sábado, 18 de febrero de 2023

Y MÁS MUROS

 Por si hubiera pocos muros en el mundo -siendo los mayores los de la desigualdad- aún se construyen más en nuestros días. Ahí se está elevando ahora el muro entre la República Dominicana y Haití. El muro cubrirá 170 de los 392 kilómetros de frontera. Según el presidente dominicano Luis Abinader el muro se inaugurará en 2024. Otra cosa es que sirva para impedir la desbordante y sufriente, inmigración de haitianos. En 1937 el dictador Rafael Trujillo no se anduvo con florituras, sino con perejil. De ahí vino “la masacre del perejil”, pues donde pasa el río Dajabón los soldados trujillistas, portadores de ramitas de perejil, aparte de fusiles, mataban a todo haitiano que no supiese pronunciar bien la palabra española perejil. No se sabe cuántos haitianos fueron asesinados, aunque la cifra oscila entre 9.000 y 20.000. El río donde ocurrió la matanza se conoce como Masacre. Y está en Dajabón, el municipio norteño donde ahora alzan un muro de hormigón con remate de alambrada.

 

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4 comentarios:

B Fernandez dijo...

Hormigón y más hormigón, ladrillo y más ladrillo y entre tanto una inauguración y otra más, se pueden disfrazar de muchas maneras, presentaciones, encuentros con la prensa, muros contra la inseguridad, pero parece estar claro lo que representan. Se pueden encargar trenes que no caben por los túneles, hospitales que no tienen pacientes, autopistas casi vacías. Para todo eso y para mucho más, hubo y parecer haber dinero, o créditos que se pagarán no se sabe como, el caso es llevar adelante megaproyectos. Las desigualdades, las personas, el planeta poco importan. Que hay un cambio climático galopante, me saco de la chistera la mágica solución del coche eléctrico, el nuevo becerro al que adorar. ¿Soluciona el problema?¿Genera pingüe beneficios?… Mejor será no hacerse muchas preguntas… Pero siempre puede ser interesante traer a colación a los que si se atrevieron como Bourdieu cuando planteaba: “No contentos con no poseer casi ninguno de los conocimientos o de las maneras que reciben su valor en el mercado de los exámenes escolares o de las conversaciones mundanas, y con tener sólo unas habilidades carentes de valor en esos mercados, ellos son los que 'no saben vivir', los que más dinero dedican a alimentos materiales... Los que menos dedican al vestido y a los cuidados personales, los que van a plantar sus tiendas en los campings superpoblados... Los que se abandonan a diversiones prefabricadas concebidas para ellos... Con todas sus 'elecciones' tan mal inspiradas, confirman el racismo de clase, si es necesario, en la convicción de que no tienen más que lo que se merecen."

Aunque tal vez Quevedo ya lo señalaba en su verso:

Miré los muros de la patria mía,
si un tiempo fuertes, ya desmoronados,
de la carrera de la edad cansados,
por quien caduca ya su valentía


Mucho tiempo ha pasado en esta patria nuestra, muchos muros y no solo de materiales se han construido, pero superarlos, sigue siendo harina de otro costal. Esperemos que nuestras elecciones sean algo acertadas.

Un saludo,
Benito Fernández

PF dijo...

Buenas tardes,

Es más fácil no querer entender las realidades, y muchas veces sólo queremos observar en el espejo la nuestra, no sea que no coincida con lo que queremos, en muchos casos por no complicarnos la vida, en esa comodidad que buscamos en nuestro país de las maravillas

El fin dicen que justifica los medios o dicho en término ético la paradoja de las manos sucias, en cualquier caso, el cuento de los pobres sastres, ilustra bastante bien las razones de la justificación moral:

En una pequeña ciudad, habia sido robado un caballo por el herrero, cuando el dueño lo encontró, llamó a los guardas, y el herrero fue conducido al juez, que le condenó a la horca.
La gente del lugar, como no tenían más de un herrero, nombraron una delegación que fue a hablar con el magistrado, uno le dijo:
—Como sólo tenemos más que este herrero, y nos es indispensable, y ya que disponemos de tres sastres, sí podemos perder a uno, y dado que, esta claro, alguien debe de ser ahorcado, ¡háganos usted el favor de ahorcar a uno de los sastres!
.

Sí, nos decía José Echegaray que como la vida es lucha, el fuerte en ella vence.…,pero al menos, esperemos permanecer en equilibrio en nuestro muro, teniendo claro que, aunque torpes podemos recordar, lo que Alicia le dijo a Humpty Dumpty la cuestión es si se puede hacer que las palabras signifiquen tantas cosas diferentes.

Un saludo,
Patricia Fernández

Luis Pancorbo dijo...

Bien dices, Benito, es el tiempo de la envoltura. De humo y desigualdad. Y por supuesto de muros. Respecto a los muros “de la patria mía” ya los miró Quevedo y los vio cansados y desmoronados hace cinco siglos. El muro que hacen ahora los dominicanos en la frontera con Haití no contendrá el flujo migratorio haitiano. Haití es un país deshecho, ya no en ruina. Y sin embargo fue pionero en independizarse en 1804. Los esclavos negros de Haití echaron a los franceses de Saint-Domingue, y hasta invadieron la parte oriental de la isla aún en manos coloniales españolas. Los libros de historia dominicanos llaman al periodo entre 1809 y 1821 el de”la España boba”. Con un mínimo esfuerzo España podía haberse quedado con toda la isla Hispaniola. Pero ya se estaba a lo del poema de Quevedo. Luego en la independiente República Dominicana llegó el tiempo del perehil, si los haitianos, que hablan criollo, no lo pronunciaban bien, se podían despedir de este mundo sazonado con las balas de Trujillo. Y todo para venir al hormigón armado.
Un abrazo
L.

Luis Pancorbo dijo...

Humpty Dumpty, el huevo parlante de la “Alicia” de Carroll ha ganado ampliamente la guerra. Lo traes, Patricia, con gran agideza: la posverdad, los fakes, las amables propagandas y el propio metaverso, sólo significan lo que alguien dominante quiere que signifique. ¿Es por eso la verdad? Lo dudo. La verdad se ha ido deshilachando por el camino de la historia, pero precisamente porque los que imponen la historia tienen su propia verdad. El interés prima: a nivel reino, cotarro o chollo. Lo que usted dice, caballero, no está mal, pero no es cierto, amigo. Yo le voy a decir a usted lo que es cierto: que venga el verdugo.
Un abrazo
L.