Hoy 2 de
febrero, aparte de la Candelaria y sus velas, es el día de la marmota. Y una
oportunidad para dar la razón a los mayas, y otros pueblos indígenas, que sabían
que el tiempo se repite. En clave de humor eso enseña “El día de la marmota”,
del director Harold Ramis y los impagables Bill Murray y Andie MacDowell. Pero
al margen de esa ficción es verdad que hoy -y así desde 1887- en Punxsutawney,
un pueblo de Pensilvania (Estados Unidos) una marmota es invitada a salir de la
madriguera donde hiberna. Si esa marmota, bautizada como Phil, ve su sombra significará
que seguirá el invierno por otras seis semanas más. Si no ve su sombra será bienvenida
la primavera anticipada. No es un sistema científico de predicción, aunque da
igual lo que salga allí con todo el mundo queriendo divertirse a toda costa. No sin algún temor. ¿Y el bucle del tiempo? Eso
ha de existir. Y el cambio climático, por ejemplo, es otra injusticia, y más
cierto aún que la pertinaz sequía.