sábado, 21 de enero de 2023

LA CUESTA DEL 23

 El 1% del mundo tiene tanta riqueza como el 99% restante. Muchas felicidades a todos por lo que nos toca de la gran lotería planetaria. Con su cuesta de enero, pequeña, pero no menos insidiosa. La cifra del 1% de los humanos que son los amos del mundo habría que grabarla con letras de oro en todos los programas políticos, religiosos y recreativos. En televisiones, iglesias, bingos, estadios de fútbol... Bienvenidos a la felicidad de 2023 y lo que te rondaré. La cifra del 1% ganador y del 99% perdedor la ha lanzado Oxfam Intermon con motivo del Foro de Davos. En ese pueblo suizo se reúnen los amos del planeta y se atreven a compadecerse, pero sólo un poco, de cómo les van las cosas a los demás, ese molesto 99% que hasta come y bebe. Y que sufre el desastre climático, mientras la guerra se enquista como la desigualdad. Todo está bajo control, o sea, ¿qué ha fallado en la humanidad? El desastre es desde luego cultural, ético, económico, pero sobre todo antropológico. Otra vez empieza un año con la habitual jamboree de Davos, sonrisas y lágrimas de cocodrilo. 

  

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5 comentarios:

B Fernandez dijo...

Lévi-Strauss señala que cuando el espíritu humano no puede explicar las cosas, inventa conceptos vacíos que expresan directamente las estructuras inconscientes del espíritu y son la prueba del origen simbólico de las sociedad. Algo suena a vacío en los porcentajes, reuniones, acuerdos y gran parte de los espectáculos que nos rodean. Lo que no es tan vacío sino una cruda realidad son las hambrunas, enfermedades y demás males entre los que vivimos y sobrevivimos en este planeta y siguiendo a Lévi-Strauss no son creados por manos invisibles, como siempre decimos, debemos intentar que el árbol no nos impida admirar el bosque.

Parece ser, que todas estas nuevas recreaciones como el mercado, el dinero y la naturaleza solo han tomado esta forma en nuestro tiempo al menos si seguimos a autores como Polanyi, o como nos puntualiza Godelier cuando afirma que:

“… El objeto sagrado se presenta entonces como la síntesis «material» de los componentes imaginarios y simbólicos de las relaciones que organizan a las sociedades reales... En el objeto sagrado, los hombres que lo fabrican están simultáneamente presentes y ausentes, presentes en una forma tal que disimula el hecho de que los hombres están en el origen mismo de lo que los domina y a lo que rinden culto. Es la misma relación que los hombres tienen con el dinero cuando funciona como capital y parece ser capaz por sí mismo de autoreproducirse y de engendrar -por sí mismo- dinero… Procesos y lógicas de las cuales los propios actores no tienen conciencia o al menos una conciencia clara. Los hombres producen permanentemente dobles imaginarios de si mismos pero no pueden -o no quieren- reconocerse en sus dobles...”

Tal vez, buscar los orígenes o las síntesis en estos tiempos es demasiado complicado. Pero ¿ese viaje presenta alguna alternativa?

Un saludo,
Benito Fernández

PF dijo...

Buenas tardes,

Puede pasar un año, un siglo y hasta un milenio pero los datos están ahí, "hoy día estamos asistiendo a una auténtica mundialización de la economía y también de la miseria”, ya dijo en una entrevista Forrester en el año 1997, y en la misma, explicaba claramente a que se refería con mercados virtuales en su libro el horror, a una “forma de tráfico en la cual lo que se negocia no existe. (…) En este mercado ilusorio, fundado en simulacros, se especula sobre la especulación”.

Y así también, todo tiene que estar bajo un control, sibilino y coercitivo, como escribe Chantal Mouffe​, en todo consenso existe una imposición sobre alguno o algunos de los involucrados, esto es el consenso mismo no es una solución total a la violencia pues supone un refinamiento de la misma en tanto que atenaza ciertas diferencias.

Las discrepancias parecen no ser buenas, y así empezamos un nuevo año en el que esa mayoría aplastante de especulados, generan beneficios para la minoría elitista que especula y amordaza, pero mientras no avancemos, y parafraseando a Pepe Mujica, aprendamos a que, quien no es feliz con pocas cosas, no va a ser feliz con muchas, no haremos camino al andar.

Un saludo,
Patricia Fernández

Luis Pancorbo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Luis Pancorbo dijo...


Qué bien, y concluyente, Patricia, la frase que nos traes de Pepe Mujica ( el no usaba acento en su apellido). Recuerdo su casita en la chacra de las afueras de Montevideo donde le entrevisté. Su felicidad allí era regar sus flores y verduras. Ya hizo todo el trabajo que pudo para que el mundo mejorase. ¿Qué más quieren ustedes, señores de la guerra, de la religión, del mercadeo, de la especulación, de la horterada?
El abrazo
L.

Luis Pancorbo dijo...

No hay duda de que los Leopardos más famosos son los que Alemania recela de enviar a Ucrania. ¿Es por las manchas del leopardo? Los símbolos, Benito, son poderosos, en efeto, y útiles para salir del vuelo gallináceo de nuestros días. Otro símbolo decisivo, que se prefiere obviar, es el de la invasión nazi de Rusia. Y por otro lado el terror que producían sus Tigres, sus nuevoss carros armados, ya casi al final de la Segunda Guerra Mundial. Los Tigres, con todo su poderío, fracasaron. Con los Leopardos hay una degradación en el orden felino, pero no así en el simbolismo. Aunque no se trata de una cuestión de calidad mortífera, sino de que, tras esos carros armados, y tras más misiles y aviones y...viene la palabra nuclear. La impronunciable en Davos. Allí hace frío, pero se come bien. Se hacen buenos negocios. Los africanos pueden esperar unas décadas más y lo mismo el restante 99% planetario que se reparte las migajas. Así es el sistema simbólico operativo, un 1% al mando de la riqueza mundial. El 99% se queda con los restos. Y Viva la Pepa, claro.
Un abrazo
L.