Para Lula,
el presidente brasileño, está claro el genocidio que se cierne sobre los
yanomamis. Se manejan cifras recientes de hasta quinientos muertos yanomamis en
el Estado de Roraima. La causa es su desnutrición y el acoso incesante de la
minería ilegal. En tiempos de Bolsonaro, el anterior presidente brasileño, había
generales que se quejaban de las “restricciones” de rutas aéreas y desarrollo
ulterior en la Amazonia y todo por preservar a unos puñados de indígenas. Lula
ha querido rectificar tantos abusos contra sus paisanos, los yanomamis. Pero con
todo ha de seguir batallando mucho contra los defensores de una Amazonia explotada
sin remisión. Estorban los árboles, los animales y los indígenas. Otra vez quiere
ganar el Matrix ideal de los explotadores: los que van a dejar una tierra yerma,
robados sus pobladores originarios sus mitos y sus riquezas naturales. Paso a
paso, otro gran salto abismal de nuestra especie.