domingo, 7 de julio de 2024

SIETE DE JULIO GULLIVER

 

El cambio al que asistimos en este mundo más parece una remodelación a gran escala. Cambian muchos parámetros en una era que ya es digital aparte de planetaria.  Cambian rápido alianzas, gobiernos y bloques, y de momento no saben remediar los grandes agujeros de la desigualdad ni del propio clima. Está claro, al menos, que sube el calor en los mares y en las mentes. El señor Gulliver, el viajero de la novela de Swift era lúcido, osado, y al tiempo muy templado. Hace ya trescientos años que Gulliver encontró a los liliputienses y a los gigantes. Allí y en más sitios Gulliver notó que la naturaleza humana no es tan diversa como parecería a simple vista. La codicia, la tiranía, la simulación, la envidia, nunca fallaba la vieja retahíla. La vieja sátira triste. Sólo al final Gulliver encontró, allá por la Nueva Holanda -Australia-  la isla donde vivían los houyhnhnm, caballos de más fino raciocinio que los yahoo, los hombres. Los humanos eran los siervos y los caballos los amos, pero destacando como los seres más ecuánimes que nunca vio Gulliver en sus viajes. Allí, y con ellos, Gulliver cargó sus baterías de esperanza, algo más escaso que el litio.

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