domingo, 10 de abril de 2011

LAMPEDUSA Y OTROS MARASMOS

Todo ha de cambiar para que todo siga como antes. Eso se dice en El Gatopardo, aunque no sean palabras del protagonista de la novela, el príncipe Fabrizio Salina di Lampedusa, sino de su sobrino Tancredi. Al príncipe de ficción, y a su autor Giuseppe Tomasi di Lampedusa, que también era príncipe de Lampedusa, le venía el título por la posesión familiar de esa isla, la más meridional de Italia. Ahora está de triste actualidad con la llegada de 25.000 refugiados libios y tunecinos. Los magrebíes vienen en pateras -los italianos las llaman carrette del mare, carretas del mar, y sólo les faltan los bueyes o hundirse como por desgracia también ocurre- y se hacinan en una islita incrementando un problema humanitario de grandes dimensiones. Aparte de reflejar que Norte y Sur, hambre y justicia, democracia y libertad, son según se esté y se mire. Berlusconi acaba de volar a Lampedusa y ha resuelto varias cosas: empezar a repatriar a los inmigrantes ilegales, pedir a Alemania que se haga cargo también del tema (no sólo ha de ser embutir dinero), y solicitar el premio Nobel de la Paz para la isla. No es todo. Berlusconi se acaba de comprar en Lampedusa una villa, llamada Due Palme, frente a la Cala Francesa, para demostrar que está a favor de los lampedusanos. Más que rugir, el Gatopardo ronronea una y otra vez en la vieja Europa. Otras sugerencias e informaciones: http://www.luispancorbo.es/ http://www.otrospueblos.es/

3 comentarios:

Benito dijo...

En lo que respecta a África estos días hay que recordar la situación de Costa de Marfil, aunque no ocupe muchos titulares, en este caso no caben miradas, o tal vez, desgraciadamente si. Al menos el asesinato, la tortura, los tiranos ... no deberían ser admitidos desde la vieja Europa. Esa Europa que ahora anda enfrascada en rescates financieros y en votaciones sobre los viajes en clase busines de sus eurodiputados ... tal vez vivimos en el mejor de los mundos posibles ... y tal vez no nos hemos dado cuenta.

Saludos,
Benito

Patricia dijo...

Buenas tardes,

Y mientras en la vieja Europa ... ahora toca Portugal. En otro abril, en 1974, cayó una dictadura ... primero vinieron los claveles ... 37 años después las cosas parece que vuelven a cambiar pero ¿para qué? y ¿para quién? ... ¿será España la próxima? ¿estamos más cerca del sur o del norte?

Un saludo,
Patricia

Luis Pancorbo dijo...

Europa, como bien dices Benito, no admite tiranos... Salvo con cuentagotas, de vez en cuando, y según y cómo. Y los Estados Unidos, lo mismo. ¿Qué pasaría si de repente todo el mundo se volvería democrático y westminsteriano? Sería inadmisible para la superioridad occidental, para la bondad, justicia y belleza de aquí frente a la vida y cultura de tantos pobres y pardos de la Tierra. Así que todo ha de andarse con moderación.
Pero, en efecto, Patricia, lástima de Portugal y sus claveles marchitos. Un rescate lleno de incógnitas, no sólo de saudade. España, en cambio, es aparte. Por eso Pangloss debería ser paisano nuestro, y el Gatopardo, hijo adoptivo.
Saludos