Los misterios de agosto suelen resolverse pronto, Antes se llamaban serpientes de verano y se `publicaban con gran despliegue para suplir la falta de noticias. Era el mes del monstruo del lago Ness y del yeti entre otros. El no exilio de Juan Carlos I se ha decantado en Abu Dabi. Pero está claro que no acabará ahí. Sir James Frazer abrió su monumental rl historia antropológica de "La rama dorada" explicando el sistema de sucesión del rey-sac erdote de Nemi, donde se ubicaba el gran templo de Diana, la diosa lunar y cazadora. El aspirante tenía que abatir al viejo monarca y tras la occisión ritual se apoderaba de la rama dorada, no más, ni menos, que una rama de muérdago. Hubo reyes que se tenían de origen sobrenatural. Podían venir de la pantera o del tiburón. EAqyñi Franco no necesitó ser rey poniéndose Caudillo de España por la gracia de Dios.
Mientras sigue la caza, se supone, al murciélago del coronavirus.
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Sir James Frazer también escribía: “… En un lugar de Nueva Zelanda, cuando se sentía la necesidad de una expiación de los pecados, se celebraba una ceremonia en la cual se transferían todos los pecados de la tribu a un individuo; un tallo de helecho previamente atado a una persona se sumergía con él en el río, se desataba allí y se dejaba ir flotando hacia el mar llevándose los pecados…” En este verano parece que se nos presentan varias cuestiones a resolver ¿qué pecados vamos a expiar? ¿a quién le vamos a atar la rama de helecho? ¿quiénes van a celebrar la ceremonia?
Lévi-Strauss señalaba sobre la muerte de los mitos “…La muerte de los mitos, no en el tiempo sino en el espacio. Se sabe, en efecto, que los mitos se transforman. Estas transformaciones que se operan de una variante a otra de un mismo mito, de un mito a otro mito, de una sociedad a otra sociedad para los mismos mitos o mitos diferentes, afectan ora la armadura, ora el código, ora el mensaje del mito, pero sin que este deje de existir como tal…” ¿La atadura de los mitos sólo afecta a los “salvajes”? ¿Podemos aplicarlo a nuestra sociedad? Si nos lo podemos aplicar ¿Quiénes son nuestros mitos?
Parece que las serpientes de verano pueden plantearnos muchas preguntas y aún más dudas. Fósiles encontrados de hace miles de años, nos muestran como los hombres prehistóricos cuidaba de los mayores. ¿Los hombres del siglo XXI “aparcan” a sus mayores y los olvida en pandemia? En todo caso, sea murciélago o pangolín, chino o español, el problema está con nosotros, aunque tal vez podemos pensar, que al menos, parte de la solución también puede estar en y entre nosotros.
Un saludo,
Benito Fernández
Buenas tardes,
Posiblemente en nuestros tiempos, saltamos de la consciencia a la inconsciencia con una rapidez demasiado pasmosa, y aparentemente con una falta de conciencia que, en muchos casos, debería asustarnos. Sino somos una tierra de piratas, con su mítico pasado y su presente filibustero, nuestra fama debería llegar a catalogarnos como al menos una Península de bucaneros.
Hemos tenido a bien narrar con anterioridad alguna fábula, pero creo que no estaría de más mencionar estos percances, escritos por Campoamor referidos a un ladrón y a un sargento:
De los reyes con perdón,
oculto en cuanto robaba,
en un árbol se sentaba,
como en un trono, un ladrón.
Cogió un sargento al bribón
y al árbol le ahorcó en su encono.
Sepa algún rey en su abono
que a veces Dios, y no es falso,
ya hace un trono de un cadalso,
ya hace un cadalso de un trono.
Como decía el personaje de Graco en Espartaco, interpretado por el gran Charles Laughton: “La política es una profesión práctica, si un criminal posee lo que tu deseas, ¿por qué no pactar con él?”.
Permítaseme una frase que suena cuando menos petulante: “Quizás el puritanismo o la incredulidad sean cosas de las masas” …acaso lo normal sea pactar sino con el diablo si al menos con el corsario, y más si se tiene en cuenta que su ojo tapado agudiza la visión nocturna. Aunque parece, que poco importa, mientras tengamos un antifaz para dormir y continuemos en la ensoñación, que para cuando esta finalice ya tendremos encima una próxima estación con un nuevo misterio.
Un saludo, y a cuidarse.
Patricia
E ncontrar a alguien que quiera ser chivo expiatorio de los pecados reales o nacionales incluso personales, ya no es fácil. Era más`posible, Benito, en el tiempo y dimensión que bien traes al hilo de Lébi-Strausss y su idea sobre la muerte de los mitos.
Los mitos han muerto y nos inundan los sucedáneos. El mundo cambia y se iguala a base ahora de una extraña pandemia originada en China y que explota en el año electoral de los EStados UNidos. Otra casualidad.
Ek disfraz más sutil del carnaval de Venecia era el de médico de la peste. Los que la arman y esconden la mano, y el rostro también tras una máscara dorada.
Buen resto de verano, Benito, que el otoño no parece que será muy dorado y hay que cultivar el hardín.
Un abrazo
L.
Patriciam qué bien que nos traes el juegi de siempre con la venia de C Campoamor. Ël sabía de reyes.
Los demás estamos a la expectativa. ?Quiñen quiere ponerse a arreglar el planeta y además en agosto=
En la India no conbiene ni mirar, En África ni se sabe. Em América Latina es el sin mascarilla y la fiebre y la queimada no para de subir.
En Europa nunca pasa nada. Ya está todo bien liofilizado.
Unos arreglillos de nada y ya está. A buscar eel pangolín, ese tiene la culpa.
Un abrazo y buen verano restante.
L.
Me parecen hoy especialmente acertadas las citas de Benito. Y me viene a la cabeza un viejísimo poema de Vicente Huidobro -Oda a Lenin- que acaba "desde hoy nuestro deber es defenderte de ser Dios". A Juan Carlos I se le endiosó. Hace unos años leí un libro de Paul Preston esperando algo parecido a la biografía de Franco y resulta (o me pareció) que le pone por las nubes. También es oportuno citar los documentales narrados por Victoria Prego de la Transición que, asimismo, parecen rigurosos y también el Rey sale extraordinariamente bien parado. Después de tanto endiosamiento parecía haber llegado el "fin de la historia" de Francis Fukuyama, pero "hasta el rabo todo es toro" y lamento que me haya salido una comparación chabacana. Lo decía Joaquín Sabina en una canción de hace muchos años, como un secreto a voces "que al Borbón le pierden las faldas".
Se ha cargado su biografía y ha estallado un torpedo en el submarino de la monarquía. El culpable es él, precisamente porque ésta es una institución personal. Su hijo, que parece más serio, está achicando y apagando el fuego, pero tampoco sabemos lo que guardará en su vida privada.
No sé si es San Ignacio o San Francisco Javier, quien al ver morir a su rey, decidió no confiar más en una persona y hacerlo solo en dios. Ese es el problema de la monarquía ahora en el s XXI, que si no es ejemplar se pudre. Que salga ahora como cortina de humo, tampoco me extraña, pero lo que quiero concluir es que es muy antipedagógico endiosar a nadie.
Más que el endiosamiento de alguien, para lo que el pueblo español cuenta con innumerables santos y vírgenes patrias, está la cuestión del m miedo.
Había miedo en el 76, y la transición se hizo a la sombra de los fusiles. De hecho ese miedo estaba justificado, véase el golpe del 81. Luego, Juan, el miedo se disimuló y se tocó la campana del enriqueceos.
Ahí se volcó todo el que pudo. Y se añora ese feliz tiempo sin tanto miedo a las botas negras. Llovía café n el reino, ¿no es eso bastante?
L.
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