viernes, 23 de septiembre de 2022

OTOÑADA MÁS CALIENTE

 Nunca son malos tiempos para la lírica, pero hay que reconocer que el calentamiento global a este paso se puede acompañar de las peores armas. No importa. Algunos bosques supervivientes de España se tiñen de colores: vuelve el gozo de contemplar lo caducifolio. Pero entreoyendo tambores de guerra.

   Eso no es lo peor. Lo peor es que caigan bombas nucleares tácticas, de las que aprendemos sobre la marcha, que son las más inofensivas dentro de su absoluto horror. Algunos expertos quieren consolarnos. Las nucleares tácticas no son como las bombas de Hiroshima y Nagasaki, sino más pequeñas y sensatas, incluso acotables a, por ejemplo, un perímetro de 4x4 kilómetros. Eso no es nada aunque desde luego allí se desintegraría todo: O dicho con lírica y Bach: se disolverían, aparte de edificios sensibles, los pájaros y los árboles, y las personas -personas humanas por supuesto- que estuviesen aún em ese mismo lugar y a la misma hora de esta extraña galaxia.

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7 comentarios:

B Fernandez dijo...

Parece que los tambores y trompetas anuncian una vez más a los cuatro jinetes y todas las palabras que se utilizan para anunciar este nuevo desastre suenan una y otra vez a palabras vacías. Entre tanto, o como casi siempre, el oro que diría Quevedo.

Madre, yo al oro me humillo:
El es mi amante y mi amado,
Pues de puro enamorado,
De continuo anda amarillo;
Que pues, doblón o sencillo,
Hace todo cuanto quiero,


Todo no se repite, pero todo parece rimar. Rimar a historias de principios del siglo XX, hasta Italia o las Italias, parecen rimar en ese sentido y desafortunadamente otra vez Machado

¡Señor! La guerra es mala y bárbara; la guerra,
odiada por las madres, las almas entigrece;
mientras la guerra pasa, ¿quién sembrará la tierra?
¿Quién segará la espiga que junio amarillece?

En todo caso en 2005, en una de sus últimas apariciones en la televisión francesa, Lévi-Strauss volvió a expresar una de sus preocupaciones y puede que a presagiar el futuro: "Lo que constato son los estragos actuales; es la espantosa desaparición de especies vivas, tanto vegetales como animales; y el hecho de que, por su misma densidad actual de población, la especie humana vive como bajo un régimen de envenenamiento interno -si puedo decirlo-. Y pienso, en el presente y en el mundo en el que estoy a punto de terminar mi existencia: no es un mundo que me guste"

Si no le gustaba el futuro a Lévi-Strauss. ¿Qué nos espera a los pobres mortales?

Un saludo,
Benito Fernández

Luis Pancorbo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
PF dijo...

Buenas tardes,

Posiblemente se nos intenta vender una falsa seguridad, que lejos parecen quedar los refugios nucleares de hojalata facilitados a los británicos en la Segunda Guerra Mundial, y más allá aún, un repique de campanas y la quema de laurel, no para alejar los rayos y truenos sino para ahuyentar las bombas y misiles, ¡que nada estropee nuestra realidad!.

Escribía Rosario de Acuña en “Fuerza y materia”:

¿Qué es el espacio?... ¿Qué es el universo?... ¿Qué es el alma?... Masa inconsciente de inconsciente materia por sí misma llevada a la formación de los cuerpos; torbellino de átomos; infinito de monadas que en la vertiginosa carrera de sus deseos se unen a sus afines para latir en forma de sol, de planeta, de roca, de vegetal, de molusco y de hombre. He aquí el credo del materialismo: Fuera del átomo no hay espíritu; fuera de la materia no hay fuerza.

Y a la pregunta ¿Qué es el nido de una golondrina?, terminaba concluyendo…

¡Volad y recoged el átomo que surca el espacio, la paja que flota sobre el arroyo, la hierbecilla que se agostó sobre la roca, el limo que tapiza las praderas, el polvo que se amontona en los barrancos! ¡Surcad las inmensidades del cielo, felices golondrinas, y si algunos héroes de la tierra os preguntasen sobre fuerza y materia, llevadlos a los bordes de vuestro nido, y allí, mientras los pequeñuelos se agitan con terror pensando ver en los visitantes verdugos de su existencia, enseñadles vosotros, graciosas aves de la primavera, las profundidades de vuestro humilde albergue, explicándoles lo que es fuerza y materia delante de un nido de golondrina.

Poco consuelo puede haber ante el panorama de destrucción, sólo disolvernos cuan azucarillo, en agua o aguardiente, casi mejor este último, al menos nos calentaría en el frio invierno que pronostican, y siempre esperando que la ruleta del barquillero traiga sólo un rico barquillo de canela y miel, que como dice la Zarzuela en una de sus escenas, mejor… No andemos en disgustos que púen traer consecuencias.

Buena entrada otoñal, un saludo.
Patricia

Luis Pancorbo dijo...

Qué buena entrada en este otoño, con la fuerza y materia, tan sentidas y vanguardistas, que nos traes, Patricia, de Rosario de Acuña. Gracias por hacérnosla conocer, a mí al menos. Una mujer pionera, desde luego lo era para escribir así entre los siglos XIX y XX. Y no con el clásico lamento del Noventayocho
sino intuyendo temas de una Física naciente, y colocando donde se debe al orgullo de las golondrias, sabias constructoras de nidos y navegantes perfectas sin necesidad de radar.
Ahora se habla de misiles atómicos y suopersónicos, y demás, pero la golondrina sabía volver sin errar a mi casa, donde estaba su nido, tras un viaje quizá desde África. Luego llegaron las cotorras argentinas y se acabó. Tampoco vuelven las abejas.
Feliz magosto. Y un abrazo
L.

Luis Pancorbo dijo...

Echarse a la razón, más que al monte: eso debería esperar a los perplejos mortales que andamos en este tramo del tiempo y del mundo. Tienes razón, Benito, ¿cómo iba a gustarle a Lévi-Strauss lo que veía a sus 100, ó 101 años, que ya es vivir y pensar? Pero el tema es que, desde sus últimas palabras televisadas, las que haces tan bien en recordárnoslas, esto ha ido degeerando cada vez más. Salvo que a algunos les parezca que el cambio climático es liviano y que los pantanos españoles no tienen por qué contener tanta agua, que si fuera vino sería otro cantar.Y así vamos tanteando cómo se asentará el nuevo equilibrio planetario, el nuevo orden mundial, sin percibir que antes de que llegue eso, que llegará, nos espera pasar por una crisis de dinosaurio. O mayor.
Un abrazo
L.

Alejandro dijo...

Aprovecho este sitio que ha creado, tan apacible y abierto al uso de la razón y la palabra constructiva, para mandarle un saludo y un agradecimiento por el trabajo que realizó en Otros Pueblos, en mi humilde opinión el mejor trabajo que ha dado la televisión en España.

Le felicito también por este espacio y por su don para comunicar y compartir una respetuosa visión del mundo que es todo un ejemplo.

Atendiendo a la publicación aquí compartida:

Nuestro paso por este maravilloso mundo es temporal, en la medida de nuestras posibilidades paremos los pies a los suicidas y matones que nos vamos cruzando, intentemos no acompañarles a sus oscuros mundos de dominio y control, utilizar nuestro tiempo para colaborar con la naturaleza y gozar contemplándola es mi deseo para todos ustedes y para mí mismo.

Un abrazo.

Luis Pancorbo dijo...

Gracias, Alejandro, por tus palabras sobre nuestra pequeña labor.
Pero aquí andamos.
Tu comentario
es certero: hemos conocido un mundo maravilloso
y estamos conociendo cómo se deteriora cadaa vez más y más. Y en tantos órdenes.
Cordialmente
L.