viernes, 8 de octubre de 2021

DOCE DE OCTUBRE DE CUÁNDO

 Antaño, pero no tanto, el 12 de octubre festejaba el Descubrimiento de América, la Virgen del Pilar, y era el llamado Día de la Raza. Y de la Hispanidad. Ningún antropólogo ni científico serio usa el término raza para referirse a los humanos. Otra cosa son las vacas. Los seres humanos somos muchos y de variados pigmentos y lenguas pero conformamos una sola especie. Y sólo hay un género humano, aparte de algunos que otros extraterrestres despistados y  huesos de neandertales que esperan su reivindicación de humanidad. La raza española quedó archivada como otras genialidades del franquismo, no así la inscripción que todavía ensalza en el Sureste del Arco de la Victoria -hoy rebautizado Arco de la Memoria- al Hispanorum Duce, no otro que Franco, “caudillo de los españoles”, como Mussolini fue el duce de los italianos, Hitler  el führer de los alemanes y Antonescu el conducator de los rumanos….Mientras que en el frontispicio del Noroeste se canta en latín la loa de las armas victoriosas ( Armis hic VictOribus…) que no fueron las de Colón, ni las de Cortés o Pizarro, sino las de Franco y otros en su conquista de la Ciudad  Universitaria de Madrid y de toda España entre 1936 y  1939, esto puesto en números romanos. Menos mal que arriba del Arco Minerva, la  diosa de la sabiduría, conduce su cuadriga de bronce las armas y las razas.

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8 comentarios:

PF dijo...

Buenas tardes,

Puede que nos rodee demasiada inhumanidad, menos mal, que nos queda la humanidad del mundo animal, las fotos días antes de la muerte de la gorila Ndakasi con su cuidador creo que es de lo más ejemplarizante que nos podía dar la naturaleza.

En fin, muchas fachadas caídas o levantadas según se mire, quizás demasiadas, para que al final siempre sea victorioso el nepotismo o esa yernocracia como decía Clarín en uno de sus relatos:

(...) -Es verdad; estamos hace algún tiempo en plena yernocracia: como a ti, eso me irritaba tiempo atrás, y ahora... me enternece. Qué quieres; me gusta la sinceridad en los afectos, en la conducta; me entusiasma el entusiasmo verdadero, sentido realmente; y en cambio, me repugnan el pathos falso, la piedad y la virtud fingidas. Creo que el hombre camina muy poco a poco del brutal egoísmo primitivo, sensual, instintivo, al espiritual, reflexivo altruismo. Fuera de las rarísimas excepciones de unas cuantas docenas de santos, se me antoja que hasta ahora en la humanidad nadie ha querido de veras... a la sociedad, a esa abstracción fría que se llama los demás, el prójimo, al cual se le dan mil nombres para dorarle la píldora del menosprecio que nos inspira.
El patriotismo, a mi juicio, tiene de sincero lo que tiene de egoísta; ya por lo que en él va envuelto de nuestra propia conveniencia, ya de nuestra vanidad. Cerca del patriotismo anda la gloria, quinta esencia del egoísmo, colmo de la autolatría; porque el egoísmo vulgar se contenta con adorarse a sí propio él solo, y el egoísmo que busca la gloria, el egoísmo heroico... busca la adoración de los demás: que el mundo entero le ayude a ser egoísta. Por eso la gloria es deleznable... claro, como que es contra naturaleza, una paradoja, el sacrificio del egoísmo ajeno en aras del propio egoísmo. (...)


En lugar de enmendarse a Júpiter, padre de Minerva, valdrá más decir ¡por Metis!, y esperar sin tener mucha esperanza que la prudencia cubra el otoño al igual que las castañas los bosques, y si no hagamos caso al refranero y a descansar, pues el que duerme en otubre y en mayo, puede dormir todo el año…y por supuesto, que ningún marciano interrumpa nuestro descanso.

Un saludo,
Patricia

B Fernandez dijo...

Aunque pueda tener poco de científico utilizar el término raza para referirse a nuestra especie, la separación, segregación, deshumanización mutan en otros vocablos o ideas en muchas ocasiones. Ahora, tal vez, la genética y otros conceptos sustituyen a la raza o a la sangre. El caso suele ser buscar un chivo expiatorio al que culpar, los otros siempre son los culpables, su piel, su idioma, su cultura, sus genes... Los hacen ser sujetos sospechosos y en todo caso, siempre se pueden buscar buenas escusas. Mientras tanto algunos a llenarse los bolsillos con cualquier excusa, que parece ser una constante, después de todo como dice el refranero, el muerto al hoyo y el vivo al bollo.

Recordar una vez más a Lévi-Strauss que nos abre algunas ventanas:

“La necesidad de preservar la diversidad de las culturas en un mundo amenazado por la monotonía y la uniformidad no ha escapado ciertamente a las instituciones internacionales. Comprenden también
que no sería suficiente, para alcanzar este objetivo, mimar las tradiciones locales y acordar una tregua a los tiempos caducos… La tolerancia no es una posición contemplativa que dispense indulgencias a lo que fue o a lo que es. Es una actitud dinámica que consiste en prever, comprender y promover lo que quiere ser. La diversidad de las culturas humanas está detrás, alrededor y delante de nosotros. La única exigencia que podemos hacer valer a su respecto (creadora para cada individuo de deberes correspondientes) es que se realice dentro de una diversidad en que cada forma contribuya a la mayor generosidad de las otras.”

Esperemos que sea posible vislumbrar un atisbo de mayor tolerancia hacia lo diferente tras la presente estación, pero en estos tiempos de pandemias y vacunas, un buen remedio puede ser encontrar inmunización contra los prejuicios de nuestro tiempo

Un saludo,
Benito Fernández

juan de la cruz471 dijo...

Parece que lo del día de la Raza fue creado en 1913 cuando alguien se puso estupendo con aquello del crisol hispanoamericano, y tuvo eco a ambos lados del "Charco". Ahora pintan bastos: en Bolivia se sabe a quién se vota simplemente por mirarle a la cara y en México no parece haber otro problema que lo que hicieron los conquistadores del siglo XVI.
Yo me quedo con la frase de Unamuno "La sangre de mi espíritu es mi lengua". Otra cosa es que la película del guionista Franco se llame "Raza" música muy acorde con lo que dictaba Hitler, su principal sostenedor en la guerra. Yo la vi no hace tanto y es un batiburrillo que busca emocionar a quien pudiera, que ahora no puede a nadie, por lo trasnochada.
Siguiendo a Unamuno y por muy denostada que esté la conquista: es maravilloso que se entiendan un chileno y un guatemalteco en su propia lengua, y que ambos la escriban y hablen mejor que nosotros. Y ¿por qué no? que tengamos y ejército de reserva de "cholas" para limpiar la caca a nuestros ancianos del alzeimer, y ellas puedan ganarse mil euros para mandar allá una buena parte y también que repueblen nuestros parques niños multicolores unidos por el reguetón y sus letras sucias. La conveniencia de todos hace que el Atletic de Bilbao tenga ya dos negros y que eso de la pureza no se encuentre más que, idealizado, en altares ante los que nadie se postra.

Luis Pancorbo dijo...
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Luis Pancorbo dijo...
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Luis Pancorbo dijo...

El discurrir de Clarín, Patricia, es tan certero, y lejano en el tiempo, que cubre el otoño español con más melancolía que la de las hojas caídas. El Arco de la Victoria, que, con sus grietas, sigue en pie, en la misma entrada a la capiral del reino de España, estremece aún más por su intento de nuevo nombre, Arco de la Memoria. Total, nadie lee, ni quiere leer, las terribles frases latinas que ensalzan al Hispaniorum Duce. Y sus armas consuguientes.
Pero los vivos al bollo, o a la yema de Clarín. Sólo falra el color apagado del tomate.
Minerva ya no vuela aquí, ni siquiera su lechuza.

Un abrazo
L.

Luis Pancorbo dijo...

Como bien recuerdas, Benito, Lévi-Sreauss, perseguido por los nazis dada su condición de judío, sacó fuerzas de sus enormes luces para abogar por la tolerancia, invocando incluso la generosidad de algunas culturas hacia la diversidad de otras. No puede ser más loable.
Lo malo es que tantas décadas después el buen augurio no se ha cumplido.
El racismo, mechado con el cultivo de la desigualdad, sujeta los mimbres de este entramado planetario. Las democracias, incluso las de verdad, se inclinan como amapolas al viento ante los poedres, esos que en España se denominaron astutamente poderes fácticos, para englobar poderes
económicos, religiosos, políticos, etc..Ahora hay que añadir los poderes
digitales, cibernéticos, robóticos y demás especies.
Ante lo cual el viejo error de acreditar razas a los humanos - el 12 de octubre se reservaba para la raza española- puede suscitar ya encogimiento, de hombros, u otras partes, pero no es de recibo.
Otra cosa, por supuesto, es que la humanidad, con sus crecientes desigualdades socioeconómicas y penurias climáticas, camine hacia la nebulosa del transhumanismo, y hacia el miedo a que un día un cerebro humano copiado en un microchip sea reconocido como ciudadano e inscrito en el Registro Civil.
Tú, Benito, y Patricia, sois lúcidos conocedores de cuantro vieron, más que previeron, Huxley, y Orwell, entre otros.
Pues esa varia deshumanización ya ocurrió por adelantado aunque fuera en ciertas mentes más bien autoritarias. De ahí que aquí se anticipe la poca inocencia del 12 de octubre. El tiempo huye, decían los latinos.
Un abrazo
L.

Luis Pancorbo dijo...

Si se emplea el despectivo chola para reeferirse a mujeres indígenas de América no extrañará que en Perú se use la palabra chapetón, y gachupín en México, para referirse a españoles que aún andan gateando en 1492.
L.