccidental para hermanarla con el mar Adriático de Venecia, en la otra punta, la más oriental). Es para subrayar identidad, y una liturgia que bebe en varias fuentes (metamos a los celtas también, a los longobardos, a los cristianos bautistas...). Pero, claro, en el fondo es lo que dices, hay racismo apenas encubierto. Sólo se quieren separar los ricos, no los pobres. Y además a veces ni siquiera se quieren separar, sino manifestar su presunto malestar para sacar réditos, y la satisfacción de sentirse a la vez ultrajados y superiores. Eso hace incubar el huevo de la serpiente.

Saludos cordiales
L.P.

Patricia dijo...

Buenas tardes,

Y como denominador común de todos estos ritos, un diseño y puesta en escena para satisfacer a la demanda. La política una vez más sustentada por el marketing, para apoyarse en un debate alrededor de la etnicidad como constructora histórico-temporal a partir de dos conjuntos de principios que operan en cada grupo humano, lo incluyente-excluyente y la diferencia-identidad... cuyo fin, allá o aquí sea conquistar y conservar partidarios.

Mientras...los vecinos continuamos remojando nuestras barbas con nuestros propios ritos... si o no a la peluca de la Virgen de Tejada, y sí o sí a la reforma exprés de la Constitución... en fin como decía Gómez de la Serna, la historia es un pretexto para seguir equivocando a la humanidad.

Un saludo,
Patricia

Luis Pancorbo dijo...

La verdad, Patricia, que nos das primicias, como la guerra por la peluca de la Virgen de Tejeda, que si no nos pasarían inadvertidas. Y es genial, como lo que recordabas en otra entrada sobre Filettino, el pueblo cerca de Roma que ya acuña su propia moneda. Serán síntomas, signos, pistas, de una "suspensión de pagos" mental y general, pero su repetición indica algo más profundo: agarrarse a la historia, y si no va bien se inventa la historia. En otra entrada ya criticamos lo de la ley, que la mía es la buena, no la tuya. Y por ese camino va lo del color de piel, el idioma,el partido, la ideología, aceite o mantequilla y... tienes razón, Patricia: el negocio.
Saludos cordiales
L.P.