domingo, 14 de noviembre de 2021

BLA, BLA, BLA

 Pues el Bla, bla, bla, recorre el mundo como si fuera una canción. Pero su futilidad encierra una denuncia imparable: el mundo no necesita palabrerías sino compromisos, dinero para tapar las crecientes goteras. El cambio climático no es para mañana. Fue para ayer. La gran reunión internacional de Glasgow, el COP26, ha acabado con acuerdos que  parecen de blandiblú. Buenas palabras, eso sí, hipocresías con salsa barbacoa,  y aplazamientos hasta que todos nos quedemos calvos. Cada uno, en materia de  carbono, hace lo que le da la gana. Los prebostes políticos globales han cantado su nuevo gorigori, disimulado con un gigatesco Bla, bla, bla. Mañana se arreglará todo solo.

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