sábado, 15 de abril de 2023

AGUA Y FUEGO

En España ya ha sonado la sirena de los bomberos. Llegan tarde a extinguir incendios, y eso que estamos a mediados de abril. Ya se ha visto en Asturias y en Teruel, y en Tarragona y en Murcia… No importa: todavía nos quedan árboles por quemar. Lo que va a faltar a este paso es el agua para apagar incendios, y para cultivar fresas, y para que reposten las aves de Doñana. En Nueva York, en la ONU, los mayores expertos acaban de diagnosticar que la falta de agua afecta a media población planetaria. Y ya es escasez extrema de agua la que aqueja a 2.5 mil millones de personas. Es vampírico -dicen en la ONU- el abuso de agua que se hace, el derroche, y la contaminación y demás. Antonio Guterres, secretario general de la ONU, clama en el desierto: “el agua es la sangre vital de la humanidad”. O era. En España los primeros incendios anuncian el verano anticipado y bien que caducifolio.

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4 comentarios:

B Fernandez dijo...

Algunos deben pensar que esto del clima y sus consecuencias es algo parecido a lo que Proust escribía “...Porque las teorías y las escuelas, como los microbios y los glóbulos, se devoran entre sí y aseguran por su lucha la continuidad de la vida. Pero aún no había llegado ese tiempo…”

A este paso, microbios y glóbulos, tal vez continúen, pero nuestra especie tiene muchas menos posibilidades. Algunos intentan justificar el abuso del agua, la contaminación y el desperdicio con los beneficios del turismo, la industria, la tecnología y lo que llaman progreso. Esto suena muchas veces a vender el coche para comprar gasolina. Tampoco podemos olvidar que en el otro lado de la ecuación nos encontramos con los nuevos chamanes y en muchos casos, fundamentalistas sin fundamento, que también intentan confundir.

Deberíamos pensar quizás más en La vida, ahí fuera como escribía Celaya:

Esa vida que no es mía y me rodea,
el misterio de la muerte, lo que llamamos la muerte
y el misterio de la vida siempre abierta,
lo que llamamos la vida
en el árbol, en las nubes y en el agua,
y en el viento y en el mundo que es quien es sin ser humano,
y en la inmensa transparencia que no se dice, se muestra
en eso que busqué tanto y ahora encuentro regresando:
La infancia, quizá, la infancia, nuestro final seguro,
nuestro cuento, nuestro canto, nuestra mágica conciencia:
El total de lo sin fin y de la vida abierta.

Aunque, parece que el futuro Sólo el cielo lo sabe.

Un saludo,
Benito Fernández

PF dijo...

Buenas tardes,

Lejos queda eso de en abril, aguas mil, ya no son ni al entrar ni al salir, y más lejos aún la multitud de rituales entorno al agua, aquel que purifica y sana en la noche de San Juan o aquel otro, que cura el dolor de cabeza si se mezcla con ceniza. No se cuidan los manantiales, extendida seguramente la creencia de que con abrir el grifo es suficiente, ni se protegen las fuentes, antaño lugares de reunión y de fake news, son sustituidas por las redes sociales y el metaverso.

Hubo susto en las zonas urbanas de la región, el cercano fuego, el olor a humo y el ambiente plomizo, generó cierto desasosiego, pero eso pasó pronto y la Semana Santa con sus procesiones hicieron girar de nuevo la necesidad de buen tiempo, terracita y turismo. Ya queda lejos el fuego y los escasos medios y el esfuerzo de los paisanos por salvar el ganado, sus casas y lo que se pudiera del monte.

Ahora viene el teatrillo, el paripé de las reuniones, hablar de lo mucho que se va a hacer, siempre antesala del rápido olvido, ya decía Weber que: Sólo quien está seguro de no quebrarse cuando el mundo se muestra demasiado estúpido o demasiado abyecto para lo que él le ofrece; sólo quien frente a todo esto es capaz de responder con un “sin embargo”; sólo un hombre de esta forma construido tiene vocación para la política .

Y ahora, sólo podemos esperar... y confiar en que el cielo se vuelva gris, aguardar a que el campo retorne verde, y confiar en que regrese la morriña una tarde lluviosa de primavera, ya que como escribió Lorca: La lluvia tiene un vago secreto de ternura ... que los árboles aman ....

No es que el tiempo esté loco, más bien los chiflados seamos nosotros… - ¡Ah, eso lo explica todo! dijo el Sombrerero a Alicia. El tiempo no tolera que le den palmadas. En cambio, si tuvieras en buenas relaciones con él, haría todo lo que tu quisieras con el reloj.....

Un saludo,
Patricia

Luis Pancorbo dijo...

No hay que ser alarmistas, tienes razón Benito: hay que tomar nota simplemente de que hemos llegado al límite. Lo intuía perfectamente el poema de Gabriel Celaya que nos traes. Además España tiene la piel más dura que los Monegros. Los pantanos se secan, el clima cambia y el mar se llena de medusas y plásticos. No hay problema. Nos quedan pantanos raquíticos, trasvases por hacer en los siglos, y bosques aún por quemar. Más madera, no pasa nada. Pero algunos no piensan eso. El reciente informe de la ONU sobre el agua asegura que “la escasez -de agua- es endémica”. Y eso es por el exceso de consumo, y la contaminación. Más el calentamiento global, esa fruslería… Richard Connor, uno de los artífices de ese último y temible informe sobre el agua de la ONU, lo dice claro para quien quiera escucharlo: el 10%% del mundo “…ya vive en áreas con un alto, o crítico, estrés hídrico”. O sea, que no tienen la botellita de agua para tirarla en el correcto cubo de reciclaje. No tienen más que algo de agua sucia para beber. Aunque aquí vamos sobrados. No tenemos mucha agua pero nos sobran los botijos.
Un abrazo
L.P.

Luis Pancorbo dijo...

He visto hoy por una tele rogativas para que llueva. Eso me recuerda, Patricia, lo del Sombrero Loco que nos traes con tanto acierto. Según el personaje sabio de Carroll hay que llevarse bien con el tiempo, no darle palmaditas. Las rogativas, y los cánticos de los indios de las praderas, y el agitar de sonajeros de los brujos africanos, eran gestos desesperados. No contienen esperanza alguna, ya sabe todo el mundo y desde hace tiempo inmemorial que “los dioses están locos”. Como en aquella genial película del bosquimano y la botella de Coca-Cola por el Kalahari. Pero lo que no quiere el poder que rige las olas del mundo es arreglar en serio la cuestión climática. Eso supondría cambiar el paradigma de consumo, rediseñar la economía, y tantas cosas que no se van a tocar. Es mejor esperar a ver si escampa un poco, o a ver si se quema España un poco menos, por ejemplo. Porque lo que es llover y regar de balde eso parece que ha pasado a la Historia.
Un abrazo
L.P-