Ahora todo el mundo quiere estar, no sólo contactado, sino conectado día y noche. La gente -demasiada al menos- quiere ser un perfil. Quiere compartir migajas de vida. Tiene ilusión por ser un hilo del gran globo. Por eso llama la atención que el Movimiento Mundial de Selvas (World Rainforest Movement) alerte sobre el nuevo peligro que se cierne sobre los indios no contactados de la Amazonia del Perú. Aprovechando la crisis política del 22 en el Congreso de Lima se presentó una ley, que va adelante y que está respaldada por intereses madereros y petroleros. Ley, o motosierra, para quitar la protección a sus indígenas no contactados, y así poder empezar a arrasar a placer el último santuario selvático que queda entre Perú y Brasil. Se trata de 25 grupos indígenas que o bien son no contactados aún, o que prefieren no seguir con el contacto inicial que han tenido. Se ha captado hace poco una foto en la que esos indígenas apuntan con sus arcos y flechas a la avioneta desde donde se producía el primer avistamiento. Ellos ya saben que existen esos pájaros metálicos, y qué les puede esperar. No lo quieren. Pero a menudo los gobiernos ceden a las presiones y soslayan que hay seres en este mundo que no necesitan móviles o internet. No necesitan acumular riquezas como esas compañías y políticos ansiosos de aumentar sus capitales destruyendo más y más selva. Los pocos millares de indios no contactados, o que han empezado un proceso de contacto que no desean proseguir, no están de acuerdo. Su globo es otro.
4 comentarios:
Otra vez lo salvaje y los salvajes, otra vez el dinero y de nuevo Kurtz: “… Cuando se tienen que hacer las cuentas correctamente, uno llega a odiar a estos salvajes, a odiarlos mortalmente…” Nuevos retazos de ese viejo samsara de nuestra civilización y de nuestros civilizados.
Esa imperiosa necesidad por estar conectado, por compartir aparentemente todo, tal vez oculte, en una parte, los miedos a no ser aceptado o a ser expulsado de la tribu de la postmodernidad. Con sus nuevos dioses con forma de manzana mordida, pero como nos recuerda Alfred Gell en su estudio sobre los gondos muria, “...Los bienes de consumo son algo más que meras envolturas de utilidad neutral… “ Están insertos en un sistema simbólico que marca sus asimetrías y en esas asimetrías estamos, para unos el petroleo, la madera, etc. Para otros miserias, y entre tanto, para todos un planeta cada vez menos habitable.
El salvajismo lo expresaba a su manera Gustavo Pereira:
“Los pemones de la Gran Sabana llaman al rocío Chiriké-yeetakuú, que significa Saliva de las Estrellas; a las lágrimas Enú-parupué, que quiere decir Guarapo de los Ojos, y al corazón Yewán-enapué Semilla del Vientre. Los waraos del delta del Orinoco dicen Mejokoji (El Sol del Pecho) para nombrar al alma. Para decir amigo dicen Ma-jokaraisa: Mi Otro Corazón. Y para decir olvidar dicen Emonikitane, que quiere decir Perdonar.
Los muy tontos no saben lo que dicen
Para decir tierra dicen madre
Para decir madre dicen ternura
Para decir ternura dicen entrega
Tienen tal confusión de sentimientos
que con toda razón
las buenas gentes que somos
les llamamos salvajes”
¿Quién está confundido? Ya Lévi-Strauss en su Pensamiento salvaje escribía sobre dos modos distintos de pensamiento científico, uno cercano a la intuición sensible y otro más alejado. Parece que hay al menos otro que solo se ocupa del becerro de oro.
Buenas tardes,
Dadas las imágenes de supuestos extraterrestres en Las Vegas difundidas por los medios de comunicación esta semana, parece paradójico que otros seres quieran contactar con los humanos en este mundo destruido o deconstruido en muchos aspectos, ¿fake new? ¿face swap? ¿inteligencia artificial? ¿qué es verdad y que mentira?
En el día que vemos a nuestros políticos aferrarse a las alcaldías, en algunos casos con paradójicos pactos, puede que venga bien recordar el soneto de Unamuno “El contratante social”
Hombre sin patria es bípedo implume,
contratante social de Juan Jacobo,
zôon politicón, o sea en globo
un mamífero vertical. Consume
por lo menos, y por lo más presume
de ser individuo. Es un estrobo
sin tolete; su vida en puro robo
a la hermandad humana se resume.
Es de la humanidad un puro extracto
píldora de la histórica Necrópoli,
un ente muy sublime, pero abstracto,
para ser estatuado en la Metrópoli,
un componente para entrar al pacto
social de que saldrá la gran Cosmópoli.
No creo que esos alienígenas vinieran a purificarse y saltar las hogueras en San Juan.... más plausible es pensar que vienen atraídos por alguna de las canciones de Elvis... in the Ghetto…” el mundo gira, y un niño hambriento con una nariz que moquea, juega en la calle mientras sopla el viento frío...”
Buena entrada para el próximo solsticio de verano, ... y como cantaba Preysler... sigamos ese sueño.... al menos, mientras no estallemos el globo.
Un saludo,
Patricia
Hoy, Benito, no quedan esos waraos que analiza Gustavo Pereira. El Orinoco es como una carretera de agua por donde se factura el producto, las materias primas, el pasado de la Tierra. No interesan las imdígenes ni las lenguas exactas, sólo las cuentas de resultados para quienes manejan eso. ¿Cómo va a ser el corazón el sol del pecho? El corazón es una cosa que sirve para contar billetes con las debidas pulsaciones. El Kurz de Conrad fue el prototipo del capitalista, negrero, colonialista, un loco blanco de la selva más negra, la congoleña. No sé por qué no lo han canonizado todavía, ni le dierpon en su época un ducado. El cielo occidental se hizo para esa gente. Sin vergüenza, ni arrepentiumiento. Todos los demás cielos están siendo abolidos, no se estirban en el conteo diario, en el contacto inmediato. La tribu, con pocas excepciones, se ha montado en un globo: sólo hay sitio para los monos que no ven, no oyen, y no hablan.
Un abrazo
L.
Qué bien, Patricia, traernos la canción de Elvis casi ya en la puerta del solsticio.
Y no puede ser más oportuno todo cuanto señalas: el Unamuno premonitorio que hablaba de la Gran Cosmópoli. Y esa vana querencia de que esto sólo lo remedia ya la tribu extraterrestre.
Los ovnis entretienen a la gente de sus preocupaciones, dado que los antiguos sistemas han ido cayendo en el mismo cajón de sastre que ahora se usa y se tira.
Pero antes había buenos solsticios. Buenas hogueras que no mataban pinos, sino que protegían el cambio fundamental del año, al menos en nuestro hemisferio. Es curioso que ucranianos y rusos compartían y comparten la "Ivanova noch", la noche de Iván, que no es exactamente San Juan, aunque luego se acopló este santo al culto de Kupalo, dios solar, que junto a Kupala, diosa de las aguas, eran los gemelos divinos que ganaban la partida al frío del invierno, a las brujas, y a la guerra y la miseria.Sí o sí venía un tiempo mejor. Pero, claro, eso era antes.
Un abrazo
L.
L.
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