Elogio de los pirahas en 2009:
Hay una tribu amazónica, los pirahas, sobre la que me alertó el profesor Antúnez de la Universidad de Málaga, que vale la pena conocer y más ahora, en plena crisis financiera y económica mundial. Los piraha tienen una lengua sin numerales. Pueden decir "uno", y "más que uno", y eso es de dos al infinito... ¿Para qué quieren contar si no tienen nada que ir acumulando? ¿Para qué quieren dioses, por otro lado, si quienes les venden esos dioses hablan de oídas, no estuvieron en el sitio y tiempo justos? El idioma piraha, estudiado por el lingüista Daniel Everett, necesita el presente, requiere contar algo de lo que se es testigo, no caben las suposiciones, los mitos que se pierden en el tiempo, ni siquiera las frases subordinadas (recursion). En fin, todo un ejemplo para esta época de crisis, y por eso es tan recomendable el libro de Daniel Everett "Don't sleep, there are snakes", "No durmáis, hay serpientes"). Se publicó en Estados Unidos en 2008, aún no hay traducción al español, pero es apasionante y desternillante.
Feliz año.
2 comentarios:
Hola Luis Pancorbo. Este año he viajado a Roma con una amiga que trajo desde Argentina su 'Guia Secreta de Roma'.
Me llevé una desilusión muy grande al ver que ya no quedaban hippies siendo alimentados por Hare Krishnas en Plaza España. Creo que algunas cosas han cambiado desde el 75.
Solo quería aprovechar para dejarle un saludo y agradecerle por haber escrito una guía tan completa que me transladó tanto temporal como espacialmente.
Atentamente:
Florencia
Me alegro de que mi vieja guía de Roma conserve algún interés después de 33años.
Pero lo básico no cambia.
Por ejemplo sin ir a Roma, en la misma frontera (de aire) entre madrid y Toledo se encuentra el Parque Arqueológico de Carranque.
Pasa el río Guadarrama crecido y vivo, y de hehco las fochas lo eligen. Con suerte se ve un cernícalo cernièndose, o haciendo el cernido, quedarse quieto en el aire antes de abatirse sobre la pobre presa. Pobre conejo... Hay allí unas ruinas romanas muy agradables de visitar. La Basílica, el Ninfeo, y un mosaico, entre muchos, que representa a Océano con todas sus barbas fluyentes con piedrecillas o teselas blanquinegras que es un portento. O como la lucha entre Adonis y el jabalí ante la atenta y vengativa mirada de Venus...
Y a las seis se pone el sol en esa raya entre provincias, comunidades, y tiempos, que es lo más importante, tiñendo todo de calma dorada.
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