domingo, 21 de octubre de 2018

GOTA FRÍA Y GOTA MALAYA

Una gota fría se ha ensañado, como pocas veces, con buena parte de la península ibérica.  Se añade al huracán Leslie, qiue viajó desde el Caribe a España en vez de lo contrario para ser un buen viaje. No hay derecho, se dice. No hay justicia, dicen otros, pero esa es otra cuestión. La palabra huracán viene del idioma caribe, como hamaca, o barbacoa.
La gota fría viene de las nubes que descargan igual 170 litros por metro cuadrado como si viviéramos en el delta del Brahmaputra. El consuelo es que la gota fría se va, y luego queda si acaso la periódica gota fría sociopolítica de España: un conjunto de percances que se dan por fatídicos. Pero tenemos bomberos. Y tenemos a Trump que acaba de declarar en una entrevista de la CBS que él ya sí que cree en el cambio climático, pero que lo considera algo de orden natural, no debido a la mano humana. Si fuera este último caso alguien tendría que pagar la contaminación y demás, y a tanto Trump no llega. Así que todo está más o menos bajo control,dentro de  lo que que a veces también parece una gota malaya, ese refinado tormento de echar una gotita de agua en la frente de un prisionero. Su hueso parece duro, pero hasta las piedras se agujerean con el tiempo. Menos, naturalmente, la piedra berroqueña tipo Cuelgamuros.

www.luispancorbo,com
www.otrospueblos.com